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Alsacia evalúa el cierre de servicios: “No se ha sentido nuestra salida del Transantiago”

Gerenta de Recursos Humanos explica el proceso que los llevará a reducir en dos tercios su volumen, lo que tuvo un primer costo de $ 10 mil millones.

Por: Magdalena Espinosa | Publicado: Martes 12 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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El Ministerio de Transportes decretó en agosto del año pasado el fin de las operaciones de Alsacia tras doce años en el país. En octubre venció el contrato de concesión con el Transantiago, fecha en que además comenzó la distribución de los 37 servicios que controlaban, siendo el 40% de ellos traspasados a su empresa gemela Express Santiago Uno, ambas ligadas a los hermanos colombianos Carlos y Francisco Ríos.

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Alsacia cubría 29 comunas de la capital con 735 buses, donde 400 de ellos superaban los doce años de antigüedad.

La empresa ha estado enfocada en un plan de salida que considera una serie de hitos para ir desprendiéndose de recorridos, con el fin de evitar que esto genere trastornos en el sistema público.

Hasta la fecha van 27 recorridos entregados a otros operadores y este viernes se concreta la penúltimo entrega, cuando cuatro unidades de negocios de Puente Alto pasen a ser administradas por STP. El cierre será el 28 de febrero, cuando seis servicios de Renca lleguen a Redbus.

La redistribución de los servicios significará para la compañía una reducción de dos tercios de sus trabajadores, quienes antes del fin del contrato totalizaban 3.000.

Puente Laboral, el plan de desvinculación

En la primera fase, la compañía desembolsó $ 10 mil millones, en un proceso que incluye tanto la desvinculación de 500 trabajadores como la entrega de terminales e instalaciones. En la segunda parte se espera la salida de 530 más.

La gerenta de Recursos Humanos de Alsacia, Angelaine Merino, dice que espera que la empresa cuente con 1.000 personas contratadas al terminar el proceso de cierre.

A su juicio, las desvinculaciones se ha dado en un ambiente “muy ameno y de respeto mutuo, se trata de personas muy agradecidas con la compañía y con todo lo que han recibido todos estos años. Prueba de ello es que trabajaron hasta el último día de su contrato, sin ruido ni problemas”, y agrega que se cumplió con lo presupuestado pues “los usuarios no sintieron nuestra salida del sistema, porque hubo un trabajo de coordinación enorme”.

Merino destaca que se trata “de un hecho histórico, porque ninguna empresa del Transantiago hasta el minuto había terminado su contrato de concesión y había cerrado la relación laboral con sus colaboradores de esta forma”.

La gerenta, quien lideró la desvinculación, explicó que a diferencia de otras empresas con salidas abruptas, “esto fue un proceso muy planificado, tuvimos el acompañamiento de nuestras organizaciones sindicales y hubo harto trabajo en terreno”. Además, para facilitar la salida de los trabajadores, Alsacia creó una plataforma llamada Puente Laboral, con el fin de buscar oportunidades laborales en otras compañías del rubro “los ayudamos a buscar empleo en esta transición en un mercado donde todos sabemos faltan operadores”, dice.

Esto, porque los servicios que se traspasan, no incluyen a los trabajadores ni a los equipos.

El nuevo rol de Alsacia

La firma de capitales colombiano, que en algún momento fue la operadora más grande del Transantiago, seguirá participando del sistema.

Pese al cierre de la operación, la compañía seguirá funcionando dándole el servicio a los 10 recorridos que pasaron a manos de Express. El contrato de esta última con el gobierno se extiende hasta el 22 de junio de 2019, pero es probable que se renegocie dado que no se ha concretado la licitación de nuevos operadores.

Aunque no se han interrumpido los servicios con la redistribución, el último ránking de calidad del Directorio de Transportes Público Metropolitano (DTPM), mostró que Alsacia empeoró en sus índices pasando de 81,42% de regularidad al cierre de 2017, a 75,83% en el último informe. Lo mismo ocurre con la frecuencia, donde el decrecimiento va desde 93,43% a 86,27%. Esto lo posicionó al final de la nómina.

Consultada sobre las cifras, Merino indica ya se sabía que el contrato de concesión había expirado formalmente el 22 de octubre y como los trabajadores no tenían en conocimiento su futuro no fue fácil mantener los indicadores.

“Aun así, no fue perceptible para los usuarios el término de la concesión. Tampoco hubo cambios dramáticos en los indicadores ya que la situación fue muy bien controlada”, sostiene.

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Angelaine Merino, gerenta de Recursos Humanos.

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