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Cuatro dimensiones del ser humano

Jorge Bianchi, Presidente de Empresas Conscientes

Por: | Publicado: Martes 2 de octubre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Los seres humanos somos complejos, tenemos múltiples dimensiones de nuestro existir. Cuando en los entornos organizacionales cuidamos de que distintas dimensiones sean alimentadas y estén sanas, logramos crear mejores condiciones para resultados excepcionales. Cuando no lo hacemos, o cuando reducimos nuestra mirada del ser humano a un “recurso” productivo, entonces generamos situaciones con desempeños volátiles, poco sostenibles, y/o resultados pobres. Veamos cuatro dimensiones claves del ser humano que toda organización que va por el éxito debiese nutrir y cuidar.

Dimensión Mental: para el cuidado de esta dimensión, lo más importante es crear ambientes en los cuales las personas se puedan focalizar en un estado absorto, tomar tiempo para pensar de forma reflexiva, estratégica y creativa (calidad de pensamiento), y priorizar su trabajo según el mayor valor agregado. Los entornos llenos de ruido y distracción, que no incorporan espacios específicos conducentes a un mayor foco, si bien facilitan la interacción, son contraproducentes para el desempeño y salud mental.

Dimensión Física: es cierto que mayormente se reconoce al ejercicio y la nutrición como fuentes fundamentales de bienestar físico. Sin embargo, en cuanto al impacto en el desempeño, lo que más desgasta a las personas es el descanso y renovación insuficientes por lo ininterrumpido que puede resultar el trabajo. Las personas necesitan recesos cada cierto tiempo de intensidad de trabajo, y vacaciones de preferencia de varias semanas para renovar energías de forma efectiva.

Dimensión Emocional: esta dimensión se fortalece cuando las personas se sienten valoradas en el trabajo. Ser tratadas con respeto y consideración por sus jefes y líderes, ser reconocidas y experimentar muestras de aprecio, todo eso tiene un muy alto impacto en su salud emocional, con beneficios enormes para las organizaciones en cuanto a la lealtad de las personas y la capacidad de éstas de aportar más valor en entornos que les generan confianza.

Dimensión Espiritual: el cuidado de esta dimensión en las organizaciones tiene que ver con el sentido o significado que percibimos en el trabajo. Cuando los líderes articulan propósitos que trascienden al beneficio sólo de la organización y lo comunican de manera sencilla y poderosa, las personas elevan su compromiso, se sienten parte de algo que beneficia a muchos y por lo que vale la pena esforzarse y entregar lo mejor de sí.

Como ha medido el experto norteamericano Tony Schwartz, el cuidar de una o dos de estas dimensiones tiene beneficios, sin embargo, el salto grande se produce cuando se cuidan las cuatro simultáneamente. Las personas se sienten significativamente más contentas y engaged, con más capacidad de foco, y generan resultados 2 a 3 veces superiores.

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