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Don Alberto Farms, la fábrica de campeones de Carlos Heller

No se equivocaron al apostar por EEUU. Hoy sólo cosechan éxitos de la mano de Guapaza y ya piensan en dar un nuevo salto, esta vez dentro de la región.

Por: Paula Vargas M. | Publicado: Viernes 9 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Se llama Guapaza y ha sido una de las grandes revelaciones de la temporada en Estados Unidos, tras ganar dos clásicos consecutivos en el circuito de Nueva York, un segundo puesto y dos terceros lugares en apenas cinco presentaciones (cosechando premios por unos US$ 400 mil). Todo un récord para esta yegua que la ubica en el nivel más alto de las hembras fondistas en la escena hípica norteamericana.

Su nombre está en boca de todos en el ambiente, que mira expectante cómo la fórmula del grupo Bethia está dando sus frutos nada menos que en el corazón mundial de la hípica.

¿Cómo llegaron a este resultado? El camino no fue fácil. Una de las primeras barreras que tuvieron que sortear fue su propia historia que los llevaba a mirar la hípica como un hobbie en torno al cual se congregaba el clan familiar y no necesariamente como un negocio de largo aliento. Y aunque ya venían trabajando en profesionalizar el haras Don Alberto en Los Angeles, no fue sino hasta la compra en 2013 del criadero Vinery en Lexington, Kentucky –hoy denominado Don Alberto Farms- cuando tomaron la determinación de competir a escala global. “Este es un tremendo desafío que refleja que la pasión de la familia Heller Solari por esta disciplina tiene otra dimensión y precisamente haber abordado esta actividad con profesionalismo, hoy nos permite competir en las grandes ligas de la hípica en el mundo”, comenta el gerente general del haras, Ricardo Poblete.

Consolidar este proyecto tuvo sus costos. “Como todo desarrollo hubo un período de adaptación a un sistema que no conocíamos, detalles como lo extremo del clima o la forma de criar implicaron un ajuste”, recuerda Poblete, el hombre a la cabeza de los cuatro predios que tiene el haras en el país (Los Angeles, Longaví y Pirque ) y que también lidera el criadero en Lexington.

En el camino, ayudó mucho contar con un equipo de profesionales locales con gran experiencia en el tema. Pero sobre todo, reconoce uno de los artífices de esta jugada, ayudó estar operando en un país donde existen muchos procesos estandarizados y con respaldo, como seguros especializados, apoyo de crianza y asesorías de todo tipo.

Para Poblete el proyecto en Estados Unidos siempre tuvo un sentido más estratégico para la reproducción y crianza de fina sangre de carrera. Ha sido clave para llegar a algunos de los mejores padrillos del mundo, que generalmente no están disponibles para viajar a Sudamérica.

Guapaza es el ejemplo más patente del éxito del mayor emprendimiento chileno en estas lides, aunque Poblete se apura en aclarar que Don Alberto tiene una historia de campeones de clase mundial. “En Chile se crió a Total Impact, que ganó un grupo 1 en el país y luego, fue nombrado campeón de 2 años antes de llegar a Norteamérica y ganar el Hollywood Gold Cup en 2004 y salir segundo en la Copa de oro de Dubai ese mismo año. Ahora es un semental del haras Don Alberto en Chile”, entre otros ejemplares.

Las cifras invertidas en este negocio no son menores. Solo para el proyecto en Estados Unidos realizaron una inversión inicial de US$ 13,8 millones, a los que sumaron otros US$ 13 millones en pura genética, que involucró la adquisición de yeguas, arriendo de padrillos y potro reproductor. “Ahora la cifra se estabilizará ya que contamos con nuestra propia matriz para la crianza”, precisa Poblete.

En estos años también han logrado consolidar el haras en su conjunto. Cuentan con 89 madres en Norteamérica y 350 en Chile. En el país también cuentan con otros 250 caballos en entrenamiento, mientras en el hemisferio norte esa cifra llega a 36 caballos en training, la gran mayoría de dos años, mientras en Europa también cuentan con un par de caballos en las pistas.

¿Cuáles será su próxima carrera? De todas maneras, expandir su éxito a nivel regional. Buscan llegar a Uruguay y Argentina con caballos que corran en los circuitos de dichos países, ambos de gran tradición hípica. En tanto, el mayor impulsor de este proyecto, Carlos Heller, también se abre paso en la elite gremial de EEUU, siendo uno de los cuatro nuevos integrantes que forman parte del Jockey Club, institución centenaria dedicada a la mejora de pura sangre de cría y, además fue elegido como parte de los 30 miembros que conforman el nuevo comité ejecutivo de la Breeder´s Cup, o copa de Criadores que es el grupo de eventos hípicos más populares de ese país, superado únicamente por la Triple Corona (Kentucky Derby, Preakness Stakes y Belmont Stakes).

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