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Eduardo Muñoz: "Me gustaría poder llegar a hacer la apertura bursátil de algún emprendimiento"

El socio fundador de Nevasa quiere volcar la experiencia de casi treinta años en el mundo de las finanzas para apoyar a emprendedores que tengan proyectos con impacto social y dejen huella.

Por: Jéssica Esturillo O. | Publicado: Viernes 20 de julio de 2018 a las 04:00 hrs.
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Dice que partió como un “Cuesco Cabrera” más. A fines de la década de los ’80 y sin haber cursado un MBA, Eduardo Muñoz pasó a la primera línea de combate y dio la pelea para levantar y hacer de Nevasa lo que es hoy: un grupo de empresas de servicios financieros, que del formato tradicional de corredora de bolsa diversificó su oferta sumando entre otras divisiones la inmobiliaria y de administración de activos a nivel internacional.

Ahora con la tarea ya cumplida, dice estar en la etapa de desprenderse de su experiencia, ayudando a los que empiezan en el mundo de los negocios. ¿Su sueño? Participar en la apertura en bolsa de un emprendimiento chileno.

“Mi próxima experiencia en el mundo de los negocios podría estar en el proceso de comprar participaciones de emprendimientos que tienen un modelo probado y que levantan mucho capital previo a sus IPO, como fue el caso de Spotify o Facebook, y bancarlas un par de años hasta que lleguen a su apertura en bolsa. Me gustaría poder llegar a hacer la apertura bursátil de algún emprendimiento que haya apoyado. Eso sería maravilloso”

Muñoz dice que si hay algo de lo que sabe es de emprendimiento. Asegura que tiene buen olfato para captar cuando una idea tendrá lo que denomina “tracción”. Los ocho años que lleva sentado en el comité de inversión del Fondo de Inversión Social (FIS) de Ameris Capital le han afinado este sentido.

Se trata del primer instrumento en Chile destinado únicamente a apoyar a iniciativas que tienen como objetivo generar un impacto social, pero siendo capaces de retornar la inversión. El FIS fue lanzado en 2010 con US$ 4,5 millones, aportados por 21 inversionistas -entre los que figuran Jorge Claro, Manuel Ibáñez Scott, Patricia Matte y Sergio Cardone- y el socio fundador de Nevasa relata que de entre cientos de postulantes detectaron iniciativas que hoy son emblemáticas, como la fundación Techo, que recibió un US$ 1 millón para invertir en viviendas definitivas.

Tras colocarse en forma íntegra y producir retornos a los apostantes, ese primer fondo cerró el año pasado, dejando una tan buena experiencia que le dio paso a un segundo más robusto que el original.

En este caso los US$ 7 millones que levantaron están enfocados a proyectos que ya tengan algún grado de madurez. Es así que financiarán la internacionalización de la iniciativa de reciclaje Triciclos e inyectarán recursos al Fondo Esperanza, una entidad de microfinanzas que cuenta con 120 mil socios. En paralelo, destinarán recursos al capital de riesgo en montos mayores a los que se entregaron anteriormente.

“Mi gran tema ahora es que hay que establecer alianzas para invertir, buscar fundaciones y ser inteligente para reunir a los emprendedores y construir bases que se autosustenten. Para eso hay que darles autonomía y libertad, pero al mismo tiempo creo que la experiencia que tengo desde el punto de vista de las finanzas, por haber estado toda mi vida ligado a este sector, me da un punto tremendamente valioso que aportar a estas redes de emprendedores”, comenta Muñoz.

Agrega que esa motivación lo llevó a sumarse a la Asociación de Emprendedores (Asech) e incorporarse como aportante al G100, la iniciativa que busca reclutar a cien empresarios como mentores y levantar $ 1.000 millones para apoyar el emprendimiento, donde busca replicar la estructura que conoció en el FIS, dotándolo de un comité que detecte y seleccione las ideas de negocio que tengan potencial real e impacto social demostrable.

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¿Invertir en bienes raíces en Nueva York?

Siguiendo las nuevas tendencias de inversión, Muñoz convirtió a Nevasa en el representante en Chile de Prodigy Network, una plataforma de crowfunding orientada al desarrollo y explotación de activos inmobiliarios comerciales de calidad institucional en Manhattan, que ha recaudado más de US$ 600 millones entre más de 6.500 miembros distribuidos en 40 países y 27 estados en Estados Unidos.
Muñoz explica que se trata de notas que no son estructuradas en derivados o sintéticos, sino que debajo de las cuales están estos activos inmobiliarios y su desempeño puede ser monitoreado porque están registradas en la Bolsa.
"Mi pega en este caso es entregar y poner a disposición de los financistas de emprendimiento esta plataforma que está muy bien estructurada bajo regulación de Estados Unidos y que algún día, en el futuro, podríamos replicar en Chile, quizás bajo el trabajo del G100, porque hay mucha gente que estaría dispuesta a poner plata bajo este modelo", comenta.
Agrega que el modelo de esta plataforma, que ya cuenta con seis activos en EEUU y otros dos en Bogotá -que constituyen un portafolio de US$ 875 millones-, es usar los fondos para la compra de edificios viejos en Nueva York para renovarlos y ampliarlos, destinándolos a hoteles de larga estadía o espacios de co-working.
El socio de Nevasa apunta a que este segundo tipo de desarrollo inmobiliario, orientado a emprendedores, tiene mucho potencial en Chile.

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Un emprendimiento en el foco del debate

En paralelo a Nevasa, Eduardo Muñoz no deja de emprender. Ahora está involucrado, como emprendedor y financista, en un proyecto de un sector que por estos días está en el centro del debate: el reciclaje de bolsas plásticas.
Se trata de BioNergía, una iniciativa que lleva seis años de desarrollo y que con una inversión de US$ 5 millones busca tratar productos de desecho como bolsas plásticas, neumáticos y aceites usados, para convertirlos en una serie de subproductos entre los que destaca un combustible alternativo con características de un diésel con estándar de Euro IV o Euro V.
A través de Nevasa se juntaron los recursos para esta iniciativa que buscan emplazar en la comuna de Til Til, lo que les ha acarreado algunos inconvenientes. De hecho, en enero la Declaración de Impacto Ambiental de la planta de tratamiento fue rechazada y están a la espera de la resolución de un recurso de reclamación que interpusieron en contra de esta decisión.
"Tenemos el 50% de este negocio y si la planta que es escalaba funciona, nos vamos a ir al norte a tratar los residuos de la minería, donde los neumáticos son su principal dolor de cabeza", explica Eduardo Muñoz.
En este sentido, es crítico respecto de lo que ha sido la tramitación de los reglamentos para poner en práctica la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), el que ha demorado cerca de tres años.

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