El almacenamiento permitirá que las ERNC se conviertan en la principal energía del mundo

No cabe duda que la energía renovable no convencional llegó a Chile para quedarse. El país cuenta con excelentes condiciones para su desarrollo y las últimas licitaciones han favorecido la proliferación de este tipo de generación eléctrica. Pero el elemento que realmente viene a ser el complemento perfecto para este tipo de energía, son los sistemas de almacenamiento.

El almacenamiento está transformando radicalmente la industria y permitirá que las ERNC se conviertan en la principal fuente de energía en el país y el mundo, ya que entrega la posibilidad de suministrar energía renovable constante y aumentar la confianza de los sistemas eléctricos.

El creciente y acelerado desarrollo tecnológico en torno a la electromovilidad ha impulsado investigaciones que han permitido obtener sistemas de baterías cada vez más eficientes, baratos y de mayor duración. De hecho, las principales marcas automotrices han anunciado que en los próximos años los autos híbridos y eléctricos serán parte importante de sus ventas y algunos han ido aún más lejos, anunciando el fin de la producción de automóviles de combustión interna en el corto plazo.

La masificación de los autos eléctricos, junto a los últimos desarrollos en la electrónica de potencia, tendrán como resultado una baja en los costos de los sistemas de almacenamiento, los cuales se volverán cada vez más atractivos desde un punto de vista económico para su incorporación a centrales de energía renovable. Esto no solo permitirá la entrega de energía constante, sino que también robustecerá el sistema eléctrico nacional.

Al mismo tiempo, Chile se puede convertir en un importante actor dentro de esta transformación. El país es el segundo productor mundial de litio, cuya demanda mundial en 2017 alcanzó las 230 mil toneladas métricas y se espera que para 2025 crezca a 800 mil toneladas métricas, de acuerdo a IHS Markit.

Esto nos permite pensar en un futuro auspicioso para nuestro país y para aprovechar este cambio, el marco regulatorio debería adelantarse para valorizar apropiadamente la capacidad que tienen los sistemas de almacenamiento de mejorar la confiabilidad de nuestra red eléctrica.