El gestor tras la venta del CDF

Corría el año 2003 y con 27 años, Matías Claro era uno de los fundadores y gerente general del recién creado Canal del Fútbol, hoy CDF. Años en que el fútbol chileno atravesaba una crisis financiera de proporciones, con dos de los principales clubes al borde de la quiebra.

Claro necesitaba que alguien distribuyera el contenido de su canal, pero una y otra vez los posibles candidatos le cerraron la puerta. Entonces decidió crear su propia señal. Así, en cuatro meses levantó la primera empresa de televisión satelital del país: ZAP. Como no tenía antena para hacerla funcionar ni dónde comprarla en Chile, la encargó por Ebay. Pagó 10 mil dólares y cuál sería su sorpresa cuando llegó a Chile una mole de tres metros de largo por cinco de ancho, que funcionó a la perfección.

Años más tarde, en 2007, ZAP sería vendida a Telmex (hoy Claro Chile) en US$20 millones, con una cartera de 40 mil clientes, lo que le permitiría al CDF iniciar su primera etapa con números azules.

Y hace solo unos días se cerró la millonaria venta del CDF (propiedad de la ANFP y de Gestión de Televisión Limitada GTV) al grupo Turner por US$ 1.700 millones, después de tres años de negociaciones extremadamente complejas, lideradas por el propio Claro: las conversaciones partieron con un presidente de la ANFP que hoy está como testigo protegido del FBI en Miami, en el intertanto había que poner de acuerdo a 32 clubes de fútbol, armar un proceso de licitación y finalmente conseguir la aprobación de la Fiscalía Nacional Económica (que tardó casi un año en otorgarla).

Aunque el proceso “fue agotador” y muchas veces temieron que naufragara, lograron cerrar exitosamente la operación: del total, US$ 261 millones serán para GTV (de Jorge Claro, Gonzalo Martino, Jesús Diez y Hernán Bozzo) y US$ 3,1 millones se pagarán en efectivo a cada uno de los 32 clubes de fútbol. Pero más allá de esto, el gran logro, afirma Matías Claro, es que la venta dará estabilidad de recursos al fútbol chileno, puesto que el acuerdo contempla el pago de US$ 90 millones anuales a la ANFP, por concepto de derechos, hasta el 2033. “El CDF ayudó a sanear financieramente al fútbol chileno”, explica.

Ingeniero comercial, master en Economía Financiera de la UC y con un MPA en Harvard, Matías Claro fue el gran gestor del CDF. Así lo reconoció su padre, Jorge Claro Mimica, durante un discurso en la comida de fin de año del canal: “Quiero agradecer muy especialmente a mi hijo Matías, primer gerente general del CDF, la persona realmente responsable de que la idea de este emprendimiento familiar se transformara en la empresa exitosa que es hoy. Para mí, Matías es claramente la persona más importante en la historia del CDF”.

Despierta su veta social

Cuando Felipe Kast fue nombrado ministro de Desarrollo Social del primer gobierno de Sebastián Piñera, Matías Claro le mandó un WhatsApp de felicitaciones a su excompañero de universidad. Ese mismo día quedó fichado. Su paso por el gobierno -primero en Desarrollo Social, donde le tocó liderar la creación de un área de monitoreo de más de 400 programas sociales, y luego en Vivienda como encargado de Aldeas y Campamentos-, despertó en él el interés por las políticas públicas y lo social. Desde entonces ha buscado responder “al desafío de crear un puente entre el mundo social y el empresarial”.

Así es como tras su paso por Harvard, junto a su mujer Anne Traub, crearon la Fundación Niños Primero para fortalecer los vínculos emocionales entre madres e hijos menores de 4 años de hogares vulnerables. El objetivo final es desarrollar el aprendizaje temprano y cerrar la brecha con que los niños llegan al colegio. Hoy apoyan a 220 niños, pero el próximo año, de la mano de las familias Kaufmann, Ibáñez y Mödinger se ampliarán a 15 comunas y a más de 500 niños.

De la parte de la venta del CDF que les toca, planean donar US$ 2 millones para financiar causas sociales: la familia Claro a Niños Primero y al colegio Cree de Cerro Navia; la familia Martino a la Universidad Finis Terrae.

En paralelo al trabajo en la fundación, con la asesoría de Jon Martínez y luego de Juan Carlos Eichholz, Matías Claro lideró la reestructuración de los negocios familiares bajo el paraguas de Grupo Prisma. En este punto tomaron una opción estratégica: invertir en empresas reales, chilenas, pero que impliquen un aporte al país.

De esta forma Grupo Prisma agrupó a los emprendimientos de los últimos 15 años como CDF, Redvoiss, Magenta y Acepta. También sumaron Agrícola Santo Domingo, las inversiones inmobiliarias e invirtieron en Ecológica, una empresa de manejo de residuos. Para esto reclutó a profesionales como Juan Luis Alcalde y al abogado Raúl Lecaros. Ambos habían formado parte también del equipo que sacó adelante el CDF.