El proyecto de Nicolás Ibañez para convertir a Valdivia en una ciudad para seniors

La polémica por el trato que la banca o el retail le dan a los adultos mayores puso en evidencia un tema con proyecciones alarmantes. Se espera que a 2050, sobre el 30% de la población nacional tenga más de 60 años, muy superior al 17,6% actual (poco más de tres millones de personas).

Estas cifras llevaron al empresario Nicolás Ibáñez y a sus cercanos a plantearse el desafío de preparar a Chile para este cambio demográfico. “El envejecimiento de la población constituye uno de los principales problemas sociales de nuestro país y del mundo. Yo lo llamo el gran dilema. Más allá de que considero que vivir más es un éxito del ser humano, esta ‘revolución de la longevidad’ se nos presenta hoy como una tormenta perfecta”, asegura el exsocio de Walmart Chile.

La Fundación Oportunidad Mayor (FOM), creada en 2002, es el vehículo a través del que Ibáñez ejecuta su plan para la vejez, que consiste en convertir a Valdivia en un polo gerontológico a ser replicado en otras regiones.

En este proceso, su fundación aglutina a organismos públicos y privados (fundaciones, universidades y empresas, entre otras) para, en cinco años, hacer de la capital de la Región de Los Ríos el sitio ideal para vivir los últimos años en forma digna, segura y activa.

El polo gerontológico considera tres áreas principales para enfrentar el envejecimiento de manera integral. La primera es obtener la certificación de ciudad amigable con la tercera edad de la OMS (ver recuadro). La salud es otro requisito (ver recuadro). Y la tercera es la vivienda, para lo que este año el presupuesto de la FOM alcanza a $ 800 millones. En 2010, el empresario construyó el hogar Padre Pío en Valdivia, que en 2.000 mt2 atiende a 102 personas y es operado por la fundación Las Rosas. Pronto iniciarán las obras de un segundo hogar en Temuco, que costará $ 2.800 millones. Además, hace un año la FOM tomó la operación de tres Condominios de Viviendas Tuteladas, complejos construidos con fondos públicos que se asignan a ancianos que aun pueden vivir solos, bajo el monitoreo de un profesional que les organiza actividades para mantenerse vigentes. A esto se sumará un tercer formato: un centro que atienda a los ancianos durante el día con actividades recreativas y de salud.

Unidad geriátrica para el hospital

Los hospitales no están preparados para atender a una población que envejece aceleradamente. No cuentan con instalaciones apropiadas y los profesionales no tienen los conocimientos necesarios para un diagnóstico y cuidado eficientes.
La fundación de Ibáñez junto al hospital de Valdivia y la U. Austral habilitarán una Unidad Geriátrica Aguda y buscan contar con un primer geriatra para la zona. Esto será financiado por la fundación de María Noseda, la viuda de Anacleto Angelini recientemente fallecida.
El polo gerontológico incluye adecuar los recintos del hospital a una realidad en que hay menos nacimientos y más personas de la tercera edad.
En paralelo trabajan con la Universidad Austral para crear en Valdivia la carrera de geriatría en Valdivia e incluir ramos de atención a adultos mayores en la malla de las carreras vinculadas a la salud, como enfermería o kinesiología.

Locomoción, calles y plazas amigables

El proyecto piloto en Valdivia requiere intervenir la ciudad con cambios en vivienda, salud, inclusión laboral, transporte e infraestructura y espacios públicos para otorgar a los adultos mayores herramientas que les permitan mantenerse autovalentes el mayor tiempo posible. La certificación de Valdivia como ciudad amigable para la tercera edad toma cinco años y acaba de completar la primera etapa de evaluación.
Consuelo Moreno, directora ejecutiva de la Fundación Oportunidad Mayor, explica que equipos de la Universidad San Sebastián están sistematizando la información recopilada y a fin de año esperan tener un diagnóstico con recomendaciones concretas. En ese momento se conocerá la inversión necesaria para, entre otras cosas, reemplazar adoquines, habilitar rampas o ajustar los recorridos de la locomoción colectiva para mejorar, por ejemplo, la conexión con los centros de salud.

Innovación para la vejez

Senior Lab es otra de las iniciativas que impulsa la fundación de Nicolás Ibáñez, en este caso en alianza con el Centro de Estudios de la Vejez y el Envejecimiento de la UC, el Centro de Innovación UC y Co-Lab UC. Es el primer laboratorio de innovación que busca generar espacios de colaboración para que diversos actores de la sociedad, ya sea del mundo empresarial, académico y público, trabajen en la creación de productos y servicios que ayuden a satisfacer las necesidades de las personas mayores y, de esa forma, contribuyan a mejorar su calidad de vida.
Las soluciones enfocadas en el mobiliario o el equipamiento de las casas, como puertas o grifería, que respondan a los requerimientos físicos o sensoriales limitados de la edad más adulta, se plantean como un interesante nicho de negocios que, en el corto plazo, deberá ser cubierto con una oferta más variada.