Actualidad

La fórmula australiana en salud: foco en la transparencia de precios y valor a los usuarios

Junto a un sistema público de acceso universal, los privados tienen una fuerte presencia en un sistema mixto basado en una eficiente regulación.

Por: Jorge Isla | Publicado: Lunes 28 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

¿Cómo es posible que una industria de la salud privada tenga una posición fuerte, rentable e innovadora en un país cuya población tiene acceso universal y gratuito a la atención hospitalaria pública, y que además ambos sectores desarrollen una relación complementaria que explica mucho de sus altos indicadores sanitarios?

Este es el caso de Australia, nación que cuenta con un sistema de salud –Medicare–, reconocido internacionalmente por ofrecer acceso universal y gratuito a la atención hospitalaria pública a todos los ciudadanos y residentes, cubriendo, además, los costos de atención médica y de un conjunto de medicamentos prescritos.

Un piso garantizado sobre el cual la mayor parte de la población añade distintas modalidades de seguros privados de salud de carácter complementario y suplementario, conformando así un esquema mixto fomentado por el propio Estado a través de beneficios tributarios y subsidios.

Si bien esta realidad es muy diferente al esquema chileno -dividido entre beneficiarios del Fonasa y usuarios de las Isapres-, el modelo australiano es visto como un ejemplo para el debate local sobre el futuro del rol del sector privado en la salud, actualmente en suspenso entre la comisión presidencial que propuso una profunda reforma a la industria el año pasado y la sucesiva postergación del envío del proyecto de ley al Congreso.

Un escenario respecto del cual el presidente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes, enfatizó que “establecer limitaciones al desarrollo de la actividad privada sería contrario a la tendencia mundial, donde cada día más países desarrollados avanzan hacia modelos de salud con una creciente colaboración público-privada, que refuerza en manos del Estado la regulación del sector y deja en manos de privados la respuesta a las crecientes demandas en salud”.

Esto en el marco del XXI Encuentro Nacional de la Salud (ENASA) realizado el jueves y en donde expuso Justin James, director de Ventas y Desarrollo de Bupa Australia, el mayor proveedor de seguros de salud en ese país.

“La colaboración público-privada debe traducirse en el trabajo de todos juntos, apuntando a poner al cliente al centro para lograr los mejores resultados, y eso lleva al equilibrio del sistema”, aseveró James, quien aterrizó las claves de ese modelo.

Prioridad en la transparencia de los precios

Con seguros privados de salud disponibles desde 1930 y un sistema público que comenzó a dar acceso universal en la década de los ‘70, la clave aplicada para lograr la asociatividad y complementariedad entre ambos sectores en Australia ha estado en la marco regulatorio estructurado con un alto grado de consenso.

“El sistema tiene niveles de complejidad difíciles de transmitir al público, por lo cual los reglamentos tienen que ser muy transparentes, y es necesario invertir tiempo en comunicárselos a la población para que los entiendan muy bien. La prioridad en la reglamentación es muy importante para lograr una adecuada distribución del financiamiento, desde el nacimiento hasta la muerte, para así alcanzar un equilibrio, para lo cual estamos colaborando con el gobierno muy fuertemente. El principal efecto es la transparencia en los mecanismos de precio”, sostiene James.

Trabajo conjunto para reducir los costos

Lograr una oferta que agregue valor a los pacientes en el marco de una salud pública con una cobertura universal de muy buena calidad, ha obligado a los privados de ese país a extremar su creatividad, capacidad de innovación y eficiencia.

En este último aspecto, la gestión de los aseguradores privados australianos apuntan al doble desafío de procurar una permanente disminución de costos para los clientes en un escenario de encarecimiento de las prestaciones de salud, envejecimiento de la población y auge de las enfermedades crónicas, elementos que también inciden en Chile.

“Uno de los factores del éxito en Australia es identificar lo que denominamos como “balas de plata” dentro de la cadena de valor, lo cual implica encontrar cuál es el valor que se está desperdiciando en nuestro sistema. Así, se apunta a lograr la mayor consistencia posible en los mecanismos de precios”, explica James sobre las tareas asumidas en conjunto entre los sectores público y privado.

A partir de tomar conciencia de hechos como que un marcapaso avaluado en US$ 7.000 en Alemania cueste US$ 50.000 en Australia, apunta que “fuimos capaces de identificar muchos cientos de millones de valor que ni los pacientes ni el sistema estaban percibiendo”, explica que la fórmula para abordar las presiones inflacionarias, por ejemplo, en el caso de las prótesis implicó “una reforma a la lista de estos dispositivos por parte del gobierno, que ha avanzado 20% en los cambios para reducir los precios”.

programas de soporte a los pacientes a distancia

Ejemplo de la capacidad de innovación y aporte a problemas de salud urgentes y de alta prevalencia en la población, es la serie de planes que Bupa Australia ha implementado para generar valor a los pacientes a partir de experiencias como el Programa COACH de gestión de enfermedades crónicas. Entre las fortalezas de esta política, la directora de experiencia de clientes de Bupa Australia, Ayela Thilo, destaca las fórmulas de trato directo y personalizado de atención al paciente en su hogar, por vía telefónica o por internet, ya sea en el periodo post operatorio, de tratamiento o como prevención de enfermedades. Así, destacan sus programas de asesoría (Coach) en: Manejo de la diabetes tipo 2; protección a la salud mental de las embarazadas y madres que acaban de tener un hijo; soporte postoperatorio a pacientes de alto riesgo, para el uso correcto de sus medicamentos; manejo de la osteoartritis de rodilla y cadera; programa para minimizar el riesgo o progresión de enfermedades crónicas; asesoría a adultos mayores de 75 años para mantener su autonomía por un mayor tiempo, entre otros. A la vez, incluyen intervenciones de última generación como una aplicación para teléfonos celulares que, mediante escaneo de códigos a productos alimenticios, permite al usuario tener información al detalle de sus características nutricionales.

Lo más leído