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Sostenibilidad y liderazgo transformador

Juan Pablo Schaeffer, Gerente de División Desarrollo Sustentable

Por: | Publicado: Miércoles 30 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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La empresa, en particular la gran empresa chilena, ha sido uno de los grandes protagonistas del desarrollo de Chile reciente.

Según la última Encuesta Longitudinal de Empresas, las grandes empresas –sobre US$4,5 millones en ventas anuales- representan el 3,2% del universo estudiado pero emplean al 53,6% del total de trabajadores. También destacan por la calidad de sus empleos: en ellas solo el 1,6% de sus empleados trabaja a honorarios, versus el 11,7% en el segmento de microempresas. Y en términos de productividad, las grandes empresas son seis veces más productivas.

Esta historia de éxito contrasta sin embargo con la percepción que hay de ellas, marcada por un deterioro en la confianza. ¿Por qué esta contradicción? Ciertamente, las denuncias sobre financiamiento irregular de la política, así como algunas malas prácticas que han involucrado a ejecutivos de grandes empresas, han golpeado la imagen y confianza en estas y otras instituciones.

Pero mientras estos casos son los que han acaparado los grandes titulares, desde hace un tiempo y cada vez de manera más masiva –aunque con menos visibilidad- el mundo empresarial ha comenzado a echar mano a un repertorio de nuevas herramientas para modificar la forma de hacer negocios.

En el centro de esta visión está avanzar hacia una gestión sostenible de las empresas, lo cual no es altruismo, ni solidaridad, ni siquiera filantropía (prácticas todas respetables y deseables para la sociedad). La sostenibilidad apunta a establecer criterios de gestión que permitan crear valor de largo plazo para una compañía, sus accionistas y demás grupos de interés. Por eso en Colbún solemos decir que la sostenibilidad no es una parte del negocio, sino que ES el negocio.

Estos criterios de gestión sostenible se expresan en lo que hoy se conoce como ESG (Environmental, Social y Governance) y que buscan instalar dentro de las compañías objetivos y métricas para medir los avances en estos ámbitos. Porque la creación de valor implica no sólo una buena gestión financiera, sino que ello se haga en equilibrio con el medioambiente, generando un impacto positivo en la sociedad, y todo ello a través de adecuados estándares de transparencia y gobierno corporativo.

La instalación de esta nueva mirada en directorios y a nivel gerencial ha sido un elemento clave en la evolución que estamos apreciando. Sólo un liderazgo transformador tiene la fuerza y capital necesarios para movilizar a una organización compleja como es la empresa moderna, en particular la gran empresa.

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