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Venta de 50% de Aguas Nuevas se frena por proyecto que modifica negocio de sanitarias

Fondos extranjeros de infraestructura y pensiones estaban entre los interesados por entrar a la propiedad de la empresa que opera en cuatro regiones del país.

Por: Felipe Brión C. | Publicado: Lunes 20 de marzo de 2017 a las 04:00 hrs.
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La aprobación en la Cámara de Diputados de una moción parlamentaria que cambia varios aspectos de cómo se estructura el negocio sanitario, traspasó fronteras.

Además de las pérdidas de valor bursátil que implicó para varias compañías, otra de las consecuencias más visibles sería que inversionistas internacionales interesados en ingresar a este mercado, le estarían dando una segunda vuelta al asunto. Esto le estaría sucediendo a la japonesa INCJ (Innovation Network Corporation of Japan, algo así como la Corfo nipona), que desde mediados del año pasado está vendiendo el 50% de Aguas Nuevas, una sanitaria que tiene presencia en varias regiones del país.

Conocedores del proceso dicen que dada la incertidumbre que generó el proyecto de ley que ahora verá el Senado, el proceso está detenido. Junto a su socia Marubeni, INCJ ingresó en 2010 a la compañía, tras adquirir el 100% al Santander, el que a su vez había comprado en 2008 a la familia Solari.

Diversas fuentes agregan que pese al interés de varios fondos de infraestructura y de pensiones extranjeros por ingresar a Aguas Nuevas, la transacción se paralizó hasta que no exista una claridad de qué pasará con el proyecto. Pese a que el gobierno dijo que no apoyaba la moción tal como estaba planteada, aún persisten las dudas. Incluso tras las críticas que lanzó el ministro Rodrigo Valdés. “Son cambios sustanciales a las reglas del juego de una industria regulada que el gobierno no apoyará”, dijo en enero.

“Vamos a hacer todo lo posible para que esos cambios no se materialicen. La incertidumbre regulatoria cuando no es bien estudiada, cuando hay cambios que llevan incertidumbre, es, la verdad, bien dañina”, agregó esa vez.

En la actualidad el proyecto está en el Senado y debe ser visto en primera instancia por la comisión de Obras Públicas.

Las dudas del proyecto

Uno de los puntos del proyecto que se considera como el más sensible para las sanitarias es que se elimina la garantía que permite que las empresas tengan una rentabilidad mínima de 7%.

Además, considera que el 50% de todas las ganancias que provengan del negocio no regulado se descuenten mediante reducción de tarifas a los usuarios, cifra que sube a 80% por el concepto de aguas servidas tratadas.

Sin embargo, además de esos cambios de fondo al sistema tarifario, también despertaron dudas una serie de detalles de cómo avanzó la tramitación del proyecto, el que en pocos meses logró ser aprobado por la Cámara de Diputados. Sin mayor discusión.

De partida, la moción fue solo analizada por la Comisión de Recursos Hídricos, instancia que aunque especializada, no tiene entre sus focos de acción temas como la actividad de las sanitarias, sino que materias como la sequía y el cambio climático. Se critica que el texto no fue visto por comisiones como la de Obras Públicas o Economía, que en ocasiones anteriores han tramitado este tipo de proyectos.

Eliminado ese ruido, en el mercado destacan que el sector es un buen negocio y muy apreciado por los inversionistas internacionales. La prueba más clara de esto es que en 2015 Empresas Públicas de Medellín (EPM) pagó cerca de US$ 1.000 millones al grupo Luksic por Aguas Antofagasta.

Mientras la empresa sanitaria de la segunda región tiene 168 mil clientes, Aguas Nuevas cuenta con 420 mil, según informan en sus memorias corporativas de 2015.

Negocio con proyección internacional

Con más de 420 mil clientes a 2015, Aguas Nuevas opera en cuatro regiones: en Arica y Parinacota y Tarapacá por medio de Aguas Altiplano; en La Araucanía con Aguas Araucanía; y en Magallanes con Aguas Magallanes. Con esto, es el tercer operador de este mercado en el país, con una cuota del 9,3%, cubriendo una población aproximada de 1,3 millones de habitantes.

En 2016 la empresa tuvo ingresos por $ 110.224 millones, lo que es un aumento de 2,42% respecto a los $ 107.614 millones de 2015.

Las utilidades en el ejercicio alcanzaron los $ 6.782 millones, lo que es una baja de 56,5% consideran lo logrado en 2015. En el análisis razonado detalla que los gastos por impuestos a las ganancias aumentaron considerablemente debido al ajuste en los impuestos diferidos por beneficios tributarios.

Pese a esta reducción, entre 2010 y 2016 solo ha tenido pérdidas (por $ 185 millones) en ese primer ejercicio, luego todo ha sido utilidades, donde las mayores estuvieron en 2012 con $ 44.331 millones, según los reportes enviados a la SVS.

El negocio incluso tiene proyecciones internacionales, ya que el otro socio de la empresa, Marubeni ha planteado que quiere convertir a Aguas Nuevas en su vehículo de inversión para entrar en este negocio en mercados como Colombia y Perú. En el país cafetero ya abrieron oficinas.

Por la intención de venta de INCJ, han dicho que ellos probablemente se quedarán hasta el fin de la concesión, previsto para 2034.

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