Construcción

Aeropuerto de Santiago al límite

La concesionaria Nuevo Pudahuel y las aerolíneas afirman que es urgente que la autoridad incorpore tecnología de punta para reducir las filas, mientras se concreta la ansiada ampliación del terminal.

Por: J. Troncoso | Publicado: Viernes 22 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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"Es el peor aeropuerto en que he estado: tardé 2 horas y 30 minutos desde que bajé del avión y salí de la terminal", "¿se permite a los funcionarios de inmigración revisar Facebook cuando hay pasajeros frente a su ventana?", "este lugar es bastante terrible".

Las citas son de ciudadanos de Estados Unidos y Australia cuestionando el funcionamiento del aeropuerto internacional de Santiago Arturo Merino Benítez; fueron escritas durante 2018 en el portal internacional de Skytrax, una consultora inglesa que todos los años publica la que es tal vez la lista más conocida de "Los 100 mejores aeropuertos del mundo". Aseguran que se basan en 13,7 millones de encuestas completadas por usuarios de más de 100 nacionalidades.

El ranking 2018, la lista de este año se publicará la próxima semana, lo lidera el aeropuerto internacional de Singapur, que lleva seis años ocupando la misma posición. En la clasificación figuran cinco terminales de América Latina: Bogotá (46), Quito (47), Lima (49), Guayaquil (70) y Panamá (94). Dentro de los 100 más destacados, no aparece el aeropuerto de Santiago.

"Tenemos un aeropuerto caro y malo, el actual aeropuerto nos quedó chico, feo, no funciona y ahora estamos construyendo un buen aeropuerto para 2020", dijo Ignacio Cueto, presidente de Latam Airlines, en el Summit Turismo del año 2017.

Dos años antes, la concesión para la construcción de un nuevo terminal fue adjudicada al consorcio Nuevo Pudahuel, formado por Aeroports de Paris International (45%), Vinci Airports (40%) y Astaldi, que a principios de año decidió vender su participación tras los graves problemas financieros que tuvo que enfrentar el grupo italiano.

La concesión base considera un nuevo terminal internacional (el actual será destinado sólo a vuelos nacionales) con cuatro espigones o grandes brazos destinados a salas de embarque, junto con una nueva infraestructura para estacionamientos. Todo con un costo que ya se acerca a los US$ 1.000 millones.

Si bien noviembre de 2020 era la fecha original del debut del nuevo terminal (se entregará en etapas), ésta fue modificada y ahora se espera que esté listo a fines del año 2021.

Lo complejo es que se estima que su capacidad máxima -que será de 30 millones de pasajeros, el doble que la actual- se alcanzará en 2023, un año después de ser entregado.

Hay un plan B, pero aún no se activa. El contrato de concesión contempla un "gatillador" de inversiones, herramienta que permite al Ministerio de Obras Públicas (MOP) solicitar por una única vez una ampliación si es que la cantidad de pasajeros transportados supera un umbral definido en las bases de licitación. Serían dos espigones adicionales, para lo que será necesario expropiar terrenos en donde hoy hay bodegas en manos de privados en el sector poniente del complejo. La autoridad anunció que este año contrataría los estudios de expropiaciones para permitir la expansión del terminal.

Lo que tiene a muchos en alerta es si alcanzará el tiempo para tener esos terrenos disponibles para la ampliación cuando se decida hacer la obra. En el MOP hay confianza.

Menos filas

A fines del año pasado, se abrió el nuevo Espigón C, que aportó 10 nuevas mangas de embarque. Para junio de este año está proyectada la apertura del Espigón E, que tendrá puentes de embarque dobles y que permitirá tener a 12 aviones en posición para realizar sus operaciones. También en ese plazo se entregarán al público más de 1.500 estacionamientos. Es un edificio que se ubica entre el terminal actual y el futuro sector internacional: tres pisos serán para aparcaderos y el nivel superior tendrá un bulevar.

Según el último reporte oficial, el avance acumulado de las obras alcanza el 44,80% al 31 de diciembre de 2018, según cálculos de la Inspección Fiscal.

El gobierno busca a toda costa que se cumplan los plazos. Si bien esto es destacado por los privados, desde el concesionario Nuevo Pudahuel y las aerolíneas abogan para que la autoridad incorpore cuanto antes tecnología de punta que podría reducir significativamente las filas y así otorgar una mejor calidad de servicio a los pasajeros.

Desde principios de año, la Subsecretaría del Interior evalúa incorporar quioscos que permitan automatizar el control de los pasaportes y reducir las largas esperas que habitualmente sufre el viajero antes de entrar al país. El sistema ya se usa en algunos de los principales terminales del mundo desde hace, al menos, cinco años.

Si bien este sistema aún no se incorpora en aeropuertos de la región, sí hay otras tecnologías que se han sumado para mejorar la atención de los pasajeros.

Desde Latam Airlines destacaron que fueron el primer grupo de aerolíneas de Latinoamérica en usar biometría de reconocimiento facial para su proceso de embarque.

La tecnología fue implementada por el Aeropuerto de Carrasco en Montevideo, en conjunto con las autoridades gubernamentales de Uruguay, convirtiéndose así en el primer país de la región en contar con este moderno sistema de embarque.

Para la empresa chilena, esto brinda una mayor velocidad y seguridad en el proceso de embarque, disminuyendo hasta en un 50% los tiempos de ingreso al avión.

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