Construcción

Carlos Molina y crisis social: “Si Chile quiere llegar a ser un país desarrollado, en algún minuto teníamos que hacer este ajuste”

Confiado en la capacidad del país ante la crisis, dice que “ningún inversionista extranjero está pensando en irse”, pero advierte necesidad de reafirmar la certeza jurídica.

Por: Magdalena Arce L. | Publicado: Lunes 23 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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El estallido social trajo consigo daños, saqueos, incendios y un cuadro de incertidumbre económica que ha afectado a distintos sectores económicos, como es el caso del comercio. Por ello, una de las reacciones más duras en esta coyuntura provino de la supermercadista estadounidense Walmart, que demandó al Estado por “incumplir con su deber de garantizar el orden y la seguridad pública”. Aunque posteriormente retiró esa medida, la acción generó en su momento una alerta respecto de si podia constituir una señal en cuanto a una posible fuga de capitales extranjeros.

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El presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de Chile, que agrupa a más de 300 empresas de todos los tamaños, afirma que la visión de los socios mantiene su confianza en el país y su capacidad de revertir la actual crisis.

-A dos meses del estallido social, ¿cuál es la visión de los socios de la cámara?

- La mirada que se tiene desde el inversionista es un poquito distinta a la que uno de repente escucha a nivel interno. No se ve como un drama, nosotros vemos con optimismo esto. Si Chile quiere llegar a ser un país desarrollado, sin lugar a dudas, que en algún minuto teníamos que hacer este ajuste.

-¿Sobre qué elementos basa ese diagnóstico?

-El modelo chileno fue muy exitoso durante 30 años; uno tiene que pensar que post dictadura Chile tenía una pobreza en torno al 48% y hoy día es del 8%. Eso te habla de que durante 30 años el país progresó, pero lo que no se supo ver es que ese 40% que salió de la pobreza pasó a ser una gran clase media, y sin darnos cuenta, no captamos que había que hacer ciertos ajustes (…) Chile se ha ganado un lugar en los últimos 20 años, donde yo no he escuchado a ningún inversionista extranjero que esté siquiera pensando en irse, eso no está en discusión.

-¿En esto no influye que Chile no tiene la relevancia de otras economía de la región?

-No, no es eso. Por ejemplo, cuando uno mira lo que pasa en Cataluña o en Paris, uno lo ve con cierta distancia y sin mucha preocupación. Se entiende que son procesos sociales que van deviniendo en el tiempo.

-¿Qué tendría que pasar para que alguna compañía tomara la decisión de irse?

- Si uno compara Chile con la región, el gran activo es justamente su funcionamiento, su institucionalidad. Entonces la inquietud está en que, por ejemplo, se empiecen a cuestionar tus contratos o tus pactos. En nuestro caso, la inversión española es la tercera en el país, aunque en diversificación de negocios está en el primer puesto, con distancia del primero y el segundo, que son más bien mineros. La inversión española está en la banca, seguros, energía, vinos, autos, infraestructura, universidades, fútbol, etc. Lo que perjudica al inversionista es que afecten la certeza jurídica.

-¿Ha observado señales en ese sentido?

-No. Nos hemos reunido con las autoridades, por ejemplo, con el canciller que ha sido muy claro y enfático en decir que eso no está en discusión y que nos podemos quedar tranquilos, que Chile es un país serio, ordenado y nosotros creemos eso. Cuando se entiende eso no está el temor de a perder estas inversiones, que por lo demás son a largo plazo. Lo que apuestan es al país más que un gobierno de turno, y eso aún no está en juego.

-Proyectando que este proceso seguirá en los próximos meses, ¿seguirá el mismo ánimo en los inversionistas?

-Yo no creo que sean un par de meses más, sino que un par de años más. Vamos a vivir un proceso donde habrá discusiones que antes no teníamos y eso es parte del proceso. Insisto, mientras se respeten las reglas del juego, no pasa nada. Hoy no hay antecedentes que permitan suponer eso y la gran pregunta de un inversionista ahora es cómo se va a gestionar esto.

-En el escenario actual, ¿hay interés de nuevos inversionistas por arribar al país?

-No. En este minuto todo el mundo está mirando lo que va a pasar. Sí hay algunos que ven que se abre una oportunidad. La sensación que tengo es que el inversionista nacional que diga “no, yo de esta licitación no voy a participar”, va a quedar fuera, porque muchos extranjeros van a participar. Ninguno ha detenido sus procesos de estudio o de análisis.

-¿Cuál es el rol de los inversionistas en esta crisis?

-En nuestro caso podemos aportar no sólo con dinero, sino que también con las prácticas de los países desarrollados. Sobre todo somos inversionistas diversificados y venimos de países del primer mundo, y creo que de esos modelos se pueden tomar las buenas prácticas y adaptarlas a la realidad chilena. Esta es una oportunidad para hacerlo, ya que hace uno o dos años no existían las condiciones.

Ahora se ha dado un momento de ralentización de la economía, donde vamos a crecer menos y vamos a tener dificultades, pero también se nos abre la posibilidad de plantearnos un modelo que nos permita llegar al desarrollo. Y si eso se hace bien, Chile va a salir más fortalecido que antes.

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