Construcción

Crimen y mercado inmobiliario

Arturo Cifuentes, profesor adjunto, Columbia University e investigador Clapes UC.

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En los últimos diez años, los robos violentos aumentaron casi un 50% en la Región Metropolitana (RM), según la Subsecretaría de Prevención del Delito.En este contexto, no es sorprendente que los santiaguinos declaren frecuentemente que el crimen es su preocupación más importante (este tema les preocupa más que la educación, la corrupción, el cambio climático o la desigualdad).

Un estudio reciente de CLAPES–UC —liderado por la investigadora Nathaly Andrade— se preocupó de investigar la relación entre el crimen y las variaciones en los precios de las propiedades. Como se sabe, los valores de las casas y departamentos (según el índice inmobiliario CLAPES–UC/ Real Data) medidos en términos reales, prácticamente se duplicaron durante la última década.

El estudio de CLAPES–UC — que se basa en datos trimestrales de los últimos doce años en la RM, y diferencia entre catorce tipos de crímenes (p. Ej. robos de automóviles, robos desde automóviles, homicidios, asaltos con lesiones graves, amenazas, robos a lugares deshabitados) — arroja resultados interesantes: algunos esperables, y otros, un poco sorprendentes.

Entre los resultados esperables, y tal vez el menos controversial, es que en general los aumentos en los índices de crimen tienen un impacto negativo en los precios de las propiedades. El crimen que más efecto tiene en los precios es el robo en lugares habitados. Lo curioso es que, a igualdad de condiciones, un mismo nivel de crimen tiene un efecto más marcado en los precios de los departamentos que en los de las casas. El indicador que menos afecta el valor de las propiedades es la riña en lugares públicos (que en estricto rigor se podría considerar más una molestia que un crimen).

Un resultado sorprendente es que los crímenes violentos exhiben una correlación positiva con los aumentos de precio, en ambos casos, casas y departamentos. Este hallazgo (que no se puede considerar totalmente inesperado, pues se ha encontrado en muchos otros estudios en EE.UU. Y Europa) todavía no recibe una aclaración satisfactoria.
La explicación más ingeniosa que conozco viene de un economista cuyo nombre no revelaré: el crimen hace que la gente instale mecanismos de protección en las viviendas, lo cual las hace más valiosas, y, por lo tanto, suben sus precios. Confieso que esta lógica no me convence. Por lo tanto, habrá que seguir investigando este fascinante fenómeno. O esperar una explicación un poco más creíble.

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