Fondo liderado por Alberto Muchnick ingresa a la propiedad de Ralei tras salida de grupo de EEUU

El grupo estadounidense Calzada Capital Partners alcanzó a estar tres años en la propiedad de la inmobiliaria chilena Ralei. En 2016, la norteamericana, que administra activos inmobiliarios por unos US$ 6.500 millones, tomó cerca del 90% de la empresa ligada a la familia Rappaport. Sin embargo, problemas entre los accionistas terminaron con la sociedad.

“Tuvimos un inicio bastante exitoso, pero con el correr del tiempo fueron saliendo diferencias en la visión del negocio. Llegamos a un acuerdo en que la mejor opción era separarnos. Negociamos y sellamos un arreglo amistoso”, explica Ariel Rappaport, gerente general de la inmobiliaria, quien mantiene bajo reserva el monto que pagaron por recomprar la participación de la firma estadounidense.

“Nosotros levantamos capital para comprar la participación a Calzada”, detalla el ejecutivo. De esta manera, el 51% de la inmobiliaria quedó en manos de los socios originales de Ralei, “más amigos y parientes, varios de ellos con quienes trabajamos en el pasado antes de la asociación con Calzada”, dice Rappaport.

El 49% restante quedó en manos de AMM, firma ligada a Alberto Muchnick, quien se dedica desde hace décadas al negocio de la administración de patrimonios, con foco en clientes de altos recursos.

Actualmente Muchnick tiene una corredora en Miami, llamada CGIS Securities, donde actúa como presidente ejecutivo, y una administradora de fondos de inversión privados llamada AMM Capital, que preside. Ingeniero comercial de la Universidad de Chile, también se desempeña como vicepresidente del directorio de Inversiones Aguas Metropolitanas (IAM), controladora de Aguas Andinas, desde abril de 2010.

El vínculo entre Ralei y Calzada se generó a través de los socios chilenos de la firma de arriendo de bodegas Aki KB, a la cual Calzada Capital entró como accionista en 2014 y donde aún se mantiene en la propiedad.

El terreno de la discordia

Cuando se anunció el ingreso del fondo estadounidense a la inmobiliaria de los Rappaport, el plan consideraba una asociación para invertir US$ 300 millones en tres años para el desarrollo de 10 proyectos inmobiliarios habitacionales en altura, principalmente, en Santiago centro y comunas de la zona oriente de la capital.

Uno de los más emblemáticos era el que se proyectaba en el paño ubicado frente a la Escuela Militar, en la esquina nororiente de Av. Vespucio con Presidente Riesco, en pleno Las Condes. El terreno de 9.900 m2 había sido vendido por el Ejército de Chile en noviembre de 2016, en un proceso de licitación que en ese momento ganó Ralei al presentar una oferta superior a los US$ 46 millones.

No obstante, a principios de este año, Calzada Capital decidió vender el terreno, el cual fue adquirido por Territoria, firma ligada a Ignacio Salazar y Francisco Rencoret, en sociedad con el grupo Calvo Puig, quienes proyectan levantar un complejo de oficinas con una inversión superior a los US$ 160 millones.

“Dada la envergadura y complejidad del proyecto, Calzada optó por vender ese terreno. Esa decisión fue la principal razón que nos dividió”, cuenta Ariel Rappaport, quien da vuelta la página y explica los nuevos desafíos de Ralei, que hoy tiene como foco la renta inmobiliaria residencial.

El ejecutivo explica que tienen un edificio operando en Santiago centro (con 98% de ocupación), además de otros dos proyectos listos para partir, que sumarían 1.200 departamentos. Una cuarta iniciativa está en fase inicial de arquitectura.

“En paralelo, estamos viendo alternativas con lupa dada la situación del país, pero siempre en el negocio de renta residencial”, dice.

Aprueban anteproyecto de edificios en terreno del Instituto Hebreo

La Dirección de Obras de la Municipalidad de Las Condes aprobó un anteproyecto para la construcción de tres edificios de 15 pisos -para viviendas y oficinas- en el terreno donde se ubica el Instituto Hebreo, en Av. Las Condes 13.450.
El titular de la obra es la Organización Central de Educación Judía para Chile Vaad Hajinuj, una institución sin fines de lucro responsable del control de gestión del instituto.
La entidad educacional dejará su tradicional sede y el terreno será vendido. Para alcanzar el máximo potencial (que se estima en más de US$ 30 millones) es que se espera enajenar el paño con un proyecto inmobiliario aprobado.
Con esos recursos se levantará un nuevo colegio en una porción del paño en donde se ubica el Estadio Israelita, a un costado del Hospital de la Fuerza Aérea.
Con otra porción de los recursos se creará un endowment para, entre otras cosas, financiar becas.
Se estima que el nuevo instituto tendrá un costo de entre US$ 20 millones a US$ 25 millones, y se espera que esté listo en un plazo de cuatro a cinco años.