Socio de Luksic en Colombia: “Somos optimistas en relación a lo que viene”

Desde Colombia

La inauguración de la planta de la Central Cervecera de Colombia este viernes en la localidad de Sesquilé, en las afueras de Bogotá, no sólo concretó el gran proyecto que desde 2014 venían preparando en conjunto la empresa local Postobón y CCU, sino que además representa "la mayor inversión privada que se ha realizado en Colombia en los últimos cinco años, con cerca de US$ 500 millones que dan cuenta de eso", como destacó Carlos Ardila Gaviria en la ceremonia que fue encabezada por el presidente de ese país, Iván Duque.

Junto a su hermano Antonio José, este empresario ha dirigido el grupo fundado en 1951 por su padre Carlos Ardila Lülle, que en la actualidad es uno de principales conglomerados del país con negocios en los sectores de bebidas, producción azucarera, comunicaciones, empaques, agroindustria, seguros, deportes y sector automotor, entre otros.

Estas compañías que suman una planta de 44 mil empleos directos están dirigidas desde la Organización Ardila Lülle que "creció de la mano de mi padre y ha jugado un papel trascendental para Colombia con la realización, por décadas, de inversiones sostenibles que han sentado las bases del aparato productivo nacional y permitido fortalecer la economía de mercado", como describió Ardila Gaviria en su discurso inaugural.

Con una inversión conjunta de US$ 474 millones, el complejo de Central Cervecera de Colombia tiene una capacidad productiva de 3 millones de hectolitros anuales, operaciones que inició en febrero pasado con la elaboración de la cerveza Andina, la primera marca de la firma y cuya comercialización hace la red comercial del grupo Postobón que abarca el 90% del territorio nacional.

"Podemos llegar a más de 450.000 comercios en el mercado cervecero para que tengan la oportunidad de aprovechar una oferta diferenciada con marcas únicas, de alta calidad", indica Carlos Ardila, quien es consejero delegado de la Organización Ardila Lülle.

La segunda fase será la producción de las siete marcas internacionales que a la fecha comercializa, como principalmente Heineken, Tecate, Miller Lite y Sol, proyecto que la compañía tiene previsto desarrollar a partir desde el segundo semestre de este año.

Una vez que llegue a una plena capacidad operativa, el objetivo de la empresa será captar entre el 11% y 12% del mercado cervecero colombiano en los próximos años.

– ¿Cómo se gestó la relación con el grupo Luksic que llevó a la alianza que establecieron en 2014?

– Nuestra familia y la familia Luksic nos conocemos desde hace mucho tiempo, y ésta es una oportunidad única de realzar estos lazos, no sólo familiares y empresariales.

– ¿Cuál es su diagnóstico de la relación que lograron desde ese inicio hasta ahora inaugurando esta planta?

– Estamos muy contentos de tener esta nueva relación con la familia Luksic, como también con el grupo Heineken; ellos están apostando al país, lo cual agradecemos muchísimo. Y en lo que respecta a nosotros, cumplimos un hito más del camino que nos hemos trazado de ser dinamizadores del desarrollo general, y en especial de la industria de bebidas en Colombia.

–Usted destacó la inversión en la planta es la mayor realizada en Colombia en los últimos cinco años ¿qué relevancia tiene como señal sobre las oportunidades en su país?

– Esta planta de Central Cervecera de Colombia demuestra la confianza inversionista que viene ahora al país y por eso agradecemos mucho la apuesta que hacen el grupo Quiñenco y el grupo Heineken. Esa confianza es muy importante para nosotros y para el país.

– ¿Cuál es su balance del desempeño de la economía colombiana hasta ahora?

– Este año el desempeño económico tiende a ser muy positivo en todos los sectores productivos, algo que no se presentaba desde 2013, y nos proyectamos en un crecimiento mayor al de promedio de los países miembros de la OCDE. Los indicadores macroeconómicos son sanos y equilibrados, la inflación, la tasa de interés, la tasa de cambio, las exportaciones dan cuenta de ello, además, el consumo de los hogares que representa dos terceras partes del producto interno bruto muestra signos importantes de recuperación.

– ¿Qué expectativa tiene sobre el crecimiento para este año?

– Somos muy optimistas en relación a lo que viene y confiamos fuertemente en que el camino por el que marchamos es el correcto. Confiamos en que podremos llegar a tener nuevamente un crecimiento económico superior al 4% o 5%, en lo cual juega un papel importante el plan de gobierno.

– ¿Cómo evalúa las medidas adoptadas por su gobierno para estimular la inversión?

– Es importantísimo. Aunque esas nuevas propuestas para facilitar la inversión son recientes y no alcanzaron a cobijarnos en el caso nuestro, hacia adelante lo que viene haciendo el gobierno es muy importante para el país. Ahora Colombia es sinónimo de oportunidades.

El plan de CCU

Junto con valorar la inversión y tecnología del complejo desarrollado junto a Postobón, el gerente general de CCU, Patricio Jottar, reconoce que el inicio de las operaciones corresponde a los "primeros 500 metros de una maratón que requiere estar preparado para seguir corriendo con mucha fuerza y energía".
El desafío es irrumpir en el tercer mercado de la región con 25 millones de hectólitros al año y que está dominado por el grupo Bavaria del conglomerado nacido de la fusión entre AB Invev y SabMiller que capta el 97% de las ventas.
"Frente a un mega competidor, ya hemos tomado un 2% con marcas importadas previo a nuestra cerveza producida localmente, que está siendo muy bien aceptada", señaló. La fase de elaboración del portafolio internacional de Heineken y MillerCoors tendrá lugar entre julio y diciembre en un proceso gradual.
A largo plazo, Jottar indica que CCU verá oportunidades para todos sus productos en ese país: "Como en todos los mercados en los que participamos, tenemos vocación de multicategoría operando también en gaseosas, vinos, licores, etc., pero son proyectos muy a futuro".

"Este es el triunfo del pragmatismo versus la ideología"

La presencia del presidente de Colombia, Iván Duque, en la inauguración de la planta, coincidió con la aprobación la noche anterior del Plan Nacional de Desarrollo (PND) que establece las principales metas económicas y sociales para los próximos cuatro años –como lograr un crecimiento de 4,5% en 2022 y reducir el desempleo desde al 7,9%–, con un amplio programa que incluye un conjunto de acciones proinversión.
"Decidimos bajar la carga tributaria a los que generan empleo: la micro, la pequeña la mediana y la gran empresa. Por eso, se redujo la tasa nominal de la renta, así como el descuento del IVA que se paga en los bienes de capital y del ICA (Impuesto de Industria y Comercio) en un marco para las mega inversiones que superan los US$ 250 millones", detalló el mandatario.
Además, se establecieron medidas de estímulo a la innovación, bajando a cero el impuesto de renta por los primeros siete años, y por diez años en los negocios en el sector rural con un mínimo de generación de empleos.
La batería de medidas fue ampliamente valorada entre la delegación de Quiñenco, encabezada por su presidente, Andrónico Luksic, y la plana ejecutiva liderada por el gerente general del holding, Francisco Pérez Mackenna. "Creo que es el triunfo del pragmatismo versus la ideología; aquí hay una comprensión de que se debe ser práctico y de cómo resolver los problemas. Desde ese punto de vista, lo que importa de un gato no es su color, sino que cace ratones, de forma limpia cumpliendo las reglas del juego", señaló.
A su juicio, el mensaje de Duque demuestra que "no hay que tener miedo de la cooperación público-privada, y que los emprendedores, en alianza con el sector público, son parte del engranaje que permitirá resolver los problemas de la gente".