Empresas y Startups

Consultora española de comunicaciones se expande en Chile con miras a estar entre las cinco más grandes

Llorente y Cuenca llegó a un acuerdo para adquirir a la local Factor C.

Por: Andrés Pozo B. | Publicado: Jueves 12 de noviembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Aterrizaron en Chile en 2014 y hace tres años comenzaron a buscar oportunidades para crecer. Llorente y Cuenca (LLYC), una consultora de comunicación española que tiene del orden de 600 profesionales en el mundo, con oficinas en Madrid, Barcelona, Nueva York, Miami, Bogotá, Lima, Buenos Aires y Santiago, entre otras ciudades, está dando un paso para meterse entre los diez actores más relevantes de este segmento a nivel local.

Para esto, cerró la compra de Factor C, una consultora nacional con la que podrá duplicar su tamaño en el país, llegando a poco más de 30 profesionales. Esta agencia había sido fundada en 2008 y en el último tiempo había tenido una serie de cambios, con la salida de algunas de sus socias. Actualmente tiene tres socios directores: María Soledad Camus, Beatriz Aliste y Roberto Ordóñez.

José Antonio Llorente, socio fundador y presidente de LLYC, dice que el objetivo de este negocio es hacer una operación conjunta, aunque “sin prisa, ni atropellos”.

“Nuestro objetivo es estar entre las cinco empresas de consultoría de comunicación en no mucho tiempo más”, recalca, lo que implicaría -entre otras cosas- duplicar el número de profesionales.

Llorente cuenta que en los 11 países donde están en la región, están peleando los primeros lugares entre las agencias de comunicación. Dice que conocían a Factor C hacía un tiempo y que lograron combinar los intereses de ambos, los que les permitirá tener un equipo más grande para abordar más proyectos, mezclando experiencias y capacidades.

Con el acuerdo, LLYC será propietario de 90% de Factor C. María Soledad Camus seguirá como socia dirigiendo esa empresa, dado que mantiene 10% de la propiedad. Marcos Sepúlveda continuará a cargo de LLYC Chile. Durante 2021 se fusionarían por etapas.

Consultado sobre si esto implicará disminuir la cantidad de trabajadores, dice que en principio no, porque tienen el foco en llegar a tener un equipo del orden de 60 personas en total en pocos años más. “No nos sobra nadie, no le veríamos ventajas a hacer eso”, dice.

“En el mundo de antes, el trabajo era más relacional y de know how y eso permitía que hubiera compañías pequeñas, que alrededor de un buen profesional prestaban un servicio relevante para los clientes, pero hoy el mundo de la comunicación se ha complejizado, donde hace falta tener tecnología, estructura con capacidades diversas, porque el mundo va de prisa y con niveles altos de incertidumbre. Por eso las corporaciones necesitan apoyo de consultoras con ramas variadas de profesionales y experiencias”, explica.

Agrega que el crecimiento de LLYC hasta el momento ha venido de forma orgánica, incluso en este año, que ha sido un ejercicio complicado, pero que para ellos será mejor que en 2019. “Si utilizamos con inteligencia la fortaleza financiera de una organización que tiene 600 personas, podemos ir ocupando los espacios que el mercado ofrece. En Chile estábamos infrarrepresentados y ahora vamos a estar bien representados”, afirma.

“Chile no es ajeno a la realidad de un mundo convulso”

Consultado por cómo se está viendo el país desde su óptica, Llorente -que vive en Nueva York- dice que si bien Chile está enfrentando un proceso de discusión de lo que hay que hacer hacia el futuro, es parte de un mundo convulso. “Chile no es ajeno a esa realidad”, dice.

A su juicio, las empresas viven mal esta incertidumbre, dado que las inversiones requieren grados de certeza, por eso están demandando mayores capacidades de conexión con todos los actores que son claves para ella, como empleados, clientes o autoridades.

“El mundo se ha vuelto abierto y diverso, los ciudadanos tienen mucho más poder para influir en las decisiones de los que dirigen las empresas o los países, entonces las empresas tienen que reforzar sus capacidades de conexión y comunicación. Antes eso se hacía con publicidad y visibilidad en los medios, pero hoy hay que utilizar además otros canales”, plantea.

Este -agrega- es un “mundo nuevo al que hay que adaptarse y ser conscientes de que las reglas del juego han cambiado. Saber jugar este partido es importante para los negocios”.

Respecto de la postura crítica de algunos sectores sociales contra los empresarios que se ve en Chile, Llorente dice que “las elites empresariales, en general en el mundo, no han hecho un buen trabajo en defensa de sus principios y valores. Pensaron que se defendían solos, porque eran buenos. Pero la realidad es que las ideas en las que uno cree hay que defenderlas (...) El mundo empresarial tiene un reto grande, pero recursos, inteligencia, equipos y manera de hacer llegar a la sociedad todo lo bueno que las empresas y los negocios aportan”.

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