La nueva convivencia entre Humeres y Etcheberry de cara al proceso constituyente

Los primeros pasos de Héctor Humeres a la cabeza del Colegio de Abogados -desde que el 23 de junio asumió la presidencia- fueron un poco accidentados, debido a las diferencias surgidas entre los grupos de consejeros en que se divide el gremio.

Sin embargo, tanto el propio dirigente como su predecesora Leonor Etcheberry señalan que esos roces, que ambos admiten, quedaron atrás a estas alturas, por lo que ahora existe una “convivencia razonable”, enfatizan.

De hecho, Humeres, quien ha integrado el consejo del Colegio de Abogados durante 16 años, es directo en reconocer que “naturalmente, a veces, hay diferencia de opiniones o criterios, pero en general hemos llegado a muy razonables consensos”. En esta visión coincide Etcheberry, quien si bien recordó que al inicio de la gestión de su sucesor hubo “diferencias puntuales” ya zanjadas, en la actualidad considera que “el ambiente está bien” no obstante el hecho de que “siempre habrá temas en los que vamos a diferir”.

Tanto es el consenso que ambos, el presidente y la ahora vicepresidenta del gremio, tienen miradas similares, aunque con ciertos matices, respecto del rol que debe cumplir la entidad gremial en el marco del proceso constituyente.

“Hacer sentir nuestra voz”

Humeres destaca que el Colegio está realizando un ciclo de seminarios en que se está abordando el tema del plebiscito y la Constitución. Estos encuentros, vía internet, han tenido “una alta asistencia, en promedio han participado unas 200 personas”, comenta satisfecho el dirigente gremial.

Y añade que el objetivo de la entidad en dicho proceso tiene 2 vertientes: por un lado, darle la mayor información posible a los colegiados para que lleguen al plebiscito todos los conocimientos necesarios, “más que mal somos abogados, por lo que tenemos que tener claro esta parte y, por eso, le hemos dado tanta relevancia al tema”, con el ciclo de seminarios.

Por otra parte, en el ámbito público -agrega Humeres-, intervendrán cuando crean necesario establecer cuál es la opinión que tiene el Colegio como tal. “Nuestra misión es fundamentalmente esa, no tenemos un rol político en esta materia”, puntualizó.

Y aunque añadió que la labor del organismo está enfocada principalmente hacia el gremio de los abogados, no descartó “hacer sentir nuestra voz, cuando creamos que sea necesario establecer la opinión del Colegio” en el ámbito público.

Al respecto, Humeres abundó en que si bien el foco de la institución es principalmente gremial, “eventualmente, estamos dispuestos a servir a la opinión pública, naturalmente, en este ámbito (proceso constituyente) y en otros”, como lo ya ha hecho el consejo en materias relacionadas con proyectos de ley, “porque es necesario que la sociedad conozca la voz del Colegio respecto a temas relevantes que afectan el desarrollo de la justicia y el derecho. El estado de Derecho nos preocupa de sobremanera”, insistió.

“Educar, dar a conocer”

Por su lado, Leonor Etcheberry comparte con su sucesor la premisa de que el Colegio no debe adoptar posiciones políticas sobre los diversos temas, pero recalca que debe tener una voz en cuanto a “interesarse por lo que está pasando en la sociedad”. Por ello, también destaca los seminarios constitucionales que se están realizando para los colegiados y añade que al gremio le corresponde “informar” en esta materia, para dar cuenta de que “está formando parte de este país”.

En este sentido, la jurista plantea entusiasmada que el papel de la institución en el marco del proceso constituyente debiera ser “principalmente, educar, dar a conocer; hacer, quizás, de forma sencilla, lo que a veces es complejo para mucha gente”. Agrega que en este proceso deberían participar todas las instituciones de la sociedad como ha visto que están haciendo, por ejemplo, algunas universidades, “poniendo en palabras fáciles, lo que es mucho más complejo a nivel de leyes”.

A su juicio, lo anterior es necesario dado que se ha generado mucha expectativa porque no se comprende bien el proceso y hay gente –argumenta- que piensa que al otro día del plebiscito va a cambiar todo radicalmente y “eso asusta un poco, porque la frustración va a ser grande, cuando se vea que al día siguiente de que gane uno u otro, no va a pasar nada”, señala entre sus preocupaciones de cara al proceso que vivirá el país en los próximos 40 días.