Entre Códigos

Max Spiess tras sumarse a Elton & Cia: “La visión de ese abogado soberbio ya no existe”

El nuevo socio del estudio dice que para sobrevivir en esta industria hay que poner “los pies en la calle” y “no quedarse pegado como vaca sagrada”.

Por: Paula Vargas | Publicado: Lunes 15 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Pasó casi dos décadas junto a las cabezas de uno de los equipos tributaristas más reconocidos del país, lo que hasta hace unos meses se denominó Baraona Fischer Spiess (ahora Baraona Fischer & Cia). Pero Max Spiess decidió unirse a Elton & Cia para sumarse un proyecto más acotado en tamaño, pero acorde al estilo de práctica que buscaba.

Así es como junto a su socio Pablo Guerrero detallan la fórmula para darle impulso a la firma legal y sobrevivir en el nuevo entorno industrial.

Max Spiess arribó a la firma en marzo pasado, con un claro objetivo: fortalecer el área de mercado de capitales y de derecho de negocios, junto con potenciar la de financiamiento.

-¿Cuáles son las expectativas de esta nueva etapa de la oficina?

PG: Lo que buscamos con la integración de Max es hacer un Elton 2.0, darle proyección a la oficina...El mundo cambia y uno tiene que reconsolidar su proyecto todos los días, estamos en búsqueda de eso.

-¿Esta búsqueda implica un crecimiento en nuevas áreas y en número de abogados?

-PG: Queremos tener un trabajo de excelencia, crecer de manera orgánica y ordenada, pero tampoco contratar cinco abogados jóvenes, ir a la primera reunión y después los dejo a ellos.

MS: Mi vivencia es que uno también puede ser esclavo del éxito y, eventualmente, en esa esclavitud crecer desbordadamente...Los estudios de abogados tienen un carisma, Philippi, Carey y Claro tienen un carisma, nosotros en Elton tenemos un carisma y, cuando producto del crecimiento eventualmente lo pierdes, tu negocio está en riesgo. No tenemos miedo de crecer, pero no lo vamos a hacer a costa de ello.

-¿Era un poco lo que le estaba pasando en Baraona?

MS: Esta entrevista no es para hablar de Baraona, pero te cuento que personalmente me resultaba mucho más cercana a la forma de llevar adelante mi práctica profesional, un estudio que crece orgánicamente y que, sobre todo, tiene como interés primario preservar este carisma; no para nosotros, sino para ofrecerles siempre un servicio de calidad a nuestros clientes, que finalmente es lo que nos permite asegurar que van a seguir recomendándonos.

-Pero en un escenario donde vemos una vocación de los estudios por crecer rápidamente, vía fusión o compra, ¿Cómo competir?

-MS: Sobre eso, tengo tres preguntas sin respuestas. La primera es la internacionalización del mercado legal chileno, que para mí es una tremenda duda y algo que yo no he sabido responderme en casi 30 años de ejercicio. ¿Por qué los estudios de abogados locales no tienen una proyección de crecimiento nacional e internacional, como sí lo han hecho nuestros clientes? Ellos han salido a la región y lo lógico sería que nosotros los siguiéramos, pero eso no ha ocurrido.

En segundo lugar, está el desafío del conocimiento. Todavía no hemos comprendido realmente la potencia de la administración efectiva del conocimiento, seguimos trabajado en el mundo de los códigos. Creo que la administración del conocimiento -en circunstancias que nuestro negocio es justamente eso-, la hemos abordado de forma amateur y falta ponerle cabeza.

-¿Cuál es el tercer punto?

-MS: La diversidad hoy está centrada en las mujeres y es lo más obvio, pero qué pasa con las comunidades LGTB ¿Dónde están? ¿No existen? Entonces, debiéramos tener ahí un desafío mayor porque es imposible acercarnos a una verdad que nunca vamos a alcanzar de manera absoluta, si no se agregan más visiones.

-Pero en la industria legal no sólo ha habido cambios estructurales del negocio, sino también en el contexto regulatorio…

-MS: Los desafíos no sólo vienen dados por las nuevas regulaciones, sino por nuevos contextos de interpretación legal; tenemos que lidiar y estar atentos a lo que pasa en la sociedad.

Por eso vuelvo a las tres preguntas, para las cuales no tengo respuestas pero nosotros vamos a tratar de tenerlas. Por eso, nos estamos movilizando, atrayendo nuevas áreas de práctica que refuercen el estudio. Pero podemos fallar, porque esa visión del abogado soberbio, inalcanzable, ya no existe. Hoy tenemos que estar con los pies en la calle y no quedarse pegados como esas vacas sagradas que se miran el ombligo y autoadulan.

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