Industria

GE refuerza apuesta por energías renovables y proyecta cerrar este año los primeros contratos

Principal ejecutivo regional de la compañía, Luis Carrillo, afirma que la crisis social en el país “indudablemente sorprende”, pero subraya que “la vemos como un evento puntual que es necesario manejar”.

Por: Jorge Isla | Publicado: Jueves 2 de enero de 2020 a las 04:00 hrs.
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Luis Carrillo, CEO de GE para Central Area de Latinoamérica (CALA). Foto: Julio Castro
Luis Carrillo, CEO de GE para Central Area de Latinoamérica (CALA). Foto: Julio Castro

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Posicionada en Chile como uno de los grandes proveedores de equipos y servicios para el sector energético –con contratos con Enel, AES o Colbún- la norteamericana General Electric (GE) está enfocando su estrategia tanto en enfrentar un negocio tradicional -que crece a tasas más acotadas-, con en el de las fuentes renovables, donde apuestan a ser un actor relevante.

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La multinacional ya dio el primer paso con la construcción de los parques eólicos El Maitén y El Nogal, que suman poco más de 20 MW de capacidad. “Quisiéramos ir tras un parque más grande, vamos a aumentar más basados en la seguridad de nuestra tecnología, pero en proyectos selectos donde podamos realmente ser rentables en un mercado hipercompetitivo”, señala Luis Carrillo, CEO de GE para Central Area de Latinoamérica (CALA).

La compañía tiene una fuerte actividad en energías renovables en Latinoamérica que ha concentrado en Brasil, que representa entre el 80% y 90% de este negocio. Ahora está impulsando una nueva etapa de expansión a otros países de la región a partir de su plataforma de Cypress (un tipo de turbina que ellos desarrollaron) y tiene entre sus mercados objetivo a Chile.

“Es la primera plataforma global que realmente vamos a usar en muchos países y ahora vamos a tener la oportunidad de crecer radicalmente. Un ejemplo es un proyecto de 150 MW que hemos ganado en Colombia con Enel, y ahora esperamos empezar a crecer en desarrollos más grandes en Chile, Perú y los demás mercados”, explica Carrillo, quien agrega que apuntarán a iniciativas entre 100 y 150 MW. “Queremos ser relevantes en Chile e ir a los grandes proyectos”, recalca.

Carrillo indica que GE se encuentra en negociaciones con la expectativa de lograr los primeros proyectos con esta tecnología en 2020.

Otra línea de desarrollo que GE quiere traer al país son los proyectos eólicos instalados en el mar. “En el mundo desarrollado, las turbinas se están moviendo al mar, para lo cual tienen que ser muy grandes empezando en 12 MW en estructuras de 200 metros. Ya tenemos una funcionando en el puerto de Rotterdam y otras en Estados Unidos y el Reino Unido. Hacia allá vamos y quizás más adelante pueda haber un desarrollo importante en el sur de Chile, donde hay zonas muy ventosas”, explica.

Visión del país

Además de las energías renovables, GE está presente en Chile a través de Grid Solutions -que realizó la interconexión de los principales sistemas eléctricos del país- y de GE Aviation, que firmó en 2017 un contrato de provisión de motores por US$ 600 millones con la compañía local Sky Airlines. 

“Este es un cliente muy importante al que vamos a dar servicios y acompañamiento conforme va recibiendo los aviones. Estamos trabajando con todas las aerolíneas que operan en la región, en Colombia firmamos un gran contrato este año con Viva y también se está mirando a Jetsmart y todas las nuevas que están operando en Argentina. La aviación está pasando por un momento fantástico”, indica.

A estos se suman los negocios que desarrolla GE Power que tiene contratos permanentes con los principales grupos eléctricos.

- ¿Cuál es su visión del mercado chileno?

-Este negocio es de naturaleza muy cíclica para el que estamos preparados, y de todas maneras Chile sigue siendo uno de nuestros mejores mercados en la región: tiene una regulación predecible, moderna, un sistema eléctrico que funciona y un mercado de capitales abierto.

- ¿Aún a pesar del estallido social?

- La vemos como un evento puntual que es necesario manejar, y para el cual tenemos que estar preparados como compañía. No afectará el ejercicio desde el punto de vista de los negocios en el país, y seguimos creyendo que Chile tiene uno de los mercados más avanzados de la región en muchos de nuestros productos.

- ¿Les sorprendió lo que pasó?

- Sí, indudablemente sorprende, quizás por lo conflictivo y la velocidad con la que se dio. Creo que todo el mundo lo está asumiendo como lo que es, un proceso en el cual probablemente se están reevaluando las cosas, lo que funciona y lo que no funciona.

- ¿Ve riesgos?

- Es un llamado de atención. Pero nada hace indicar que tenemos un país inflacionario, con déficit fiscal permanente, con algún tipo de conflictividad para resolver los contratos amigablemente, con proceso de estatización que más se parecen a la confiscación de activos, elementos que sí pueden cambiar definitivamente la imagen del país.

- ¿No se ha resentido la visión del país ante los análisis que apuntan al fin de un ciclo económico?

- Miramos sobre 200 países y cuando uno pone los datos duros, Chile siempre sale muy bien evaluado y por encima del riesgo percibido en muchas otras áreas del mundo. Obviamente hay headlines que uno escucha, pero tenemos tanto tiempo acá, somos latinoamericanos los que llevamos el negocio y probablemente hemos logrado comunicar lo que está pasando como lo que es, sin aspavientos. Y la compañía se siente cómoda.

 

El escenario energético global

- En general a nivel internacional, ¿cómo ven el mercado energético con menos demanda?

- Nos sorprendió el cambio acelerado: antes el mercado de turbinas a gas era de 85.000 MW y de la noche a la mañana se cayó a 25.000 MW sin ningún aviso. Y eso tiene que ver con elementos como un uso más eficiente de electricidad, una baja del crecimiento económico y regulaciones locales que priorizan las energías renovables. Eso está causando un cambio en el negocio de los clientes -que despachan menos- porque finalmente hay activos que no llegaron a cumplir su ciclo e inversión y ahora tienen que ver cómo haces para rentabilizarlos. Y para un proveedor como nosotros, eso cambia también las estructuras financieras que podemos hacer.
- ¿Como está cambiando eso la estrategia de negocio global?
- Claramente en turbinas a gas no vemos un mercado tan grande como antes, ahora estamos estimando 35 gigavatios, menos de la mitad de lo que fue el último año bueno en 2017, estamos estimando que las plantas despachan menos. Por lo tanto, estamos invirtiendo en cómo rentabilizamos la flota existente para nuestros clientes, con mucho énfasis en servicios y en lograr un menor costo operativo.
- ¿Cuál es su proyección para la región?
- La mayor preocupación de la compañía en Latinoamérica es que en todos los mercados vemos algún tipo de ralentización. Por ejemplo, en energía, muchos de países están con sobreoferta energética, ya que todo el mundo construyó pensando que se venía una absorción de demanda más interesante y el crecimiento de la demanda de electricidad no está ahí. Y si a eso le añades que hay algunos gobiernos que han tenido intenciones de pasar a renovables o quizás hacer algún esquema particular con propósito de bajar tarifas, eso complica aún más en un escenario que ya está bastante limitado. Entonces 2019 fue sumamente complejo en Latinoamérica y vamos a estar bien para nuestro presupuesto, pero no es el crecimiento que veíamos hace unos años.
- ¿Menos de dos dígitos?
- Si, de todas maneras. En energía no, el caso de Colombia es el único caso donde tenemos algo de crecimiento este año, porque están pasado al mundo renovables, algo que ya hizo Chile hace un tiempo y está entrando con fuerza a toda la parte eólica en un área que tiene gran potencial, como es el caso de La Guajira.

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