Temporada de colectas

Comenzó la temporada de colectas. Como cada año, cuando mejora el tiempo, el fin del invierno da inicio a las campañas callejeras de recolección de fondos de diversas entidades. Voluntarios con pecheras y alcancías aparecen en accesos al Metro, malls, supermercados, parques y calles de la ciudad. Solo en la última década se han realizado 267 colectas en el país, y este año 26 fueron autorizadas.

El Ministerio del Interior es la entidad encargada de dar la autorización. Pero conseguir el permiso lleva al menos siete meses. Todo parte con una carta formal solicitando la autorización, en la cual se detalla el alcance de la actividad (local, regional o nacional), sus objetivos e implementación.

Luego, el Ministerio determina la fecha y publica en el Diario Oficial el decreto que la autoriza y su alcance. Eso, porque el Gobernador o Intendente de la zona donde se recolectarán los fondos deberá designar Ministros de fe para cuidar que los fondos aportados por la ciudadanía lleguen a quienes los necesitan.

Por lo mismo, una vez terminada la actividad, sus organizadores deben enviar a Interior un informe de rendición de cuentas, tanto del monto conseguido como de su utilización o gasto.

En 2018, las 30 colectas autorizadas recaudaron $1.102 millones y este año, diversas fundaciones y entidades sin fines de lucro esperan conseguir una cifra superior, pese a la menor actividad económica.

Sin el Hogar de Cristo

Este año, por segunda vez consecutiva el Hogar de Cristo no realizará su tradicional colecta. La entidad decidió priorizar los aportes voluntarios a través de su página web. “En una colecta tradicional estamos limitados a las personas que están transitando por los lugares en donde se ubican los voluntarios”, explica el director ejecutivo de la institución, Juan Cristóbal Romero.

Agrega que los ingresos de las colectas equivalen al 0,7% del presupuesto anual de la institución, levantando $ 22 millones de los $ 50 mil millones que necesitan.

Desde 2018, la entidad busca fortalecer las donaciones digitales. Adicionalmente, “este año lo transformamos a lo que nosotros llamamos desafíos sociales o proyectos de financiamiento compartido: en redes sociales se da un desafío concreto, por ejemplo el financiamiento de útiles escolares de las escuelas del Hogar de Cristo, y durante un período se busca financiamiento abierto por parte de los usuarios”, explica Romero.

Según el ejecutivo, el 50% del presupuesto del Hogar de Cristo proviene de sus 360 mil socios aportantes, un 40% lo entrega el Estado y el 10% restante, de recursos propios como el arriendo de propiedades.

Ganar presencia

La Fundación Nuestros Hijos, que lleva 28 años al cuidado de menores con cáncer realizó entre el 30 y 31 de agosto pasado su colecta nacional. Más de 6.500 voluntarios, salieron a la calle a buscar unos $ 120 millones. “Nuestra impresión es que estaremos cerca de la meta, lo que nos permitirá financiar un tercio de la operación y mantención anual de nuestro Centro de Rehabilitación Oncológico Infantil”, dice la gerente comercial de la Fundación, Juliana Balbontín.

Según la ejecutiva, también este año innovaron con la donación on line. “El cáncer infantil es una causa que toca fuertemente a nuestra sociedad que se ha mostrado sensible al mensaje de emparejar la cancha para garantizar que cada niño enfermo de cáncer pueda vivir esta enfermedad en igualdad de oportunidades, con acceso a los mejores tratamientos, protegidos, acompañados, estimulados y felices”, añade.

Otra entidad que ya realizó su coleta fue María Ayuda. A fines de mayo recaudó $100 millones para implementar los tratamientos de salud mental y mejoras al modelo de residencias que necesitan. Con eso buscan acoger anualmente a más de 700 niños y adolescentes que han sufrido maltrato. Los voluntarios son en su mayoría alumnos de cerca de 200 colegios de Santiago.

La ejecutiva de alianzas comerciales de esa institución, Francesca Wüllfrodt, menciona que uno de los proyectos de la fundación es mejorar la habitabilidad en el recinto donde atienden a los niños. Saben que es una misión difícil, pero considera que seguir con la recaudación tradicional es importante ya que “la colecta es un hito. Se sigue haciendo para tener presencia en la calle, que la gente nos conozca y quiera participar como socio”.