Construcción

Dueños de edificio en El Golf: "Estamos sobre una mina de oro"

Macarena Guina lidera una ofensiva que podría terminar con la venta de emblemático inmueble en Las Condes. “Son 6 mil m2 en el corazón de El Golf”, dice.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Lunes 17 de diciembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Cuenta la historia que el empresario y político Ricardo Lyon mandó a construir el edificio para su familia a principios del siglo pasado. Fue diseñado por los reconocidos arquitectos Alberto Cruz y Oscar Mozó. A principios de 1940 estuvo listo. Hoy, es uno de los pocos edificios estilo francés que quedan en la capital. En pleno barrio El Golf de Santiago.

El llamativo edificio se emplaza en un terreno de casi seis mil metros cuadrados en la calle Don Carlos, entre Augusto Leguía y La Pastora. Por su estratégica ubicación, desde hace décadas figura como uno de los terrenos más apetecidos por las inmobiliarias.

En 2013, durante la administración de Francisco de la Maza, la Municipalidad de Las Condes adquirió uno de los 32 departamentos y ya anunció: “No estamos dispuestos a vender”. Esto pone en jaque cualquier plan inmobiliario de comprar, botar el edificio y levantar un complejo de oficinas.

Pero hay quienes quieren vender.

Rodrigo Del Pedregal Villarroel, corredor de propiedades, es copropietario: posee un departamento. Hace unos meses, una vecina le encargó vender una propiedad en el mismo inmueble. “Apenas pusimos el aviso de venta en la ventana del departamento comenzaron a llamarnos muchos interesados”, recuerda.

“Con este departamento en venta despertó el apetito de las inmobiliarias, que quieren comprar unidad por unidad y quieren pagar muy bien. Han sido como siete las empresas interesadas”, añade.

 “Sabemos que estamos sobre una mina de oro. Son 6 mil m2 en el corazón de El Golf”, dice Macarena Guina Lira, también copropietaria y presidenta del comité de administración del edificio. “Este terreno es muy atractivo; hoy no hay paños de esta envergadura en la zona”, destaca Rodrigo.

Ambos solicitaron audiencia con el alcalde Joaquín Lavín para conocer la posición del municipio respecto al futuro del edificio. Los derivaron con el administrador municipal, Omar Saffie, con quien se juntaron el 19 de noviembre.

“Le planteamos que se nos han acercado muchas inmobiliarias y quisimos conocer la posición de la municipalidad”, dice Rodrigo. “En un momento, durante la reunión, nos dijo que la municipalidad podría estar dispuesta a comprar de manera unitaria cada departamento”, complementa Macarena. “No nos dijo ni sí ni no”, dice desconcertada.

Hace 20 años, en el primer periodo como alcalde de Lavín, el municipio ofreció comprar todos los departamentos para instalar ahí su edificio consistorial. Hubo cartas de oferta de por medio, que consideraban 100 UF por metro cuadrado, pero finalmente se decidió levantar un edificio municipal en Apoquindo. Hoy, Macarena Guina y Rodrigo Del Pedregal (quienes pidieron expresamente no sacarse fotos) dicen que el precio del terreno supera con creces las 200 UF por metro cuadrado, lo que valoriza el terreno en más de US$ 50 millones.

“No hemos tratado de poner de acuerdo a ningún copropietario todavía. Para eso citamos a asamblea, porque creo que es la forma correcta de proceder, de informar a todos”, explica Macarena.

-¿Es efectivo que hay copropietarios que quieren proteger el edificio y no están dispuestos a vender?

- “En la última reunión de asamblea, en que hubo un 97% de asistencia, lo primero que se preguntó fue ‘¿vamos a vender?’. Pero se decidió que en la reunión que se va a hacer en los próximos días se hablará del tema”, dice la presidenta de la comunidad.

Deterioro

Rodrigo del Pedregal reconoce la belleza del edificio, pero de inmediato aclara: “Hay que meterle mucha plata que la comunidad no tiene. Es muy bonito, pero no ha vivido nadie importante y no es monumento nacional. Además, hay muchos metros cuadrados que están perdidos”. Pone un ejemplo: una parte no menor del terreno corresponde a la casa destinada al conserje.

Macarena destaca el paseo con esculturas a un costado del imueble. Pero a su vez, dice que el frente del edificio tiene vista a los ductos de ventilación de los restaurantes de Isidora Goyenechea. Asegura que han planteado sus quejas por malos olores, pero que no han tenido respuesta. La misma falta de respuesta que, insiste, han tenido respecto al futuro del tradicional edificio estilo francés. “Nos gustaría que la municipalidad sea más transparente”, coinciden.

 

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En la parte posterior del edificio se ubica la casa destinada al conserje del edificio.
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El paso de los años se hace notar en el inmueble: varias de sus cornizas se han caído.

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