ISA y problemas en Estación Central: “Es absurdo decir ‘no se hacen más edificios’”

De los seis proyectos que está desarrollando la inmobiliaria ISA, hay dos que están en Estación Central. Pese a tener todos los papeles en regla, dice Agustín Tort, director gerente de Empresas ISA, estos últimos se han visto afectados por la polémica levantada por el intendente de Santiago con los denominados “guetos verticales”.

“Estamos asustados, queremos que se resuelvan las trabas políticas de algunos proyectos. Nosotros tenemos dos iniciativas en Estación Central, con sitios comprados y permisos pagados, y no podemos partir la construcción no por un problema legal, sino uno de índole política”, dice Tort.

No solo eso, también dice que ven con preocupación lo que sucedió en la Villa San Luis y en otros casos en otras comunas del país, donde el desarrollo inmobiliario se ha visto entrampado.

“Si empezamos con señales raras y desconocer documentos legales, vamos a empezar a tener problemas porque los inversionistas van a dejar de creer y no podemos chacrear a las instituciones que funcionan. Ese es el miedo que existe, no al mercado, porque sabemos que hay un déficit importante de vivienda, la gente quiere y necesita un lugar para vivir”, recalca.

De todos modos, el ejecutivo asegura que son optimistas respecto de lo que viene para adelante, aunque dice que hay que solucionar el déficit de más de 400 mil viviendas que tiene el país, donde una parte necesita y quiere vivir en comunas cerca de su trabajo y con buenos niveles de conectividad, como ocurre con Estación Central.

“La gente quiere vivir ahí y demorarse 20 minutos a su trabajo. Lo que pasa es que hay que hacer las cosas bien, no solo pensando en ganar plata”, dice.

El ejecutivo dice que en la zona afectada por el congelamiento del plan regulador en esta comuna, hay cerca de 40 proyectos que están pasando por los mismos problemas. Por eso dice: “Esto tiene que destrabarse. Estamos dispuestos a juntarnos con quien sea para solucionar esta situación y mejorar el proyecto, bajando un par de pisos o hacer más obras complementarias”.

“Ya que tenemos todos estos edificios, lo que tiene que hacer el municipio es procurar solucionar el problema. Contratemos a un asesor que nos ayude. Es un poco absurdo decir ‘no se hacen más edificios’, porque por otro lado, cambiar o congelar el plan regulador generará que toda la gente que no tiene vivienda va tener que irse a comprar a Puente Alto y demorarse una hora y media a su trabajo”, dice.

Recalca que es necesaria la certeza jurídica, no solo para ellos como inmobiliaria, sino que para todos quienes están en esta cadena: desde los trabajadores, los bancos y hasta los inversionistas.

“Hay que darle certeza jurídica a los permisos. Hacer lo que está permitido y después mejorar el resto. Hay miles de mecanismos, como calles peatonales, ciclovías, centros comunitarios, etc.”, dice.

Tort relata que es tanto el nivel de trabas que han tenido, que incluso en uno de sus proyectos bajaron el número de departamentos, lo que implicaba que no debían pasar por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), pero que de todos modos no pueden iniciar la construcción porque hay un intento de algunas autoridades de frenar el desarrollo inmobiliario.

Plan quinquenal de inversiones cuenta con US$ 155 millones comprometidos

La constructora ISA nació hace 30 años cuando tres amigos de la universidad -José Pedro Illanes, Agustín Tort y Carlos Holmgren-, se reunieron a construir proyectos a pedido. Hace tres años crearon la inmobiliaria y están impulsando un plan de inversiones para tener andando del orden de 15 proyectos en simultáneo entre los habitacionales propios que realiza su inmobiliaria y los que levantan para terceros. Agustín Tort explica que el plan quinquenal contempla inversiones por US$ 200 millones, para lo que ya tienen comprometidos del orden de US$ 155 millones a dos años y medios de que lo impulsaron. Por lo tanto, estiman que la meta se cubrirá en un año más, es decir, dos años antes de lo que estaba presupuestado.

La constructora vende del orden de un millón de UF al año, donde el 50% de eso es a su propia inmobiliaria, la que a su vez comercializa del orden de 800 mil UF.

Actualmente, la empresa trabaja en 12 desarrollos, la mitad de ellos corresponde a su área inmobiliaria. A su juicio "en este negocio hay que apostar a ser ingenioso para ir evolucionando con el cliente". Aunque dice no incursionarán en el negocio del arriendo, hay un mercado muy interesante que se está desarrollando con proyectos que van exclusivamente a ese nicho".