Minería

Freeport destraba expansión de El Abra tras acuerdo con Codelco

La iniciativa donde la estatal es socia figura entre los proyectos prioritarios en la cartera de desarrollo de la minera estadounidense.

Por: Jéssica Esturillo O. | Publicado: Jueves 6 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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La minera estadounidense Freeport McMoRan acaba de despejar uno de los obstáculos que le estaba impidiendo avanzar con la expansión de El Abra, una de las siete minas de cobre que la compañía opera a nivel mundial y que la ubica como el segundo productor de este metal tras Codelco, que es su socia en esta operación.

Este millonario proyecto, cuya inversión en su momento fue avaluada en unos US$ 5.000 millones, considera explotar los recursos primarios de mineral o súlfuros, lo que implica cambiar la producción actual de cátodos por concentrados lo que requiere la construcción de una planta concentradora y aumentar el suministro de agua, para lo cual la firma tiene previsto desalar agua de mar.

Precisamente, esta última infraestructura es uno de los principales desafíos del proyecto y para el cual la minera evaluó varias alternativas con el objetivo de optimizar los requerimientos de capital y los posteriores costos de operación.

Trascendió que en este sentido, Freeport habría logrado un acuerdo con Codelco para reubicar la planta desaladora en una zona de menor altura que los 4.100 metros donde está emplazada la mina.

Un conocedor del tema explicó que tras una larga negociación, la estatal le vendió a la norteamericana la propiedad minera (subterránea) de terrenos superficiales que ellos poseen y que están ubicados a 2.400 metros.

Esta diferencia les permitirá reducir el costo de tratamiento y bombeo del agua hasta la planta concentradora, donde era clave contar también con la propiedad total del terreno donde ésta se emplazará, pues sería un requisito de los bancos para el financiamiento.

Un primer proyecto de expansión de El Abra data de 2012 y una de las opciones que se barajó en el intertanto fue que compartiera la planta desaladora con la división Radomiro Tomic de Codelco, que también impulsa un proyecto para explotar las reservas de sulfuros, el que también está en etapa de estudios.

Sin embargo, las mismas fuentes comentaron que dado que la estatal optó por licitar a privados el abastecimiento de agua de mar desalada para sus operaciones de la zona norte, Freeport estaría evaluando la posibilidad de que Codelco permita que el operador que se adjudique ese concurso se asocie con la norteamericana para desarrollar la planta que ellos tienen diseñada.

La visión de la estadounidense es que el agua es un insumo esencial en la estructura de costos de las mineras, razón por la cual es imprescindible estar vinculados en el nivel operativo de la instalación, lo que explicaría el interés de la firma por asociarse con la empresa que se adjudique la licitación de Codelco.

Ingeniería y permisos

Fuentes de la industria comentaron que la intención de Freeport sería formalizar el reinicio de El Abra hacia fin de año, pues habrían aprovechado todos estos años no sólo para explorar alternativas para optimizar el proyecto y reducir su inversión, como en general lo está haciendo la industria, sino que para afinar todos los permisos que requieren para sacar adelante la expansión del proyecto y, durante este año pasar a la fase de ingeniería de factibilidad.

Preparando este camino, ejecutivos de la minera, como su COO para América y África, Harry Conger, sostuvieron a principios de marzo encuentros con autoridades de gobierno, como la ministra y el subsecretario de Minería.

En enero pasado, el presidente de Freeport, Richard C. Adkerson, explicó que tienen en carpeta seis proyectos para explotar sulfuros, cinco de ellos en Estados Unidos. Y aunque una de esas opciones, Lone Star, es la que aparece con más chances de ser la primera que ejecuten, destacó que por el cambio en las condiciones de mercado a futuro, El Abra y otra más, entraron en carrera por ser esa primera inversión.

CEO de Teck estima que minería no podrá cubrir demanda de cobre a 2025

La contención de los planes de inversión de la industria minera para enfrentar cinco años de menores precios de los metales tendrán una consecuencia, ya que la industria no sería capaz de cubrir la totalidad de la demanda del metal rojo proyectada para 2025.

Esta es la estimación del CEO de la canadiense Teck, Donald Lindsay, que ayer -en el marco de uno de los paneles del Foro Mundial del Cobre CRU, parte de la Cesco Week- adelantó que para ese año se requerirán del orden de 4 a 4,5 millones de toneladas de nueva producción.

"Esto equivale a incorporar cinco minas Escondida. Es una gran oportunidad, pero falta la inversión que se dejó de hacer en los últimos años, lo que podría hacer difícil responder a tiempo", explicó el ejecutivo.
El cálculo de Lindsay reafirma las proyecciones del CRU que dan cuenta que el precio del cobre habría tocado su piso el año pasado y que en los próximos cinco años experimentaría niveles superiores a los actuales.

Uno de los factores que incidirá en este tendencia, dijo la directora del CRU, Vanessa Davidson, es la reducida oferta de proyectos en ejecución actualmente a nivel mundial.

En este sentido, Lindsay precisó que la industria se enfrenta ahora a una mayor volatilidad en los precios, donde las variaciones pueden ser más agresivas, lo que obliga a las empresas a mantener la rigurosidad en el manejo de sus costos y la productividad de sus operaciones.

Quebrada Blanca


En su presentación el ejecutivo se refirió a las dos iniciativas que la empresa tiene en evaluación en el país: la expansión de Quebrada Blanca y el desarrollo desde cero de Nueva Unión, que corresponde a la construcción conjunta de su proyecto Relincho y de la mina El Morro de la también canadiense Goldcorp.
Respecto de la primera iniciativa, que implica explotar las reservas de mineral primario de este yacimiento y que ya está en trámite ambiental, Lindsay ratificó que hacia la primera mitad de 2018 podrían tomar la decisión de inversión que fue estimada en US$ 4.700 millones.

Sobre Nueva Unión confirmó que el costo de capital inicial alcanzará a US$ 3.500 millones, lo que implica menos de la mitad de lo que costaría construir por separado ambas minas, ya que contempla compartir las instalaciones, un modelo que -dijo- marcará la tónica de los futuros desarrollos mineros.

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