Minería

Los planes de la ejecutiva a cargo del Ferrocarril Antofagasta Bolivia para sortear la crisis social

Aumentar la dotación femenina en todas las capas de la empresa, y llegar a un 20% a 2022, es una de las metas de Katharina Jenny, quien está a cargo del brazo logístico de Antofagasta plc, ligado al grupo Luksic. Esto en medio de un ajuste en sus metas internas producto de la crisis social.

Por: K. Peña y T. Espinoza | Publicado: Viernes 13 de marzo de 2020 a las 14:22 hrs.
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Jenny tiene una trayectoria de más de 16 años en la industria minera.
Jenny tiene una trayectoria de más de 16 años en la industria minera.

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Con nueve meses en el cargo, la gerenta general de Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB), Katharina Jenny, tuvo que usar muy bien sus 16 años de experiencia en la industria minera para enfrentar los efectos que trae la crisis social que vive el país en el negocio que dirige. En especial, porque lo hace desde la capital de la Región de Antofagasta, una de las ciudades más afectadas y donde se han registrado hechos de violencia que no dan tregua desde octubre pasado.

Ingeniera civil de minas de la Universidad de Santiago, Jenny se ha ido abriendo paso en la minería, un sector económico que no se caracteriza por tener una presencia relevante de mujeres en sus filas –solo 8,5% de participación a 2018-, y menos en cargos ejecutivos. Su trayectoria la ha llevado a pasar por áreas ligadas a la seguridad, la salud ocupacional y la productividad y costos, en mineras como Escondida, Spence y Codelco.

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A fines de 2016 arribó a Antofagasta Minerals, del grupo Luksic, y ya ahí, el 1 de junio del año pasado asumió en Ferrocarriles Antofagasta Bolivia, la división de transporte integral de carga del holding, que es además una empresa icónica de la ciudad, con 131 años de historia, que opera en ocho comunas de la región y que da empleo a 1.400 personas directamente y 550 de forma indirecta.

Aunque ha habido una baja en las movilizaciones iniciadas el 18 de octubre, el verano fue intenso en esa región. Dos quemas de locomotoras en lo que va del año dan cuenta de aquello. La más reciente fue el 10 de febrero: un video en redes sociales muestra un tren circulando en llamas, tras sufrir un ataque de encapuchados, donde incluso los trabajadores fueron amenazados con armas de fuego. Eso fue lo más grave, pero también han sufrido el robo de cátodos de cobre en los trayectos en el desierto.

Jenny reconoce que han tenido que abordar los desafíos operacionales que motiva la situación. Por ejemplo, se están ajustando los horarios nocturnos del paso del tren para resguardar la seguridad de sus trabajadores.

"El año pasado sí tuvimos algo de impacto, con 2% de afectación por la contingencia social. Movimos 6,5 millones de toneladas y este año planificamos estar en torno a 7 millones", dice la ejecutiva, quien revela que en principio la estimación se acercaba a los 7,3 millones de toneladas, pero en la última actualización se decidió bajar.

Con este escenario, diseñaron un plan de contingencia que pone a los trabajadores como primera prioridad, luego sus activos y posteriormente la continuidad operacional. "Cuando partió todo, Calama fue en algo afectada, Mejillones un tanto, pero ahora en el verano Antofagasta no ha parado", dice y agrega que "el nivel de violencia que hemos sufrido desde el estallido social no lo habíamos visto nunca".

Pero Jenny advierte que "estamos convencidos de que la única manera de cumplir con la agenda social es con la continuidad operacional. Damos trabajo a mucha gente en Antofagasta y la continuidad operacional nos permite mantener esa empleabilidad".

Impronta femenina
"Hay un sello que vengo trabajando con el equipo fuertemente, que es en materia de diversidad e inclusión. Dentro de mi rol veo que puedo agregar mucho valor al negocio. Sabemos que el hecho de tener equipos más balanceados mejora la productividad y la competitividad del negocio", señala la ejecutiva, que maneja una empresa que tiene un Ebitda anual del orden de US$ 90 millones.

El grupo minero tiene la meta de llegar a 17,2% de participación femenina a 2022, mientras en la filial que ella dirige esa meta sube a 20%. Hoy están en 11%, lo que implica a tener 160 mujeres entre sus filas. Esto, dice, es solo una meta inicial, el desafío "de segunda generación" es cómo retener estas profesionales y lograr que sus pasos no se conviertan en una puerta giratoria.

Para esto, agrega Jenny, han incorporado más mujeres al área de mantenimiento, se está avanzando en flexibilidad laboral y han puesto en marcha iniciativas como el espacio "Coche Alma" como un apoyo a la lactancia materna.

"También nos hemos preocupado de que en todas las capas organizacionales tengamos una mujer", asegura. Dice que la respuesta de los trabajadores, de hombres y mujeres, ha sido positiva y la sensación es que se ha mejorado los ambientes de trabajo.

Sobre cómo llegar a la meta de incorporación femenina, afirma que están en el momento adecuado porque " tenemos las herramientas para hacerlo (...) no queremos contratar mujeres por contratar mujeres. Eso lo hemos puesto muy sobre la mesa porque también queremos cuidar mucho nuestra dotación masculina que agrega valor al negocio", aclara.

De Antofagasta a Mejillones
Jenny también cuenta que hay varias iniciativas que están impulsando, en especial las que están asociadas al relacionamiento con la comunidad. La firma está concentrada en el Plan de Reconversión de Patios Ferroviarios (PRPF), el principal proyecto de FCAB, el que busca transformar las actuales instalaciones de mantenimiento ubicadas en el centro de la ciudad, que implican del orden de 48 hectáreas, en un nuevo barrio, trasladando en el largo plazo las operaciones a Mejillones.

La iniciativa está actualmente en trámite ambiental y, considerando todas las etapas que implica, tiene un tiempo estimado de ejecución de ocho a 10 años. De este modo, de obtener los permisos –en enero los servicios públicos hicieron una primera ronda de preguntas a la empresa- irán convirtiendo el suelo, para que pase de un uso industrial a uno urbano, donde se puedan ver atributos como viviendas y más áreas verdes.

"Lo que queremos es trasladar nuestras operaciones a un área más industrial y hemos escogido Mejillones por la cercanía con los puertos, en torno al 60%-70% de nuestra carga se mueve por los puertos de esa ciudad. Operacionalmente es conveniente para nosotros, pero además nos permite entregar valor a la ciudad de Antofagasta", explica la ejecutiva sobre este plan.

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