Bristol-Myers compra Celgene por US$ 74 mil millones en uno de los mayores acuerdos en la historia de la industria farmacéutica

Un nuevo gigante farmacéutico está naciendo, a través de la unión de dos grandes actores del sector. Bristol-Myers Squibb anunció esta mañana un acuerdo para adquirir Celgene por US$ 74 mil millones en efectivo y acciones, en una de las mayores adquisiciones en la historia de la industria.

La firma resultante será un líder mundial en el tratamiento contra el cáncer y enfermedades inmunológicas, capaz de rivalizar con los mayores operadores del mercado a nivel global.

Los accionistas de Celgene recibirán una acción de Bristol-Myers Squibb y US$ 50 en efectivo por cada uno de sus títulos, según el comunicado difundido este jueves. Eso valora a las acciones de la compañía en US$ 102,43, un premio de 54% respecto del cierre del 2 de enero.

El acuerdo agregará al portafolio de productos de Bristol-Myers Squibb algunos de los medicamentos más vendidos a nivel mundial, como el tratamiento contra el cáncer Revlimid, con un valor de US$ 100 mil al año. También adquiere acceso a la prometedora terapia experimental CAR-T que está siendo desarrollada por Juno Therapeutics, comprada por Celgene a través de un acuerdo de adquisición por US$ 9 mil millones el año pasado.

La compañía combinada tendrá una cartera de nueve productos con ventas anuales por más de US$ 1.000 millones cada uno. Las firmas destacaron que ven “un significativo potencial de crecimiento en sus áreas centrales de operación de oncología, inmunología, inflamaciones y enfermedades cardiovasculares”.

Las acciones de Bristol-Myers cayeron 14% en las transacciones previas a la apertura de los mercados en Nueva York, mientras que las de Celgene se dispararon 31%.

Bristol-Myers ha estado bajo presión para diversificar su portfolio y actualmente obtiene cerca de un cuarto de sus ingresos de su medicamento inmune Opdivo, que enfrenta creciente competencia de Keytruda, producido por Merck.

Por su parte, pese al éxito de Revlimid, las acciones de Celgene se han visto golpeadas en el último año debido a los temores de los inversionistas de que la compañía carece de un sucesor potente para su producto estrella, ante el surgimiento de nuevas alternativas.

La firma basada en Nueva Jersey ha sufrido una serie de reveses de alto nivel incluyendo el fracaso de una prometedora terapia en las etapas finales de sus pruebas clínicas.