CMPC reconoce interés en instalar nueva planta en Brasil

El director ejecutivo de la chilena CMPC, Hernán Rodriguez Wilson, afirmó ayer que la empresa está interesada en una segunda fábrica de celulosa en Brasil, pero condicionó el proyecto a la revisión de la ley que limita la adquisición de tierras por parte de extranjeros.

Según él, la compañía requiere de entre 140 mil y 150 mil hectáreas de bosques plantados para garantizar la materia prima para una nueva unidad bajo los patrones actuales de 1,9 millones a 2 millones de toneladas de capacidad instalada por año.

El fabricante de celulosa, papel y tissue opera en Chile, Argentina, Perú, Uruguay, México, Colombia y Ecuador.

De acuerdo al ejecutivo, la empresa necesita comprar 300 mil hectáreas, teniendo en cuenta las áreas de reserva legal que no pueden ser utilizadas.

Pero, en tanto, las empresas extranjeras están impedidas de adquirir más de 100 Módulos de Exploración Indefinida (MEI), que varían de cinco a 110 hectáreas según la región del país, sin autorización del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) y del Congreso Nacional.

“Queremos seguir creciendo en Brasil, pero estamos impedidos por las limitaciones para la compra de tierras por parte de empresas internacionales”, afirmó Wilson.

Segundo el ejecutivo, hace bastante tiempo que el gobierno brasileño muestra "buenas intenciones" para cambiar las reglas, pero hasta ahora no se ha tomado ninguna decisión. En abril, la Casa Civil del gobierno federal finalizó un proyecto de ley sobre el asunto para substituir otra propuesta detenida hace más de dos años en la Cámara, pero tampoco prosperó.

Con ventas por US$ 4.900 millones en 2016, la tercera mayor productora mundial de celulosa tiene una unidad en Guaíba, en la región metropolitana de Puerto Alegre, adquirida en 2009 a Aracruz (actual Fibria), que fue ampliada desde 450 mil a cerca de 1,8 millón de toneladas por año en 2015 con la inauguración de una segunda línea de producción.

De acuerdo con el ejecutivo, no están las condiciones para expandir la unidad y la preferencia se inclinaría por la instalación de una nueva fábrica cerca de la ciudad de Pelotas, en el sur del estado.

Según Wilson, la empresa ya cuenta con una importante masa forestal en la región, incorporada junto con la fábrica actual, pero otros estados brasileños pueden ser analizados. En Pelotas, cada Módulo de Exploración Indefinida mide 10 hectáreas, pero incluso con la eventual revisión de la ley, la instalación de una futura unidad industrial solo ocurriría en el largo plazo, pues la maduración de la base forestal demora entre ocho y diez años.

En total, CMPC tiene 324 mil hectáreas en Rio Grande do Sul, de los cuales 170 mil están plantadas con eucaliptos, siendo 88% propios y el resto de terceros. De las áreas plantadas, entre 145 mil y 150 mil hectáreas son propias.

El ejecutivo dijo además que la fábrica de Guaíba va a cerrar el año con 1,1 millón de toneladas de celulosa de eucalipto de fibra corta producidas.

El volumen será muy inferior a la capacidad debido a la paralización de la unidad durante cinco meses, hasta comienzos de noviembre, debido a problemas en la caldera de recuperación de la línea dos, inaugurada hace menos de tres años.

Para 2018, prevé una producción plena de 1,8 millón de toneladas.

Durante la paralización la empresa dejó de vender cerca de 600 mil toneladas y perdió más de US$ 300 millones en ingresos. La planta de Guaíba representa 43% de la capacidad de producción de celulosa de CMPC.