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¿Cómo se salvó el mayor operador de autopistas de Chile de derrumbarse en Italia?

Atlantia -que controla Costanera Norte y otras autopistas- mantenía una disputa con el gobierno local hace dos años. Ahora aceptó renunciar al control de su principal filial, Autostrade.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Viernes 17 de julio de 2020 a las 13:00 hrs.
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Atlantia corría el riesgo de perder la licencia de operación en gran parte de Italia. Foto: Bloomberg
Atlantia corría el riesgo de perder la licencia de operación en gran parte de Italia. Foto: Bloomberg

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Una tragedia en Génova, Italia, en agosto de 2018, gatilló una serie de negociaciones sobre el futuro de la concesión de las autopistas de ese país en manos de Autostrade per l'Italia (ASPI), una compañía controlada por la firma Atlantia, que en Chile opera Costanera Norte, Vespucio Sur, Américo Vespucio II, entre otras.

La compañía tenía sólo dos opciones: que se le revocara la autorización para operar casi 3.000 kilómetros de vías -ante las críticas por falta de mantención que habría llevado al derrumbe del puente Morandi-; o llegar a un acuerdo bajo el cual se cediera casi la totalidad de su participación en Autostrade a manos del gobierno que dirige Giuseppe Conte.

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Luego de hundirse en bolsa el lunes hasta los 11,23 euros por acción y correr el riesgo de perder sus activos en Europa, la compañía aceptó el segundo escenario: Atlantia diluirá hasta el entorno del 10% su actual participación del 88% en Autostrade. 

La decisión disparó las acciones el miércoles casi un 27%, de nuevo a los niveles de los 14 euros por título. Y cierran la semana manteniendo el avance.

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Negociaciones difíciles

La noche del martes fue larga en el Palazzo Chigi, sede del Ejecutivo italiano, según reportan medios internacionales. Se celebró un Consejo extraordinario de ministros durante siete horas con la concesionaria, que ofreció dos nuevas propuestas de acuerdo a último minuto, con el objetivo de que el Ejecutivo renunciara a revocar los permisos de operación de las autopistas italianas.

La firma de la familia Bennetton –que controla el 30% de Atlantia- incluyó entonces una compensación de 3.400 millones de euros (US$ 3.700 millones) por parte de ASPI, el refuerzo de los sistemas de controles por parte de la concesionaria, y un aumento de las sanciones en el caso de que haya la más leve violación o la reducción de las tarifas en los peajes. Pero, sobre todo, que la mayor parte de ASPI pasará a Cassa depositi e prestiti (CDP), una entidad pública controlada por el Ministerio de Economía italiano.

De esta forma, CDP pasará a tener el 51% de ASPI y los Benetton saldrán progresivamente, al principio con una cuota de sólo el 10%.

Así fue cómo se logró convencer al equipo de Conte porque, hasta el fin de semana, el primer ministro había tildado de "vergonzosos" y "una broma" los planteamientos de la compañía.

 

Sabor amargo

Además, se acordó que habrá venta directa de acciones a los inversionistas y que Autostrade se separará de la matriz para pasar a cotizar en la bolsa de valores local. Como alternativa, Atlantia podría vender su participación total del 88% en Autostrade directamente a CDP e inversionistas institucionales.

Los Benetton perderán el control de la compañía a fines de septiembre, mientras que la salida completa y la entrada del Estado requerirán un proceso de un año.

Eso sí, si el acuerdo no se implementa por completo, el gobierno terminará revocando todos los contratos de Autostrade para operar carreteras de peaje en Italia. Esa opción permanecerá vigente hasta que se finalice el pacto acuerdo.

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Triunfo político

La batalla con la empresa terminó, además, siendo un triunfo político para el primer ministro quien podrá presentarse en agosto, durante la presentación del nuevo puente de Génova, diciendo a las víctimas que ASPI ya no es la operadora.

También le evitó al país un costoso litigio, considerando que la familia de Treviso exigía una indemnización de 23.000 millones de euros, si es que se revocaba la concesión que tienen hasta 2038 y que el Ejecutivo ha reducido autónomamente a 7.000 millones de euros. En el acuerdo alcanzado, Atlantia se comprometió también a acatar la indemnización reducida.

Conte, figura en alza después de su gestión de la pandemia, sale reforzado de esta negociación que finalmente cierra por fin la disputa entre el Estado y Atlantia después de dos años.

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