Multinacionales

Compra de Nokia se suma a la lista de las mayores inversiones fallidas de Microsoft

Desde la euforia de las inversiones en plena burbuja de las “punto.com”, hasta la falla de las videoconsolas Xbox 360.

Por: Ainhoa Murga | Publicado: Lunes 13 de julio de 2015 a las 04:00 hrs.
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Un año después de comprar el negocio de equipos móviles de Nokia por US$ 9.500 millones, la semana pasada Microsoft anunció que amortizó US$ 7.600 millones para dar cuenta de la caída en el valor de este activo.

Tras pasar a pérdida el 95% del valor de la unidad y de cortar casi cuatro quintas partes de los empleados de la finlandesa, el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, indicó que la estadounidense reducirá el catálogo de dispositivos y redirigirá el foco del segmento hacia tres grupos: usuarios de negocios, clientes conscientes de los costos y los fanáticos de Windows.

El anuncio marca un nuevo giro en la estrategia y parece abandonar definitivamente las ambiciones de ser un actor relevante en el mercado para posicionarse como un operador de nicho. E incluso así hay dudas. El iPhone de Apple y otros equipos basados en el sistema operativo Android de Google, son dominantes en el segmento al que Microsoft apunta. Y el grupo de fanáticos de Windows Phone es reducido. Los analistas, por eso, no son optimistas y creen que lo más probable es que al final acabe saliendo del negocio.

El caso de Nokia, sin embargo, no es el único gran traspié que ha sufrido Microsoft, ni por tamaño ni por destrucción de valor. Estos son otros casos en que el olfato inversor de la exitosa compañía falló y terminó en un sonoro fiasco.


Burbuja tecnológica
En el frenesí de fines de los '90 y principios de los 2000, las malas apuestas de Microsoft llegaron a sumar una gran cifra.
Tras adquirir una participación por US$ 5.000 millones en AT&T y realizar diversas inversiones en proveedores de telecomunicaciones europeos, la estadounidense tuvo que amortizar US$ 9.100 millones en 2001 y 2002.
Persiguendo la promesa de Internet y la gloria del cable en los años de la burbuja punto.com, invirtió en numerosas empresas que prometían grandes beneficios pero que quebraron o se redujeron a una fracción. Tras los tumultuosos años, la cartera de Microsoft valía poco y le sirvió como lección para elegir mejor sus inversiones.


AQuantative
En 2007, el gigante estadounidense apostó por la publicidad online y adquirió AQuantative por US$ 6.300 millones. Su intención era responder al auge de Google y Yahoo en este segmento, semanas después de que Google anunciara la adquisición de otra empresa en el mismo segmento, DoubleClick.
Cinco años después, en el tercer trimestre de 2012, Microsoft reconoció que la que fuera su mayor adquisición en el mercado de Internet había perdido prácticamente todo su valor y registró un cargo a pérdidas por US$ 6.200 millones. Una reducción de valor similar a la registrada por Nokia, aunque a diferencia de ésta, tardó cinco años en producirse. Nokia ha ganado por velocidad, en este caso.


Xbox 360
Los problemas técnicos de la segunda videoconsola producida por Microsoft, Xbox 360, le costaron a Microsoft más de US$ 1.000 millones asociados a garantías y reemplazo de equipos en 2007. Semanas después de su lanzamiento, la compañía empezó a recibir reportes de diferentes fallas en los equipos, lo que le obligó a extender el periodo de garantía. A los problemas de sobrecalentamiento, con las pantallas de juego congeladas a los quince minutos de actividad, y los discos que salían rayados después de introducirlos en la videoconsola, se sumó el denominado "anillo de la muerte" (en inglés conocido como "Red Ring of Death") en referencia al círculo de luz roja que rodea al botón de encendido y que alertaban de una falla.


surface
Dos años después de que Apple revolucionara el segmento de dispositivos móviles con el lanzamiento del iPad, Microsoft apostó a la manufactura propia de tabletas que integraban su sistema operativo Windows. Frente a otros dispositivos de su gama, su tablet incluía un teclado físico integrado que convertía al producto en algo a caballo entre el tablet convencional y un computador portátil pequeño.
En 2013, la compañía se vio obligada a asumir un cargo de US$ 900 millones por inventario no vendido de sus tabletas Surface. En estos años, Microsoft perfeccionó su diseño e insistió que no buscaba competir con las tabletas de los rivales, sino en mostrar su producto como algo más cercano a un PC con teclado desmontable.

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