Multinacionales

Firmas alemanas están en riesgo de perder su antigua aura de eficiencia

Con la mayor automotriz de Europa en medio de un escándalo, las exportaciones de autos son clave para la economía local.

Por: | Publicado: Lunes 26 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Hace algún tiempo, Lufthansa era considerada un símbolo de orgullo de las empresas alemanas destacándose por la calidad y suave funcionalidad de la primera economía de Europa. Pero eso era antes de que a fines de este año, una huelga de sus pilotos dejara a millones de pasajeros varados.

Para principios de diciembre, más de 4.461 vuelos se habían quedado en tierra por alrededor de seis días sin dar señales de que la disputa relacionada a los salarios de los pilotos estuviese cerca de terminar.

El sindicato de pilotos de Lufthansa, conocido como Cockpit, está integrado sólo por algunos miles de miembros pero tiene el poder de paralizar a la aerolínea mientras enfrenta un sinfín de desafíos, en particular los crecientes efectos de su filial de bajo costo, Eurowings.

Los problemas de la aerolínea germana se han convertido en ejemplo de cómo los cambios del siglo XXI están deteriorando décadas de cooperación entre la fuerza laboral y la dirección que permitió que Alemania se reconstruyera y creciera luego de la Segunda Guerra Mundial.

Dichos acuerdos, que han dado a los trabajadores voz en la administración, han permitido que Alemania evite las paralizantes huelgas y la violencia vista durante la época del colapso de los sindicatos en el gobierno de Margaret Thatcher en el Reino Unido, por ejemplo, o por décadas en Francia.

Pero Lufthansa también es el último ejemplo de cómo la legendaria eficiencia y competencia de algunas grandes compañías alemanas han caído en crisis.

Volkswagen, el mayor fabricante de autos de Europa por mucho, está sumido en un escándalo por emisiones de gases y enfrenta multas por decenas de miles de millones y juicios. La revelación el año pasado de que la firma manipuló los datos de los exámenes de emisiones en Estados Unidos y en Europa amenaza con afectar la imagen de la nación completa como fabricante de vehículos exquisitamente diseñados.

Ya había llevado a Volkswagen a anunciar que rompería el tabú y recortaría alrededor de 30.000 empleos alrededor del mundo, incluyendo 23.000 en Alemania.

En una amenaza adicional para el prestigio de la industria automotriz, el escándalo se ha extendido a Bosch, el proveedor de piezas con sede en Stuttgart y otro símbolo de la excelencia alemana.

Bosch está bajo investigación por el desarrollo del software utilizado por Volkswagen para manipular los resultados de las pruebas de emisión. Los vehículos son las mayores exportaciones de Alemania y la economía del país podría instantáneamente sufrir de cualquier caída de las ventas.

En la banca

La alguna vez poderosa industria de la banca germana también está sufriendo para evitar deslizarse hacia la irrelevancia. Luego de la crisis de 2008, Deutsche Bank era la única institución europea que mantuvo fuerte presencia en Wall Street.

Pero la entidad financiera ha sido golpeada por las accusaciones de que tomó parte en una amplia gama de malversaciones financieras. Las autoridades en Estados Unidos han demandado que Deutsche Bank pague

US$ 14.000 millones en multas relacionadas a las ventas de valores respaldados por hipotecas antes de la crisis financiera.

Las acciones del banco han caído alrededor de 36% en el último año porque los inversionistas temen que su habilidad para competir podría verse limitada en los años por venir.

Para Lufthansa, la lucha es ostensiblemente sobre los salarios para sus pilotos, que ganan cerca de 30% por arriba del promedio muncial, según Gerd Pontius, analista de la consultora de aviación Prologis, donde asesora a más de 50 aerolíneas. Los capitanes mejores calificados fácilmente ganan 250.000 euros al año (US$ 265.000).

Competencia al alza

Mientras Lufthansa ha intentado recuperar a sus pasajeros y mantenerlos en movimiento, la impaciencia parece estar remontando. “Los competidores se están haciendo más atractivos”, dijo Pontius.“Las huelgas realmente lleva a los pasajeros a los brazos de la competencia”, aseguró.

Los costos no estimados por la aerolínea por cada día de paralizaciones oscilan entre 10 millones y 15 millones de euros.

El daño a toda la economía alemana aún no ha sido estimado.

Para Lufthansa, aerolíneas de bajo costo como easyJet o Ryanair están avanzando en Europa mientras que los aeropuertos en el Medio Oriente y en Asia se han convertido en rivales para vuelos de larga distancia.

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