Toshiba proyecta pérdidas récord por US$ 4.500 millones y 6.800 despidos

Toshiba sigue sufriendo las consecuencias de uno de los mayores escándalos contables en la historia de Japón que tiene al fabricante de productos electrónicos pasando por un momento crítico. La compañía pronosticó ayer una pérdida récord de 550 mil millones de yenes

(US$ 4.500 millones) para su año fiscal y la eliminación de 6.800 puestos de trabajo, a medida que se deshace de varios de sus negocios para conseguir reforzar su posición de liquidez.

El monto de las pérdidas más que duplica los ingresos totales de la compañía en las últimas dos décadas.

Toshiba, que en mayo reconoció que infló sus ganancias durante casi siete años en cerca de US$ 1.300 millones, va a suspender el desarrollo y ventas de televisores fuera de Japón, recortará costos en sus negocios de computadores personales y electrodomésticos al tiempo que negocia alianzas con potenciales socios. El presidente Masashi Muromachi dijo a la prensa ayer que el grupo está evaluando abrir a bolsa su unidad de semiconductores y que también podría vender una participación en su unidad de equipos médicos.

Toshiba tiene una participación de 34% en el mercado global de tarjetas de memoria flash usadas en smartphones y equipo móviles a través de su alianza con SanDisk.

“Considerando lo mal que están las cosas, este nivel de reestructuración es lo menos que pueden hacer”, comentó a Bloomberg Mitsushige Akino, analista de Ichiyoshi Asset Management, en Tokio. “Tienen que hacer más que esto, pero no es tan simple como sólo despedir trabajadores y cerrar los negocios que no son rentables. La gran pregunta es cómo serán sus resultados de aquí a dos años de la reestructuración”.

Acciones se hunden

Las acciones del conglomerado industrial se desplomaron ayer casi 10%, su mayor retroceso desde el 11 de mayo. La firma ha perdido cerca de US$ 9 mil millones, la mitad de su valor de mercado, en los últimos ocho meses, desde que anunció la investigación a sus balances.

“Haré mi mejor esfuerzo en llevar adelante la implementación de un plan de recuperación para el resurgimiento de Toshiba y recuperar la confianza de todo el mundo”, dijo ayer Muromachi a los medios.

El ejecutivo asumió el mando luego de que el anterior presidente, Hisao Tanaka, renunciara a fines de julio junto con sus dos predecesores, Norio Sasaki, y Atsutoshi Nishida, que se mantenían en la compañía como vicepresidente y asesor del directorio, respectivamente.

La compañía ha demandado a los tres ex presidentes buscando reparaciones económicas, incluyendo a dos ex directores de finanzas.

Pero la propia Toshiba está enfrentando demandas de sus accionistas, ya que durante el período considerado en la manipulación de los balances recurrió al mercado para recaudar cerca de US$ 8 mil millones a través de bonos y acciones.