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Acreedores de cafetería Paul rechazan oferta y tiendas bajan la cortina en Chile

Tras desestimar una oferta de $ 200 millones, se hizo efectiva la liquidación de la sociedad y ahora se rematarán los bienes.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Miércoles 11 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Dos por uno. Así terminó la incursión de la cafetería francesa Paul en Chile. Tras dos años, los dueños de la franquicia se vieron obligados a bajar la cortina de los seis locales que llegaron a manejar en el sector oriente de Santiago. La sociedad quebró, 119 personas quedaron sin trabajo, y el lunes se hizo una promoción para vender todos los pasteles y panes que aún quedaban en exhibición.

A fines de noviembre del año pasado, el 30° Juzgado Civil de Santiago decretó la quiebra de French Gourmet, operadora de la cadena, acogiendo la solicitud presentada por el socio y gerente general de la empresa, Javier Winter. Junto a Jorge Goles (ex gerente general de Viña Dos Andes), Andrés Castro, (presidente de directorio de AFP Capital en Chile) y Juan Carlos Möller (ex director Global de Estrategia de Santander Universidades) se quedaron con la franquicia de la cadena francesa gourmet en 2014.

En Chile abrieron media docena de locales de los 10 que tenían en carpeta. El plan incluso consideraba recalar en Perú y Colombia. No obstante, los resultados no fueron los esperados.

Los socios negociaron vender la empresa a un operador gastronómico. Si bien hubo interesados, como la dupla compuesta por Jaime Sinay y Felipe Israel, los dueños de la franquicia esperaban recibir más de lo que se les ofertaba, por lo que no hubo ningún acuerdo.

Contrataron a Nelson Contador y Cía, tras lo cual se presentó la solicitud de quiebra; se aceptó y se designó como liquidador al experimentado Patricio Jarmarne, quien por varias semanas logró mantener abiertos los locales. Seguían los intentos por salvar la empresa.

Hasta último momento se recibieron ofertas. Pero este lunes, los acreedores decidieron no seguir más y rechazaron una última propuesta de $ 200 millones –presentada por la familia Morel Pirazzoli, ligada al transporte ferroviario- debido a una serie de condiciones que no les parecieron.

De esta manera, los seis locales cerraron y ahora lo que viene es el remate de lo que hay en su interior, como mesas y sillas, proceso a cargo de Matías Calvo. Eso sí, todas las máquinas de café son de propiedad de la empresa ICB, que los entrega en comodato.

Alta inversión en locales

Los pasivos de la compañía alcanzan los US$ 4 millones, siendo los principales acreedores la banca.

En la solicitud de quiebra, el gerente general Javier Winter, señaló: “La situación financiera de la sociedad hace inviable la continuación del giro, ya que existen diversas obligaciones financieras con proveedores y arrendadores que se encuentran impagas, agravado por el cobro inesperado de ciertas boletas de garantía por parte de los acreedores, entre otros, Parque Arauco y Paul Francia. No existen flujos suficientes para el pago de las obligaciones morosas ni de las nuevas obligaciones que conlleva el funcionamiento del negocio”.

Más crítico fue el liquidador, Patricio Jamarne, quien en su informe a los acreedores planteó que la empresa carecía de un centro de distribución, por lo que disponía de dos lugares en los cuales producía sus productos y los distribuía a los locales. Esto, precisó, generó que la distribución no fuera muy eficiente; además, implicaba un enorme sobrecosto de producción, dado que las instalaciones en que funcionaba la empresa eran arrendadas y por sus ubicaciones eran muy costosas, como los dos locales en el Parque Arauco y el de Magdalena esquina Isidora Goyenechea.

Jamarne también recorrió los otros locales que estaban al interior de las tiendas Ripley en el mall Alto Las Condes y Costanera Center, junto con el ubicado al interior del Centro Cultural El Tranque en Lo Barnechea. Sobre este último fue muy crítico. “Tiene ventas muy bajas, dado que no existe un flujo de público que permita tener un movimiento importante y, además, los horarios de funcionamiento del local no se ajustan a aquellos de mayor movimiento del centro cultural, dado que requeriría tener otro turno de personal lo cual no se justifica”, señaló.

Con todo, en su informe presentado a los acreedores este lunes, el síndico fue categórico. “El estado actual de la empresa deudora dice relación con los costos financieros relativos a las habilitaciones de los locales, además de problemas operativos relativos a un alto costo de funcionamiento, una sobre dimensión de las instalaciones arrendadas, y un deficiente sistema de producción y distribución entre los locales”, dijo Jamarne.

Dado esto, la empresa no tenía mucho futuro. Más aún, considerando que al mes de septiembre de 2016 la compañía registraba una pérdida mensual promedio de unos $ 100 millones, de los cuales $ 66 millones correspondían exclusivamente a pérdida operacional.

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