Retail

Cómo se gestó el retorno de Débora Calderón Kohon a Ripley y los desafíos de la compañía

Asumió como directora de la filial chilena, en un cargo ad honorem. También, junto a sus primos, participa en la dirección de la Inmobiliaria Imagina. Sin pandemia, pasa cuatro meses al año en Miami.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Miércoles 1 de julio de 2020 a las 04:00 hrs.
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Débora Calderón, hija de uno de los fundadores de Ripley, tiene estudios en periodismo y secretariado en la U. Católica y un diplomado en empresas familiares en la U. Adolfo Ibáñez.
Débora Calderón, hija de uno de los fundadores de Ripley, tiene estudios en periodismo y secretariado en la U. Católica y un diplomado en empresas familiares en la U. Adolfo Ibáñez.

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En abril pasado, y tras casi una década, Débora Calderón Kohon dejó el directorio de Ripley Corp, la compañía fundada por su padre Maxo y su tío Alberto Calderón Crispín en 1964, y que hoy tiene presencia en Chile y Perú.

Hasta 2008, Ripley era controlada con un 81% por los hermanos Maxo y Alberto. Al año siguiente, el primero vendió el 20% de la cadena al grupo Saieh –que luego enajenó sus acciones-, para intentar salvar, sin éxito, su otra empresa, Jonhson’s, que finalmente vendió a Cencosud.

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Tras ese proceso y la posterior muerte de Maxo, sus tres hijas (Débora, Susana y Ester) asumieron el mando de los negocios de esta rama. Tras algunas ventas de acciones de Ripley, en 2018 concretaron la enajenación del 3% de la propiedad de la multitienda, lo que les reportó unos U$ 50 millones. A principios de este año, vendieron un 1,5% adicional.

Así, hasta hoy, las tres hermanas Calderón Kohon manejan el 5,5% de la compañía, y sus votos no alcanzaron para instalar a la mayor del clan en la mesa de la empresa en abril pasado.

No obstante, hace unos días, la compañía informó que Débora fue nombrada directora de Ripley Chile, la filial local, en reemplazo de Felipe Lamarca. Un cargo ad honorem, explican conocedores. De esta forma, la familia Calderón Kohon vuelve a tener injerencia en las decisiones directivas de la empresa.

Según cercanos al clan, la decisión de sumarla al directorio fue un gesto de sus primos Calderón Volochinsky (Lázaro, Andrés, Michel y Verónica Calderón Volochinsky, que manejan el 50% de la empresa) para mantener unida a toda la familia.

Las mismas fuentes consultadas explican que una de las razones del regreso de Débora a la mesa directiva son los nueve años que lleva vinculada a la empresa y que la hacen tener una visión empresarial global del negocio.

A esto se suma –dicen las mismas versiones- que es un aporte en los tiempos que corren: en general, la empresaria ha estado más abierta a las tendencias y los cambios, además de tener una visión más empática, la que es bienvenida por parte de los primos Calderón.

Además, ella está presente en otros directorios de empresas junto a sus parientes. De hecho, junto con los Calderón Volochinsky participa en la inmobiliaria Imagina, donde también es socio Patricio Kreutzberger.

Desafíos del retail

Débora Calderón ha vivido de cerca el mundo del retail gracias al legado de su padre. Mientras estaba en el colegio pudo incursionar en el área de decoración y mobiliario de Ripley.

Tiene estudios en periodismo y secretariado en la Universidad Católica, un diplomado en empresas familiares en la U. Adolfo Ibáñez y domina el inglés y el hebreo (egresó del Instituto Hebreo de Santiago), destaca su currículum. Sin pandemia, pasa cuatro meses al año en Miami.

Junto al resto de los directores de la compañía, tiene un gran desafío por delante debido al complejo panorama que viven las multitiendas producto de la crisis sanitaria. De hecho, las acciones de Ripley acumulan una caída de 16,7% en lo que va del año.

Para las clasificadoras, si bien la pandemia ha implicado una mayor actividad de las tiendas por departamento en sus canales online, esto no ha podido compensar las bajas por el cierre de sus tiendas físicas.Y lo más complejo para las empresas es que no hay certeza sobre cuándo podrán abrir la totalidad de sus locales, aunque sea con restricciones.

La situación se torna aún más desafiante en el negocio financiero, que ya se está viendo presionado por las dificultades en la recaudación de las carteras vigentes y un empeoramiento en el comportamiento de pago de los clientes.

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