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La incertidumbre de la que intenta salir el Barrio Bellavista tras 39 días de manifestaciones

Según cifras del gremio del barrio, se han perdido del orden de 1.700 empleos. Aperturas más temprano intentan compensar un horario más acotado de funcionamiento.

Por: M. J. Blanco y M. Espinosa | Publicado: Martes 26 de noviembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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De a poco se van recobrando niveles de mayor actividad en el lugar. Foto: Rodolfo Jara
De a poco se van recobrando niveles de mayor actividad en el lugar. Foto: Rodolfo Jara

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El sector del emblemático Barrio Bellavista se reinventó el último mes. Al igual que gran parte del comercio, tras el estallido social del 18 de octubre los horarios de trabajo de grandes, pequeñas y medianas empresas se reacomodaron, principalmente por las diarias manifestaciones que se desarrollan en Plaza Baquedano a pocas cuadras de Bellavista y que sólo separa el paso del río Mapocho y la Facultad de Derecho de la U. de Chile.

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Si bien antes de los acontecimientos el sector gastronómico y turístico de Patio Bellavista concentraba sus operaciones en la tarde noche, con los cierres anticipados del comercio, algunos locales han decidido abrir a la hora del desayuno para mitigar las menores ventas.

Alvaro Jadue, director general de Patio Bellavista y presidente de la Asociación gremial de Barrio Bellavista -que agrupa a restaurantes, bares, hoteles y hostales, entre otros- cuenta que las primeras tres semanas fueron las más difíciles.

“Con los toques de queda había que cerrar anticipadamente, la dificultad de la gente para llegar e irse de sus trabajos era enorme. Fueron días muy difíciles y sobre todo viéndolo más allá de la baja de ventas, por la baja humana. En el sector trabajan alrededor de 10 mil personas. Hoy, de acuerdo con el catastro de la Asociación Gremial en Barrio Bellavista, se ha tenido que despedir a 1.700 personas”, detalla.

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El único establecimiento que cerró fue el restaurant Puerto Bellavista, hace dos semanas.

No obstante, Jadue desmiente que el Patio Bellavista vaya a cerrar sus puertas de forma definitiva, como ha circulado en redes sociales. Incluso los planes de expansión que tienen contemplados para 2020 sobre aumentar en un 25% la superficie del centro gastronómico y sumar un acceso por calle Dardignac siguen en pie.

“Por ahora mantenemos nuestros planes. Creemos en Bellavista, porque es y será el principal polo gastronómico turístico y cultural de la ciudad”, añade.

Dentro del complejo gastronómico, hasta ahora el único establecimiento que cerró fue el restaurante Puerto Bellavista, hace unas dos semanas.

“Como en todas las crisis hay locales que cierran. Esta ha sido bastante mayor, por lo que se van a cerrar ciertos establecimientos y Puerto Bellavista es uno de ellos. Sin embargo, hoy estamos más optimistas, ya que paulatinamente empezamos a aumentar el flujo habitual a un 50%”.

Una fórmula que ha adoptado Patio Bellavista es aplicar descuentos a los arrendatarios por las jornadas cerradas. “Les estamos dando un apoyo comercial que tiene que ver con descuentos en los arriendos. Estamos viviendo esto junto a los operadores y vamos a salir juntos de esto también”, dice Jadue.

Una evaluación diaria

La separación que el río Mapocho genera entre Barrio Bellavista y Plaza Baquedano ha sido una ayuda para los locatarios de los establecimientos. No obstante, los colaboradores deben vivir día a día con los cierres intermitentes de sus establecimientos por el constante acorralamiento de Carabineros a los manifestantes, desde Plaza Baquedano hacia Bellavista. El olor y picor a lacrimógena en el ambiente ya es costumbre.

El local de comida rápida Charly Dog tiene vista directa desde la esquina de Bellavista con calle Pío Nono. Sus trabajadores, que prefirieron mantener su nombre en reserva, cuentan que las ventas han bajado notoriamente. Y los horarios acotados, donde antes operaban hasta las 2 de la madrugada, se han reducido hasta las 20 horas, por lo que el turno que trabajaba de noche fue desvinculado totalmente.

Desde otro local contiguo, perteneciente a Farmacias Manríquez, sus trabajadoras relatan que no saben hasta cuándo van a trabajar. “Dependemos del día a día y trabajamos por comisión, pero no nos han dicho nada, todo el radio está afectado. Entiendo que se quiera normalizar la situación, pero acá en el sector ya tiraron la esponja”, cuenta una química farmacéutica perteneciente a la cadena.

Colaboradores de la empresa Turistik, ubicada dentro de Patio Bellavista, dicen que el flujo de gente ha bajado casi al 90%. “Hay algunos turistas que llegan porque ya tenían fecha para esta época, pero ha disminuido muchísimo. También han despedido gente. Estamos vendiendo muy poco. Las reservas en hoteles para qué decir”, cuenta un colaborador.

“Desde la empresa no nos han dicho mucho. Creen que van a seguir en el ‘oasis financiero’ pero no se dan cuenta del trasfondo de esto”, añade otro.

Las fórmulas del Teatro San Ginés contra la menor afluencia de público

Cumpliendo este mes una trayectoria de dos décadas desde su primer estreno, el Centro Cultural San Ginés -ligado al actor Juan Pablo Saéz- ha funcionado desde el estallido de la crisis social del 18 de octubre con todo el personal técnico, administrativo y artístico durante los últimos 40 días, ya que post funciones se dispuso de taxis y transporte de plataformas tipo Uber para poder trasladar a quienes viven más lejos. Esta ha sido la forma de enfrentar el cuadro de incertidumbre que ha venido afectando al Barrio Bellavista, donde se sitúa la San Ginés, que pese a los problemas que hay en la zona, ha podido mantener sus funciones.
Por una decisión de seguridad la administración decidió cancelar las obras de público infantil y entonces mantener en cartelera dos de sus tres estrenos previstos para esta época: "Viejas de mierda" y "La verdad y las ventajas de callarla".
En este contexto, indican que el Teatro San Ginés adoptó la modalidad de solicitar los datos de quienes compran los tickets, para así poder llamarlos en el caso de una cancelación y ofrecerles la opción de que los clientes puedan elegir entre el reembolso de su dinero o la recalendarización del show.

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El peligro que corre el negocio del lapislázuli en el sector

Janet Peña es la encargada de la joyería Lapislázuli de Barrio Bellavista, tienda que hace 20 años comercializa orfebrería hecha con la piedra semipreciosa que lleva su nombre. Revela que esta es la primera vez que los dueños cuestionan la continuación del negocio, ya que con el estallido social y el mal desempeño del año en general, las cifras están en rojo.
"Cero. ¿Sabes lo que es vender cero durante 13 días en octubre? En noviembre sólo vendimos un par de pulseras, después de que pusimos un cartel afuera que dice 'Apoye a las Pymes'. La gente nos compra cosas chicas para ayudarnos", dice Peña.
Alrededor de esta tienda, entre las calles Mallinkrodt y Salvador Donoso, en ambas veredas hay una serie de joyerías que venden lapislázuli, como donde trabaja Peña. A su juicio, las últimas esperanzas de sacar el negocio adelante se esfumaron con la cancelación de la Apec y la COP25, ya que el principal público de la piedra son los extranjeros. "Nuestra competencia, las joyerías de Patio Bellavista están vacías. Entonces, ¿qué queda para nosotros que dependemos de esos mismo turistas para sobrevivir? El chileno es un 25% de nuestros ingresos", explica Peña.
Al otro lado, en el Patio Bellavista, los vendedores detallan los mismos problemas. Una de las trabajadoras de la joyería Toty Store dice que en octubre parte la temporada alta de las ventas del lapislázuli, sin embargo, pareciera que lo que se viene será una extensión del período invernal.
"Todas las temporadas altas contratamos a una tercera persona para que nos ayude, porque aumenta considerablemente el flujo de clientes. Sin embargo, ahora que no tenemos nada que hacer por la baja de turistas, las vitrinas de la joyería nunca habían estado más limpias", dice la vendedora.
Explica que el dueño de la Toty Store decidió unir los turnos de sus dos vendedores para evitar despidos, producto de los continuos cambios de cierre por las manifestaciones y paros. Asimismo, les comunicó a sus dos empleados que no sabía cuanto tiempo más podrá continuar la joyería en Patio Bellavista.
Así, la tienda Lapislazuli de Peña ya tiene una fecha ultimátum: si las ventas no repuntan para diciembre, lo que se viene será un cierre de Bellavista 290.

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