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Quiebre total entre los hermanos dueños de la matriz de Marco Polo

Chantal Signorio demandó a su hermano Mario, controlador de ICB, y solicitó la nulidad de la partición de la herencia de 2015, o una indemnización de $ 11 mil millones.

Por: José Troncoso Ostornol | Publicado: Viernes 6 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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Un nuevo capítulo sumó la compleja relación entre los principales accionistas de la Importadora Café Do Brasil (ICB, matriz de la reconocida marca de snacks Marco Polo). Ahora Chantal Signorio Larzabal demandó a su hermano Mario, a quien acusó de simular un traspaso de acciones con lo cual se hizo del “control total” de la compañía, por lo que solicitó la nulidad de la partición de una herencia realizada en 2015, o una indemnización de $ 11.365 millones.

ICB es una de los grupos de alimentos más grandes de Chile. Su buque insigne es Marco Polo, pero además importa productos Cola Cao, Kellogg’s, Pringles y Ferrero Rocher, entre otros. Factura al menos US$ 280 millones al año.

La disputa entre los hermanos se originó tras la muerte del fundador del grupo, Víctor Signorio Ferreti, en 2009. La posesión efectiva que se concretó dos años después tuvo como herederos a Mario, Francesca, Donatella y Chantal, quienes en 2015 suscribieron una partición parcial de la herencia, con lo cual cada uno se adjudicó aproximadamente el 20,5% de ICB, explica Chantal en su demanda presentada ante el 12º Juzgado Civil de Santiago el pasado 26 de marzo.

En 2016 ya había presentado una medida prejudicial para que su hermano exhibiera de documentos por los que habría adquirido un capital accionario de ICB, pues a diferencia de sus hermanas maneja el 40% de la compañía.

“Tenía presunciones que antes de su fallecimiento mi padre traspasó a mi hermano Mario, irregularmente y vulnerando la legislación sucesoria, capital accionario de ICB mediante actos o contratos que hasta ese momento yo desconocía, por el solo hecho de ser el único hijo hombre. Tales presunciones fueron confirmadas”, dice Chantal en la demanda.

“En vida mi padre realizó traspasos simulados de acciones de ICB a uno de los herederos, a mi hermano Mario, lo que a todas luces constituyen donaciones encubiertas, por lo que correspondía formar acervo imaginario, con el propósito que se le impute a su cuota en la herencia lo que a ese heredero se la había donado en vida”, añade.

Dice que desde el deceso de su padre, el “control fáctico” de ICB lo ejerció su hermano, lo que, señala, con el paso del tiempo se tradujo en un “control total” de la empresa.

Según la acción judicial, hubo dos traspados de acciones, en 1986 y 1995, que le permitieron a Mario Signorio tomar un 22,73% de la compañía antes de la partición de la herencia. Según Chantal, si es que se pagó por esas acciones, el valor fue muy bajo. Además, sostiene que su hermano era muy joven y no tenía recursos para pagar por esas participaciones.

“Mario, por ser el único hijo hombre, detenta el doble de la participación (…). No exhibió los documentos que acreditaran el pago de las acciones que supuestamente le fueron traspasadas”, dice en su demanda, calificando que tales traspasos “fueron simulados, y que en realidad los actos que se concretaron fueron donaciones de las referidas acciones”.

Asegura que esto la perjudicó pues se redujo la herencia a repartir tras el fallecimiento. “Los daños que he sufrido son considerables, debido a que a través de ellos mi hermano Mario se vio beneficiado en una proporción mayor a la que le correspondía en la partición de la herencia”, sostiene.

Pese a los intentos de Diario Financiero, no fue posible tener la versión de Mario Signorio.

En paralelo corre la disputa penal. En 2016, el abogado Arturo Majlis, esposo de Chantal y socio de Grasty, Quintana y Majlis & Cía, presentó una querella por apropiación indebida, que después amplió a estafa.

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