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Restaurante Danés tira la toalla y pide su quiebra

Su dueño, Cristián Pérez, acusó los efectos de una catástrofe política y otra sanitaria. Indicó que intentó una solución a través del delivery, pero que las comisiones de las empresas repartidoras y sus aplicaciones no la hicieron viable.

Por: José Troncoso O. | Publicado: Martes 29 de junio de 2021 a las 20:30 hrs.
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No va más. La cadena Danés Bar & Restaurant tiró la toalla. Su propio dueño, Cristián Pérez O’Brien, solicitó a la justicia la liquidación voluntaria de la empresa.

A fines de mayo, Diario Financiero había dado cuenta de la compleja situación que enfrentaba la cadena, que, al igual que varios actores de la industria gastronómica, se vieron sumamente afectados, primero, con la crisis social de octubre de 2019 y, luego, con la pandemia.

Cristián Pérez, exdueño de Sakura, había dado el vamos a su proyecto en el rubro gastronómico enfocado en sándwiches en 2014. Eligió el nombre Danés Bar & Restaurant. A la iniciativa se sumó como socia la familia Fosk.

El año pasado, en medio de la pandemia, los socios decidieron separar aguas. Los Fosk dejaron la empresa ante grandes diferencias en la administración de la firma, dice un miembro del clan. Pérez intentó llevar adelante el negocio, pero los resultados no se dieron.

“Danés SpA fue una empresa que desde sus inicios logró una buena posición y desarrollo en el mercado, lo que se reflejó en la preferencia de la clientela y un crecimiento sostenido de las ventas, llegando a tener cinco locales de un tamaño aproximado de 300 metros cuadrados cada uno, con un total de 190 trabajadores entre garzones, administrativos y personal de cocina”, dijo el empresario en su escrito presentado a la justicia.

A mediados de 2018, y por la necesidad de sostener el crecimiento, según explicó el dueño de la cadena, arrendaron dos inmuebles para nuevos locales en Tobalaba y Los Trapenses.

“Al poco tiempo se produjeron las manifestaciones políticas generadas a partir de octubre de 2019, donde fuimos víctimas de la destrucción del mobiliario del local de Tobalaba. Todo Chile pudo ver en vivo y en directo a través de la televisión como una turba destruyó las protecciones del local, procediendo a sustraer los muebles para hacer barricadas”, sostuvo Pérez.

Añadió que los días y semanas posteriores, la venta nocturna de Danés SpA se vio afectada por los permanentes disturbios políticos y sociales que se extendieron por todo el país, especialmente en Santiago. Dado esto, decidieron adelantar la hora de cierre de todos sus establecimientos a las 17:00 horas, en circunstancias que antes de estos hechos, en época normal, funcionaban hasta las 24:00 horas.

“El resultado a diciembre de 2019 fue la reducción de las ventas en un 70%, manteniendo los costos de arriendo, de proveedores y de personal”, sostuvo Pérez.

Luego, dijo, surgió la pandemia, lo que derivó en una prohibición de funcionamiento.

“Las cuarentenas, el estado de excepción constitucional de catástrofe y la prohibición de funcionamiento hicieron imposible el funcionamiento de todos los locales de Danés SpA, y de improviso ya no podíamos sostener los gastos y costos que tenía la cadena”, señaló.

El delivery...

Con el fin de enfrentar lo que el empresario denominó como una “catástrofe”, y de aguantar hasta que la situación comenzara a normalizarse, la firma se acogió a la Ley N° 21.227 sobre protección al empleo y fueron suspendidos los contratos de trabajo de la mayoría de los trabajadores.

“Intentamos continuar funcionando haciendo delivery, pero los costos de los locales, unidos a las comisiones del delivey hicieron más difícil sostener la deteriorada situación”, explicó Pérez, quien fue más allá, y afirmó: “Las comisiones de las empresas repartidoras y sus aplicaciones no hicieron viable la alternativa de operación a través de delivery”.

El empresario indicó que solicitó el crédito Covid para poder sostener la operación de la cadena, pero que estos recursos no fueron capaces de mantener la difícil situación financiera que estaba enfrentando.

“En definitiva, la catástrofe política se unió a la catástrofe sanitaria, haciendo inevitable el cierre de los locales y la continuidad de la empresa”, dijo.

Según datos de la sociedad, el año pasado, terminó con una pérdida de $ 303 millones. Su deuda total supera los $ 1.200 millones, siendo sus principales acreedores los bancos BCI e Itaú, además de Comercial CCU.

Cristián Pérez tiene una larga carrera en el ámbito gastronómico. En sus inicios, fue parte del equipo de apertura del hotel Hyatt en Santiago (hoy Mandarin Oriental), en el año 1992.

Luego creó, en 2005, el restaurante de pescados y mariscos Puerto Fuy en Nueva Costanera. Después instaló el OX, de carnes, en la avenida Isidora Goyenechea, en el sector de El Golf, y luego fundó el Sakura, el cual vendió.

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