Retail

Tradicional empresa de camisas Vandine pide su quiebra: "Ya no es viable su continuidad"

La crisis social y la pandemia liquidaron a la compañía, que venía con problemas financieros desde 2017 debido a las importaciones desde China.

Por: J. Troncoso Ostornol | Publicado: Lunes 14 de septiembre de 2020 a las 10:30 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

La tradicional empresa de camisas Vandine solicitó su quiebra. La crisis social y la pandemia liquidaron a la compañía, ligada a la familia Adauy, que, no obstante, venía con problemas financieros desde 2017.

El viernes, la empresa presentó a la justicia una solicitud de liquidación voluntaria. "Ya no es viable su continuidad", dijo el representante de la firma, Arturo Adauy Zaror.

Los tres mayores acreedores son los bancos Santander, BCI e Itaú.

La firma partió en 1986, como una comercializadora de camisas de la fábrica Manufacturas Adauy, en la cual sus dueños forman parte de la operación productiva.

Durante su primera década de vida, según explicó el propio Arturo Adauy, la marca logró posicionarse como una de las mejores camisas del país, las que se distribuían a las principales boutiques, siendo estas sus principales canales de distribución.

El empresario afirmó que el "éxito económico" duró hasta mediados de 1994. Ese año, aumentó el auge de las importaciones desde China, lo que –dijo- les permitió a sus competidores vender "a unos costos infinitamente menores", lo que puso a la empresa en serios problemas económicos.

Tras esto, Vandine decidió tomar el camino de las importaciones, lo que le significó grandes desembolsos, debido a que desvinculó a operarios y liquidó los stocks de telas y materiales de producción.

Adauy señaló que esta transformación –que definió como necesaria y urgente- tomó varios años en ser consolidada, pero, sostuvo, le dio un nuevo aire a la compañía, permitiéndole competir y volver a tener resultados positivos.

No obstante, en la década del 2000, el escenario comercial nuevamente cambió de manera radical, dijo el empresario, ya que las pequeñas boutiques, en las cuales se distribuían los productos Vandine, prácticamente desaparecieron, siendo reemplazadas por las grandes tiendas de departamento. "Tomaron el control de los canales de distribución, he impusieron modelos de negocio en donde se tuvo que asumir importantes costos como reemplazar a vendedores con promotores nuevos, tener que pagarles márgenes asegurados, pagar los descuentos de sus campañas de ofertas, y asumir las devoluciones de los productos finalizada cada temporada", dijo Adauy.

Esta gran concentración en las ventas en prácticamente cuatro operadores, dijo el empresario, se tradujo en mayores costos de operación, bajos márgenes comerciales y una alta competencia con las marcas propias de estas tiendas, que, aseveró, ocupaban los mejores espacios en cada una de las sucursales.

 

"El peor Día del Padre"

El representante de la marca dijo que esto llevó a Vandine a tener que abrir "forzosamente" sus propios canales de distribución, lo que hizo en una década, llegando a tener nueve locales el año 2015, los que llegaron a representar el 40% de las ventas de la firma.

"Esta apertura de locales logró en parte equilibrar la concentración de la venta a un alto costo", señaló Adauy, quien afirmó que esta inversión fue financiada en un 100% con capital propio.

Pero los resultados no fueron los esperados. "Los altos costos de operación de los locales, debido a las altas tarifas cobradas por los malls y los bajos márgenes comerciales (...) llevó a la compañía a tener importantes pérdidas", dijo el representante de la firma.

En particular, el empresario señaló que la boutique en el mall Parque Arauco nunca logró llegar a un nivel de equilibrio, y que las pérdidas de este local llegaron a representar más del 50% de las mermas totales de la cadena de tiendas.

Esto, dijo Adauy, les generó un grave problema de liquidez, lo que en un principio fue subsanado con préstamos del accionista principal, no obstante, fueron insuficientes, lo que llevó a la marca a concretar una reestructuración total de sus pasivos con la banca en 2017.

Tras esta negociación, según se explicó, fueron canceladas todas las líneas de crédito de comercio exterior, teniendo que financiar sus compras de mercadería con recursos propios, lo que generó hacer más estrecha su capacidad de pago.

"A raíz de lo anterior, se inició un plan de transformación de la compañía, el cual consistió en cerrar la mayoría de las tiendas, desvincular al personal de estas, cambio de casa matriz y centro de distribución a través de la compra de una propiedad por leasing, y cambio de parte del personal administrativo", precisó Adauy, quien señaló que todo esto le significó a la firma un costo de unos $ 330 millones por devoluciones anticipadas de locales y despido de trabajadores, entre otros ítems. Todo esto fue en 2018, año que según el empresario fue el con los perores resultados obtenidos por la compañía desde sus orígenes.

"A principios de 2019, Vandine ya tenía serios problemas para pagar sus compras de mercadería, no obstante, logró subsistir gracias a préstamos que hicieron los socios", destacó Adauy, quien añadió que, pese a todo, las ventas siguieron la negativa tendencia iniciada 2017, con caídas de 10% anual, lo que se vio reflejado, dijo, en el peor Día del Padre de los últimos tiempos.

Luego vino el estallido social, que generó el cierre todas de las tiendas, cayendo las ventas alrededor de un 50%. "Prácticamente no existieron ventas de Navidad", dijo el representante de la firma.

Tras esto, dijo que la firma tuvo que postergar los pagos de impuestos y hacer convenios de 24 meses con la Tesorería para poder pagar los IVAs.

Como si fuera poco, este año se desató la pandemia. "En el año 2020, se hizo el esfuerzo para continuar con la operación; se inició este año con financiamiento de una empresa del rubro, lo que permitió disponer de la colección para enfrentar el invierno, no obstante, y debido a la grave catástrofe que se está viviendo en el país por la pandemia, en donde las tiendas nuevamente fueron cerradas, y las ventas nulas, implicó la pérdida total de ingresos para la compañía", afirmó Adauy, quien remató: "La sociedad está en una posición en la cual ya no es viable su continuidad debido a la falta de liquidez, las grandes deudas que la afectan y los bajos márgenes comerciales del negocio, lo que hace imposible pagar los gastos operacionales, mercaderías y los créditos bancarios vigentes".

Lo más leído