Movistar plantea dudas sobre factibilidad de licitación 5G al 2022 e insta a resolver tres ejes

Tras el lanzamiento de la licitación de la red 5G anunciada ayer por el gobierno en el marco de Mobile World Congress 2019, Movistar usó ese mismo escenario hoy para entregar su primera reacción en la que destacó la importancia de esta iniciativa para seguir avanzando en el desarrollo digital del país, pero formuló al mismo tiempo sus reparos en cuanto a la factibilidad de realizar este proceso en los plazos establecidos por la autoridad al 2022 si antes no se resuelven un conjunto de temas claves en tres frentes. Estos se resumen en certeza e igualdad de condiciones, facilidad para el despliegue de infraestructura y cambios normativos que faciliten el despliegue de la infraestructura.

"Si queremos ser líderes en el futuro 5G, la industria debe volver a ser atractiva para la inversión", sostuvo el director de Estrategia, Regulación y Asuntos Públicos de Movistar Chile, Fernando Saiz, quien calificó el objetivo de la Subtel de completar el proceso con operadores en 5G funcionando en el transcurso de la actual administración al año 2022 como "muy, muy ambicioso".

En este marco, señaló que poner en marcha esta iniciativa requiere antes concluir no solo la consulta de la licitación que inició la autoridad, sino también que se resuelvan las consultas pendientes ante el TDLC por las banda 3,5 GHZ.

En su diagnóstico del momento actual de la industria de telecomunicaciones chilena que apuntó directamente a los requisitos indispensables para dar el salto la tecnología 5G, el directivo resaltó que "como país, requerimos ocuparnos urgentemente de esta materia para generar las condiciones que ayuden a aumentar el atractivo de la industria para atraer mayores inversiones", problemas por resolver que sintetizó en tres desafíos.

1. Facilitar despliegues de infraestructura que soporten la digitalización: Si bien el país hoy cuenta con una infraestructura de telecomunicaciones robusta, los desafíos de despliegue continuarán y demandarán de una gran inversión, para lo cual es necesario contar con facilidades en despliegues de fibra, considerando su relevancia tanto para el mundo fijo como el móvil.

Otro punto que resaltó es la necesidad de eliminar sobrecostos y burocracia para el desarrollo de infraestructura: "En Chile el costo de un sitio para construir torres móviles es 1,7 veces más caro que Reino Unido, España o Alemania. Y el tiempo para obtener permisos de obras civiles, en Chile es 3,6 veces mayor que países como Francia, Alemania o Portugal". Añadió que la empresa considera que mejorar estos índices es imperativo para seguir robusteciendo las redes LTE y el futuro despliegue de 5G.

2. Igualdad de condiciones y certeza. Saiz puntualizó en lo fundamental de que no haya actores que ya cuenten con espectro asignado y operatividad avanzada por sobre otros, y que tampoco haya actores que sí deban pagar por el espectro y otros no. "Hemos sido enfáticos en que todos quienes queramos invertir, podamos desarrollar nuestras redes de la próxima generación que es el 5G en equidad. Esto, de la mano de mayor certeza frente a las inversiones que este upgrade en tecnología demandará. Solo así, será implementar y fomentar las decisiones de inversión en un largo plazo", indicó el director de Estrategia, Regulación y Asuntos Públicos de Movistar Chile.

3. Recuperar el atractivo y las inversiones: el ejecutivo indicó que "se debe apuntar a un modelo del sector de telecomunicaciones, que ponga en valor la importancia de las inversiones y que nos permitan retomar la fuerza inversora, que han permitido durante los últimos años reducir las brechas digitales en el país y acercar la transformación digital". En ese sentido, la digitalización debe contemplar todos los despliegues de infraestructura necesarios, tanto en el mundo móvil (radiobases), conectividad de fibra óptica, y los futuros despliegues de small cells para el 5G.

Saiz recordó que en la actualidad la inversión a nivel de la industria promedió los US$ 1.500 millones en 2018, monto que es un 40% menor lo esperado para la digitalización del país.