Telecom/Tecnología

Saieh apaga la tele: Copesa traspasa frecuencias que compró para 3TV

La FNE aprobó la transferencia de las señales UHF en Santiago, Temuco y Concepción. Antes, en marzo, se desprendió de la concesión que tenía en Viña del Mar.

Por: | Publicado: Martes 20 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Dos veces la compró y ahora por segunda vez la está vendiendo. A mediados de agosto Álvaro Saieh, a través del Consorcio Televisivo, donde Copesa es accionista, recibió la autorización de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) para transferir las frecuencias UHF, que compró en 2011, para sustentar el proyecto televisivo 3TV que no alcanzó a salir al aire.

La industria televisiva no pasa por un buen momento financiero y en ese contexto, con el traspaso de las señales canal 22, Canal 35 y Canal 21, ubicadas en las zonas de servicio de Santiago, Concepción y Temuco, respectivamente, el empresario estaría sepultando su interés por este negocio.

En este caso la contraparte es la sociedad CNC Inversiones, ligada a Marcelo Mendizábal, quien tiene varias radios y otros canales de televisión regional concentrados fundamentalmente en la Región de Antofagasta. El proceso está en desarrollo, pues conocedores de estos procesos explicaron que tras el pronunciamiento de la FNE se requiere la autorización de la Subtel, trámite que puede tomar hasta un par de meses.

Claro que el proceso de desinversión del dueño de Unimarc comenzó antes, pues en marzo el organismo antimonopolios visó una primera operación en la que el Consorcio Televisivo traspasó a la Sociedad Publieventos, dueña de la radio Carnaval, la señal del Canal 57, que atiende a las ciudades de Valparaíso y Viña del Mar.

En 2010, Copesa pagó

US$ 2,5 millones por el Canal 22, que aunque parezca increíble tiene casi dos décadas de una historia plagada de fracasos, en uno de los cuales, denominado Andrés Bello Televisión (ABT), Saieh también estuvo involucrado. Corría el año 2000 y, en ese entonces, como parte de los controladores de la universidad privada de la que se desprendió ese fallido proyecto, pagó US$ 1 millón por la señal, que en 2005 fue traspasada a Bernardo Carrasco, ex dueño del teatro Baquedano (hoy de la Universidad de Chile). 

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