Economía

A 20 años del euro: la materia que queda pendiente

Desde su creación, los Estados miembro han tomado muchos pasos para mejorar la resiliencia de la eurozona a las crisis, incluyendo la creación de una unión bancaria y la unión del mercado de capitales. Sin embargo, ambas permanecen incompletas.

Por: Financial Times | Publicado: Lunes 31 de diciembre de 2018 a las 11:41 hrs.
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El 1 de enero de 1999, 11 países fijaron sus tipos de cambio y crearon una nueva divisa: el euro. Tres años después, monedas y billetes entraron en circulación. Ocho países adicionales se han unido a la divisa en los años siguientes y siete más podrían hacer lo mismo si cumplen con los requisitos.

Después de 20 años, el euro ha sido un proyecto exitoso medido por su adopción y apoyo. Tres cuartas partes de las personas de la eurozona están a favor del euro, el mayor porcentaje desde 2004, lo que aparentemente disipa la impresión de un aumento del sentimiento euroescéptico en muchos países.

Sin embargo, no todo está bien con el euro, como lo reconocen incluso sus más fervientes defensores. La crisis de la pasada década reveló defectos en su arquitectura que los países miembros han estado tratando de resolver. La reforma es lenta, y la brecha entre los Estados miembros ricos y pobres sigue siendo grande.

Una moneda global

El euro se ha convertido en la segunda divisa más importante del mundo. Representa el 36% de los pagos globales y 20% de todas las reservas de divisas de los bancos centrales, superado sólo por el dólar.

El euro es usado por 340 millones de personas en 19 países. Otras 175 millones lo utilizan fuera de la eurozona o anclan su moneda a él.

Cerca de un 38% de la población de la zona euro no ha conocido otra divisa en su vida adulta. El proceso de conversión mental a una moneda que existía previamente en un país es cosa del pasado.

En todos los países de la eurozona, la mayoría está a favor del euro.

Una promisoria primera década

En línea con las expectativas, la creación del euro impulsó el flujo de capital dentro de la agrupación. Según el Banco de Pagos Internacionales, los reclamos transfronterizos de los bancos de la zona euro aumentaron de menos de 1 billón (millón de millones) de euros en 1998 a cerca de 10 billones de euros en 2008.

Datos detallados del Banco Central Europeo (BCE) muestran que los préstamos bancarios a otras entidades en la eurozona aumentaron a cerca de un 25% de todos los préstamos interbancarios en 2008. Los préstamos bancarios a empresas en otros países de la eurozona aumentaron a un máximo de 5,3% de todos los préstamos bancarios a empresas en marzo de 2009.

El comercio dentro de la eurozona más que se duplicó entre 1999 y 2008, pero se mantiene bastante estable como proporción del comercio global, en gran parte por el aumento de los flujos comerciales con Asia.

Crisis, un desafío a sobrevivir

Cuando la crisis de la zona euro golpeó, los flujos de capitales se invirtieron a medida en que en los mercados crecía la preocupación sobre si la eurozona comenzaría a quebrarse. "Muchos inversionistas llegaron a la conclusión de que la única salida para los países afectados por la crisis, era salir de la eurozona", dijo Mario Draghi, presidente del BCE, en mayo. "Por el miedo a una re-denominación en monedas de menor valor, los inversionistas vendieron sus activos domésticos".

Pero los estados miembros de la eurozona tomaron varias medidas para mantenerse unidos. En 2010, se creó El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera como una medida temporaria de crisis para proveer de asistencia financiera a Irlanda, Portugal y Grecia, otorgándoles compromisos de préstamo total por 175mil millones de euros. Más tarde, fue creado un fondo de rescate soberano permanente con una capacidad máxima de préstamo de 500 mil millones de euros: el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, su sigla en inglés).

Hoy: una larga brecha entre los pobres y ricos

La recuperación trajo convergencias en inflación y tasas de interés, pero esto fue mucho menor en términos económicos y sociales generales, particularmente entre los antiguos miembros del euro.

Daniel Gros, director de CEPS –un think-tank de política europea- mostró en un documento reciente que los miembros más nuevos de la eurozona, de la Europa central y del este, se han recuperado en términos de ingresos per cápita, pero "el norte se ha apartado del sur desde el inicio de la crisis financiera".

La misma divergencia puede observarse en los indicadores como salario real, inversión y productividad. Según la OCDE el año pasado, un trabajador en Alemania o Bélgica era capaz de generar cerca de US$ 70 de producción en una hora: cerca del doble del valor en Grecia y Portugal, después de correcciones por diferencia de precios.

"Los países con baja producción inicial han tenido consistentemente bajo crecimiento del factor de productividad y han experimentado una mayor desaceleración en los años recientes", dijo un reporte del FMI sobre la convergencia en la eurozona.

Negocios inconclusos

Desde su creación, los Estados miembro han tomado muchos pasos para mejorar la resiliencia de la eurozona a las crisis, incluyendo la creación de una unión bancaria y la unión del mercado de capitales. Sin embargo, ambas permanecen incompletas.

La falta de una mayor integración financiera deja a los bancos más pequeños altamente expuestos a su economía local, y propensos a recortar los préstamos, lo que dificulta cualquier recuperación durante una recesión económica. "Pero si hay bancos transfronterizos que operan en todas partes de la unión, pueden compensar cualquier pérdida que ocurra en la nación afectada con ganancias en otra, y puede continuar proporcionando crédito a prestatarios sanos", dijo Draghi en mayo.

Las propuestas de Bruselas de profundizar la unión monetaria de Europa van desde crear un fondo monetario europeo a tener un ministro europeo de finanzas y economía. Y en diciembre, la UE acordó fortalecer el ESM y crear un presupuesto para la eurozona, en principio si aún no se tiene en detalle. Es un presagio del cambio en que vendrá en las próximas dos décadas para el euro.

El plan presupuestario fue "minúsculo en tamaño y aún así completamente inadecuado", dijo Erik Nielsen, economista jefe de UniCredit, en una nota. "Pero Roma no se construyó en un día, y mientras demos (incluso los más pequeños) pasos en la dirección correcta, la esperanza permanece".

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