Economía

Arabia Saudita dibuja la ruta para abandonar dependencia petrolera con nuevo heredero

Designación de Mohammed bin Salman llega en momentos de fuertes tensiones en el Golfo y abre la puerta para luchas de poder en la familia real.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Jueves 22 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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El rey Salman de Arabia Saudita sorprendió ayer a su país y al mundo al designar como heredero al trono a su hijo Mohammed bin Salman, de 31 años, en una histórica movida que sacudió la orden establecida de sucesión y que despeja el camino del joven al palacio real.

El príncipe reemplaza a su primo mayor, Mohammed bin Nayef, quien además fue destituido como ministro del Interior, desde donde supervisaba la seguridad interna y la política antiterrorista del reino.

La promoción repentina de bin Salman coloca cerca del poder absoluto a un príncipe joven e inexperto que se apresta para tomar un control sin precedentes de la estrategia económica y petrolera, así como de los asuntos de defensa y de una política exterior cada vez más beligerante.

Como segundo en sucesión, y rostro visible del país dentro y fuera de sus fronteras desde hace apenas dos años, el príncipe ha sido la fuerza impulsora de los ambiciosos planes de reformar una economía dependiente del petróleo, incluyendo la prevista privatización de la joya de la corona: Saudi Aramco.

Su designación llega además en medio de las más tensas turbulencias de las últimas décadas en la región del Golfo, luego de que Riad y tres de sus aliados árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto) cortaran relaciones diplomáticas y comerciales con Qatar, alegando que éste financiaba el terrorismo.

Riesgo regional

Los cambios en la monarquía sugieren una política exterior más dura para el principal aliado de Estados Unidos en una región marcada por una gran inestabilidad.

Bin Salman ha liderado los esfuerzos bélicos en contra de los rebeldes en Yemen, es extremadamente hostil hacia Irán y ayudó a orquestar el aislamiento de Doha semanas después de la visita de Donald Trump a Riad en mayo.

Si Arabia Saudita continúa su política exterior de línea dura, podría aumentar el riesgo político en la región e influir en los alicaídos precios del petróleo.

De hecho, desde ayer mismo quedaron evidenciadas las tensas relaciones que se seguirán viviendo al menos con Teherán, luego de que la televisión estatal iraní calificara su designación como un “golpe de Estado suave”.

Adiós a la “adicción petrolera”

El heredero es considerado el arquitecto clave del programa Vision 2030 presentado el año pasado, que plantea la liberalización radical del reino de lo que él mismo denominó como una “adicción al petróleo”.

El texto determina la necesidad de reemplazar los ingresos derivados de los hidrocarburos con aquellos provenientes de la inversión privada y la creación de lo que él espera sea el mayor fondo soberano del mundo, construido con la privatización parcial de la estatal petrolera.

El objetivo es cuadruplicar los ingresos no petroleros para 2020, desde un poco más de US$ 40.000 millones de 2015, antes de duplicarlos nuevamente para 2030, una meta realmente ambiciosa.

Arabia tiene previsto vender 5% de Aramco a través de una Oferta Pública Inicial (OPI) en 2018 que podría valorar la firma en US$ 2 billones (millones de millones).

Bin Salman ha dejado claro que con sus medidas buscará encarnar las esperanzas de una población joven, cuya mitad tiene menos de 25 años y se enfrenta a un futuro incierto en la economía postpetrolera que están intentando crear.

Para lograrlo, bin Salman deberá unir no solo al reino, sino a las facciones de la familia real que hoy se debaten entre las delgadas líneas de las cuentas privadas de la monarquía y el presupuesto público.

Lucha de poder

Mohammed bin Nayef, considerado por EEUU como un aliado en operaciones contra el terrorismo, prometió lealtad al nuevo heredero. Sin embargo, la decisión de reemplazarlo y apartarlo por completo del Ejecutivo abre la puerta para posibles divisiones en las filas de la familia gobernante al-Saud.

Además, algunos ciudadanos han mostrado su desacuerdo sobre lo repentino de esta decisión y sobre la cantidad de cambios, asegurando que era excesivo remover a bin Nayef de su cartera. Muchos le dan crédito por haber devuelto la estabilidad al reino tras los ataques de Al Qaeda a principios de los 2000, y por mantenerlos a salvo de los militantes del Estado Islámico.

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