Economía

¿Bancos centrales en aprietos? La independencia está bajo ataque

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 5 de noviembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Por décadas, los gobernadores de los bancos centrales del mundo han luchado, y en muchos casos han ganado, más libertad para controlar las tasas de interés y tomar decisiones de política monetaria sin interferencia política. Sin embargo, en ocasiones, sus escudos se han visto amenazados, sobre todo tras la crisis financiera de 2008. La implementación de una acción coordinada sin precedentes, para estimular la economía, los mantuvo desde entonces autónomos, pero diez años más tarde, vuelven a estar bajo presión. Desde hace poco menos de dos años se han emprendido batallas emblemáticas en Estados Unidos y en Turquía, han surgido temores en Argentina y, más recientemente, en Brasil con un gobierno que aún ni siquiera comienza. 

La Fed bajo la mirada recelosa de Trump

El banco central de la primera economía del mundo, la Reserva Federal, ha sido ejemplo de independencia más allá de que, tras la crisis financiera global de 2008, fue criticada por no prever ni prevenir la debacle y por rescatar a algunas de las instituciones que contribuyeron al desastre. Aunque por años ha conservado su autonomía, desde 2016 está en la mira de Donald Trump. El candidato arremetió contra la entonces titular de la Fed, Janet Yellen, por considerar que mantenía las tasas cercanas a cero para favorecer a Barack Obama. Los roces continuaron y ya como presidente decidió no postularla para continuar en el cargo y la reemplazó con Jerome Powell. Hoy, él recibe los ataques. En julio, Trump criticó las alzas de tasas y en octubre dijo que "tal vez" se arrepiente de haberlo nombrado como presidente. Aunque el Ejecutivo asegura que se respeta la autonomía de la Fed, entre analistas queda el sabor de que se ha empezado a romper con la tradición.

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La incógnita del Brasil de Bolsonaro

"Debemos establecer metas para el dólar y la inflación. Luego, para las tasas de interés", dijo hace una semana el recién electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Sus palabras sembraron la duda de si el sucesor de Michel Temer tiene entre sus planes empezar a controlar, de a poco, las decisiones del banco central en medio de la crisis económica de la que Brasil está recién empezando a salir. Desde su campaña, Bolsonaro ha apostado por respetar y mantener la independencia del ente emisor; sin embargo, ese ha sido el mismo compromiso político que han asumido gobiernos anteriores y que no siempre fueron oficializados. De hecho, en Brasil la entidad está técnicamente bajo la autoridad del gobierno, pero actúa con relativa autonomía para manejar la inflación.

Entonces, surge el debate sobre la necesidad de tener una entidad totalmente autónoma. La clave podría estar en el nombramiento del próximo presidente del banco central y si permanece en su cargo Ilan Goldfajn, al menos por un tiempo más.

Esa decisión daría confianza a los inversionistas, pues el economista tiene buena reputación por la formulación de políticas ortodoxas, y además da la señal de que Bolsonaro quiere despolitizar a la entidad.

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El banco argentino que desata la crisis

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) ha sido uno de los más golpeados en la historia reciente por las dudas que pesan sobre su independencia y autonomía. En enero de este año, la entidad redujo las tasas de interés de 30% a 27,25%, a pesar del alto índice de inflación de diciembre de 2017 y a la proyección del alza de los precios para el primer trimestre de 2018. Según expertos, las condiciones no estaban dadas para una medida similar, por lo que muchos consideraron que se trató de una orden impartida desde la Casa Rosada.

La decisión desató una corrida cambiaria que llevó al peso argentino a perder hasta un 50% de su valor frente al dólar hasta agosto, a volver a subir las tasas a 40% y a recurrir ante el Fondo Monetario Internacional por ayuda. Esa crisis llevó además al BCRA a perder, entre junio y septiembre, a dos de sus titulares. Hoy es liderado por Guido Sandleris, mano derecha del actual ministro de Hacienda.

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El desafío turco a Erdogan

En Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan -quien cree que las altas tasas de interés causan inflación en vez de frenarla-, ha presionado reiteradamente al banco central para restringir los costos de los préstamos. Y, después de ganar la reelección en junio envió una clara señal de que pretendía reforzar el control sobre lo que alguna vez fue una de las instituciones más respetadas del mundo en vías de desarrollo. No sólo concentró el poder político, sino que designó a su yerno -Berat Albayrak- a cargo de la política fiscal. La decisión hizo que la lira se desplomara y acumulara, en el primer semestre del año, un descenso de 40% de su valor frente al dólar. Pero los temores no se cumplieron. En septiembre, la entidad sorprendió al mundo al elevar los tasas en 625 puntos, mucho más de lo esperado por analistas, con el objetivo de frenar el alza de los precios ante la galopante depreciación. "El banco central continuará usando todos los instrumentos disponibles en pro del objetivo de estabilidad", dijo el ente emisor. La postura sobre política monetaria se va a mantener "hasta que las perspectivas de inflación muestren una mejora significativa", añadió.

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