Economía

Carrera por el poder en Brasil: el candidato que quiere el mercado no convence a los votantes

El exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, recibió el apoyo de los mayores partidos del centro político, pero no logra alcanzar el 10% en las encuestas.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Lunes 6 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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En apenas nueve semanas, Brasil comenzará a cerrar el año electoral de América Latina con una primera vuelta presidencial cuyo resultado, hasta ahora, se mantiene en la incertidumbre. El favorito en las encuestas es el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción y lavado de dinero y quien está a la espera de que la Corte Suprema concluya su proceso judicial. Si él no corre, la elección se mantiene abierta.

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El mercado mira con nerviosismo la carrera por el poder en la mayor economía de la región y tiene sus fichas puestas en Geraldo Alckmin, exgobernador de Sao Paulo, quien la semana pasada obtuvo un 9% de intención de voto en una encuesta de DataPoder360. Se trata de un avance de un punto porcentual (dentro del margen de error, de 2,2 puntos) en comparación con junio. El sondeo no incorpora una eventual candidatura de Lula.

Pero el candidato de centro apunta a crecer de aquí a octubre, impulsado por el apoyo que le entregaron la semana pasada los mayores partidos brasileños, que suman más de la mitad de los alcaldes y concejales del país. La noticia impulsó al Bovespa, el principal índice bursátil.

“A nivel doméstico, el escenario electoral es el mayor impulsor de la confianza”, dijo a Bloomberg el analista político de Tendencias Consultoria, Rafael Cortez.

Sin el expresidente, la carrera sigue liderada por el diputado y excapitán de Ejército Jair Bolsonaro, quien representa la derecha más extrema. En el segundo lugar está el economista y exgobernador de Ceara, Ciro Gomes, candidato de la centroizquierda y que ha evitado criticar a Lula, en busca de los votos de su Partido de los Trabajadores (PT). La colectividad podría también promover a su propio candidato, el exministro de Lula, Fernando Haddad.

La batalla entrará en tierra derecha la próxima semana. El 15 de agosto vence el plazo para inscribir las candidaturas. Las expectativas son que, de no haber un pronunciamiento judicial, el PT insista con su apuesta por el retorno de Lula.

El rostro del centro

Si Alckmin logra dar la sorpresa y gana la presidencia, llegará al poder con 66 años y una larga carrera ligada al centro político. Por años militó en el Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) del presidente Michel Temer, antes de sumarse al socialdemócrata PSDB, que impulsó su candidatura en marzo.

No será su primera carrera presidencial. En 2006 perdió contra el propio Lula da Silva en la segunda vuelta por el Palacio de Planalto, cuando logró 39,2% de los votos. Hasta ese año, había ejercido la máxima autoridad ejecutiva en Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil. Ocupó ese mismo cargo desde 2011 y hasta que lanzó su nueva carrera por el Poder Ejecutivo.

Su candidatura entusiasma al mercado por su agenda reformista. Ha asegurado que tomará medidas para reducir el fuerte déficit fiscal, además de revisar el costoso sistema de pensiones. También apoyará la privatización de la petrolera estatal Petrobras y reducirá “el tamaño del Estado”. Sus propuestas seguirían la línea de reformas que Temer no logró sacar adelante, golpeado por los escándalos de corrupción que rodean a su círculo más cercano y su paupérrima popularidad.

El desempeño de Alckmin en octubre dependerá de si logra que el respaldo que le entregaron los partidos se traduzca en votos.

“La persona que siempre está con el votante, que tiende un puente entre el electorado y los políticos es el concejal y el alcalde que los votantes conocen”, dijo a Bloomberg el analista político André Pereira César.

Pero la consultora de riesgo Eurasia es menos optimista. Analistas escribieron en un informe que “aunque es posible que Alckmin convenza a indecisos durante las campañas televisivas, no esperamos que esto impulse sus opciones en la eventual segunda vuelta”.

Carrera abierta

El apoyo de las autoridades municipales a Alckmin quitó respaldos políticos a las candidaturas de Bolsonaro, Gomes o la de la ecologista Marina Silva, quien en 2010 logró un inesperado 19,3% de los votos y luego, en 2014, subió a 21,32%. En ninguna de esas oportunidades llegó al balotaje.

Pero la gran incógnita siguen siendo los indecisos. Con la apuesta de Lula lanzada en medio de la incertidumbre sobre su futuro legal, los datos de DataPoder360 muestran que más de 43% de los brasileños no han decidido a quién apoyarán en octubre. Ese dato podría cambiar a lo largo de la campaña, o bien podría ser un presagio de una baja participación, en medio de los escándalos de corrupción que han golpeado la confianza de los votantes.

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