Economía

China endurece su política de protección ambiental y causa disrupciones en la producción minera

El gobierno ha frenado a las dos principales productoras de cobre este mes, buscando disminuir la polución.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Jueves 28 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Cuando en octubre el presidente de China, Xi Jinping, definió la lucha contra la polución como “la batalla clave” de su país a 2020, pocos preveían lo que eso significaría para el comercio mundial de metales. En ese momento, sus palabras ponían nerviosas a autoridades locales de diferentes provincias, quienes temían sufrir consecuencias si no cumplían con las exigencias de Beijing sobre reducción de emisiones contaminantes.

Pero este mes quedó claro que el impulso de protección medioambiental será determinante para minerales como el cobre o el hierro. Ayer, el anuncio de que Jiangxi Copper, la mayor productora del metal rojo en China, detendrá sus operaciones por al menos una semana remeció el precio del mineral. Se sumó a la suspensión de faenas de Tongling, la segunda mayor productora de cobre en el gigante asiático, que a inicios de mes anunció que ralentizaría sus faenas de fundición.

Ambas medidas son temporales y se relacionan con los niveles de polución en las provincias en que se ubican. Su reactivación, que no tiene fecha aún, dependerá de la evolución de las mediciones de contaminación. Los cortes ponen en evidencia el endurecimiento de la agenda ambiental del gobierno chino, que incluye restricciones a las grandes productoras de acero y plantas industriales.

Presión creciente

El mismo día que el anuncio de Jiangxi remecía al cobre, el Ministerio de Protección Medioambiental de China emitió un comunicado con duras críticas contra los gobiernos de Binzhou y Liaocheng en Shandong, una de las provincias más industrializadas del país, por desarrollar proyectos de aluminio electrolítico altamente contaminantes.

La autoridad acusó que la instalación de 45 unidades de construcción impulsadas por energía a base de carbón desde 2013 violaba las regulaciones de protección ambiental. También denunció un “engaño” por parte de las autoridades de ambas localidades, que habrían entregado información falsa durante las inspecciones realizadas a esos proyectos.

En otra provincia, la de Jilin, las autoridades acusaron la apertura de canchas ilegales de golf que consumen recursos acuíferos y podrían generar daños en tierras cultivables cercanas.

Ambas situaciones fueron descubiertas luego de que el ministerio enviara a inspectores a ocho provincias del país, en los que se revelaron más de 40 mil incidentes de daño medioambiental, según reportó el gobierno.

Entre enero y noviembre, el número de violaciones investigadas por el ministerio subió 102% en comparación con el mismo período de 2016, según reportó la agencia oficial Xinhua. Las multas totales alcanzan los 1.000 millones de yuanes (US$ 153 millones).

Pero las medidas tomadas hasta ahora podrían ser una mera maniobra de advertencia. En 2020, el gobierno de Xi apunta a implementar un sistema que obligue a las empresas contaminantes a reparar los daños ambientales o pagar una compensación.

Un hierro más limpio

La campaña sin precedentes de Beijing no sólo ha movido al cobre: también ha tenido influencia sobre el hierro y, a lo largo del año, ha remecido las acciones de empresas mineras como BHP Billiton, Rio Tinto y Vale. También ha hecho que se dispare el diferencial entre el mineral de alta y baja calidad.

China, que compra más de 1.000 millones de toneladas de hierro al año para alimentar su industria de acero, está reduciendo su producción nacional, al tiempo que impulsa el uso de hierro más limpio y de más calidad, que es más eficiente.

En entrevista con Bloomberg, el analista Zhao Chaouye de China Merchants Futures manifestó que “reducir el suministro de acero para limpiar el medioambiente se convertirá en una práctica estándar. Las autoridades podrían ordenar la suspensión de actividades relacionadas con la producción de acero durante eventos importantes, o en el invierno, para reducir la contaminación. Esa será la nueva normalidad”.

Con la reducción de los inventarios, los precios del acero se han disparado, lo que ha mejorado la rentabilidad de los fabricantes de acero y aumentado su capacidad para pagar por materiales, entre ellos el hierro. Al mismo tiempo, la producción minera doméstica ha caído, alimentando la demanda por envíos extranjeros.

Todo ello remece las expectativas de analistas. Citigroup estima que el mercado de hierro de alta calidad podía pasar a un déficit, mientras que Goldman Sachs prevé que la preferencia por mineral más limpio se convertirá en un factor “estructural”.

“Los cambios de política en China tendrán un impacto profundo en los mercados de hierro y acero”, dijo Erik Hedborg, consultor de CRU Group en Londres a Bloomberg. “Es posible que recortes similares vuelvan en el futuro si la medida tiene un impacto positivo en el medioambiente sin dañar demasiado a la industria”.

Impulso verde

Las acciones hacia la minería se suman a una serie de otras medidas que China ha tomado para reducir sus emisiones contaminantes. Ayer, el gobierno anunció que extenderá por otros tres años la exención tributaria para la compra de vehículos con las llamadas “nuevas energías”, que incluye a los eléctricos, híbridos y de celda de combustible.

Asimismo, en los últimos doce meses el gobierno ha aprobado más de 200 proyectos de energía “inteligente” o pilotos de micro-grillas de energías renovables, que integran suministro, distribución y venta del servicio. Todas las mayores empresas energéticas del país han comenzado a participar en este tipo de iniciativas.

Según fuentes de Bloomberg, las autoridades también evalúan reactivar la emisión de nuevos permisos para fabricar autos eléctricos, lo que podría ocurrir en la primera mitad de 2018. Esa posibilidad es seguida de cerca por multinacionales como Ford o Tesla, quienes se preparan para cumplir con las estrictas exigencias de Beijing.


Cobre toca máximos desde 2014 y podría cerrar su mejor año desde 2010

Las noticias de una disrupción en la producción de cobre en las mayores productoras de China hicieron que el metal rojo avanzara con fuerza ayer en la Bolsa de Metales de Londres.

La libra de cobre cerró la jornada en US$ 3,23865, lo que representa un aumento de 1,72% en relación al precio del viernes y su nivel más alto desde el 25 de julio de 2014. Con esto, suma doce jornadas consecutivas de alzas y se prepara para concluir 2017 con un salto cercano a 30%, lo que le daría su mejor desempeño desde 2010. Pero además, el precio promedio del metal rojo escaló a US$ 2,79, muy por encima de los US$ 2,20 que promediaba a esta fecha en 2016.

Detrás del buen desempeño está el optimismo de la demanda desde China, el mayor consumidor del mundo; la expectativa ante la necesidad de infraestructura para sostener la masificación de los autos eléctricos; y la integración de fuentes de energía renovable como la solar y eólica. Todo en momentos en que la economía global se acelera y amplía su recuperación.

El director de comercio de metales de High Ridge Futures en Chicago, David Meger, dijo a Bloomberg que "esta tendencia de optimismo en el crecimiento de EEUU y el mundo" impulsa el precio, pero "las noticias de freno de producción en China están ciertamente llevando al cobre más allá de lo que subiría sin ello".

A las noticias de las suspensiones mineras se sumaron las cifras de importaciones. La compra de cobre refinado desde China creció 19% en noviembre, a 329.168 toneladas. Los analistas esperan que esa demanda siga al alza, en momentos en que las autoridades chinas buscan controlar la emisión de gases contaminantes y la importación de chatarra.

El Grupo Internacional de Estudio del Cobre (ICSG, su sigla en inglés) prevé un crecimiento de 3% en la demanda del cobre por parte de China. Con esto, el déficit de producción se reduciría de unas 150 mil toneladas este año a 105 mil el próximo.

Los analistas también apuntan a que el precio en 2018 estará determinado por las negociaciones laborales en grandes faenas en todo el mundo. Según Citigroup, cerca de 30 procesos de este tipo ocurrirán en países productores de cobre el próximo año, lo que tiene el potencial de afectar al 25% del suministro mundial.

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