Economía

Creciente falta de apoyo político amenaza reformas de Temer y recuperación de Brasil

El gobierno ha debido poner en pausa los proyectos esenciales para devolver la confianza de los inversionistas en el país.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Lunes 4 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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“Brasil está mejorando”, aseguró el mandatario Michel Temer en un video publicado en Twitter el viernes. Sin embargo, a poco más de un año de asumir el poder, su gobierno está encontrando cada vez más difícil avanzar con reformas que buscan devolver al país a las vías de una recuperación económica estable.

El país creció sólo 0,2% en el segundo trimestre, frente a los tres meses previos, tras expandirse 1% entre enero y marzo, mostraron cifras difundidas el viernes.

Para las autoridades, tener cifras azules es una buena noticia. Las medidas del gobierno “comienzan a mostrar sus efectos”, afirmó el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

Sin embargo, el crecimiento se explica principalmente por el gasto del consumidor, ya que la inversión, que hasta ahora se mantenía estable, empieza a mostrar señales de desaceleración. Un informe separado mostró que la inversión bajó a 15,5% en el segundo trimestre, respecto del mismo período del año anterior, su menor nivel desde al menos el año 2000.

Y es que el gobierno, sumergido en los escándalos de corrupción, ha debido poner en pausa las reformas esenciales para devolver la confianza de los inversionistas en el país.

La semana pasada, la oposición logró inhabilitar una votación en el Congreso para aprobar el aumento de la meta de déficit fiscal, de 159 mil millones de reales (US$ 50.480 millones) para este y el próximo año. El gobierno se vio obligado a enviar un presupuesto con la meta anterior y mañana intentará ratificar la nueva cifra ante el Legislativo.

Pensiones y corrupción

En tanto, las esperanzas de una pronta aprobación de la reforma de pensiones –una medida clave para cerrar la brecha fiscal- se desvanecen día a día. Según una encuesta de Arko Advice entre parlamentarios publicada a mediados de agosto, un 83% no cree que la reforma sea aprobada por el Congreso hasta fines de año.

“No la hemos perdido de vista, pero no está en la agenda inmediata” por falta de apoyo necesario, afirmó a Reuters el líder del gobierno en la cámara baja, André Moura, señalando que los diputados podrán enfocarse en el proyecto en la segunda mitad del mes.

Sin embargo, hasta esa fecha, todo puede cambiar: la fiscalía informó la semana pasada que podría presentar nuevas acusaciones contra el presidente Michel Temer relacionadas con el caso de corrupción en el gigante cárnico JBS la próxima semana. Los dos cargos, por asociación ilícita y obstrucción a la justicia, serán presentados juntos.

La acusación anterior –por corrupción pasiva- fue rechazada por la cámara baja a principios de agosto. “Está en un territorio muy delicado. Él gastó mucho capital político para deshacerse del primer cargo. Gastará lo que le quedó para deshacerse de la segunda acusación, que es más complicada. Hay rumores de que no lo logrará”, afirmó a DF Monica DeBolle, miembro senior del Peterson Institute for International Economics (PIIE).

La semana pasada, citando fuentes gubernamentales, el diario Valor Económico informó que el gobierno comenzó a despedir de sus cargos regionales a los diputados aliados que votaron a favor de la investigación.

Ingresos inmediatos

A medida que las reformas estructurales quedan estancadas, el gobierno está buscando medidas inmediatas para cerrar el déficit fiscal. El mes pasado anunció un paquete de 57 privatizaciones, incluyendo a Eletrobras, la mayor empresa eléctrica de Latinoamérica, y la Casa de Moneda.

Según estimaciones del presupuesto de 2018, la administración busca recaudar 20 mil millones de reales a través de ventas y concesiones el próximo año.

Sin embargo, parece haber elegido el peor momento. El paquete inicial de 34 proyectos –que incluía la lista aprobada por la destituida mandataria Dilma Rousseff- fue presentado en septiembre del año pasado, cuando “el gobierno de Temer contaba con mucho apoyo político, los temas de corrupción no habían salido a la luz y los mercados en general estaban muy expectantes”, explica DeBolle.

Pero Temer “básicamente no ha hecho nada” y ahora –a casi un año de las elecciones presidenciales- “seguramente que no va a pasar nada”.

En otro golpe para el gobierno, la semana pasada un tribunal bloqueó otra medida que buscaba recaudar ingresos rápidos: la apertura para la explotación minera de la Reserva Nacional de Cobre y Asociados (Renca), un área silvestre con reservas de oro, hierro y otros minerales.

La única buena noticia para el Palacio de Planalto fue la aprobación por parte de la cámara baja de una reforma del Banco de Desarrollo (Bndes), que busca subir las tasas de interés –de un 7%, frente al 9,25% de la tasa de referencia Selic- que aprovechan las empresas para obtener créditos baratos subsidiados por el Estado.

Mañana se votará la reforma en el Senado, y expertos de Eurasia prevén una fácil aprobación. La medida permitiría ahorrar 100 mil millones de reales en los próximos 40 años.

Desafío electoral

Con altos y bajos, la coalición de gobierno tiene pocas posibilidades de mantenerse en el poder tras las elecciones presidenciales del próximo año.

Sin embargo, según una encuesta de Ipsos publicada a fines del mes pasado, el nivel de desconfianza en los políticos de todas bancadas es extremadamente alto.

Hasta el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, el favorito en los sondeos presidenciales, tiene un 66% de rechazo, mientras que un 46% encuestados por Datafolha no votarían por él bajo ninguna circunstancia.

“El nivel de incertidumbre en Brasil ahora es absolutamente masivo”, afirmó la experta de Peterson.

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