Economía

Donald Trump en la tormenta: investigan si trató de obstruir a la justicia y acusa “caza de brujas”

El fiscal que indaga la influencia rusa en las elecciones entrevistará a oficiales de inteligencia que no fueron parte de la campaña presidencial republicana.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Viernes 16 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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“Ustedes están siendo testigos de la mayor cacería de brujas en la historia política de Estados Unidos”, escribió ayer el presidente Donald Trump en Twitter, nuevamente recurriendo a las redes sociales para defenderse de los escándalos que remecen su administración.

Horas antes, el diario Washington Post publicó que el jefe de Estado está oficialmente bajo investigación por obstrucción a la justicia, citando a cinco fuentes anónimas. Se trata de un giro radical del tablero político: hasta el miércoles, las investigaciones sobre posibles intervenciones de Rusia en la campaña presidencial de 2016 apuntaban al equipo de Trump, pero nunca a él.

Según el periódico, el fiscal especial Robert Mueller –designado por el Departamento de Justicia (DoJ) para indagar la influencia rusa en las elecciones de manera independiente– expandió el foco de su investigación hacia la Casa Blanca e interrogará a autoridades de inteligencia sobre sus comunicaciones con el jefe de Estado. La agencia de noticias Bloomberg confirmó ayer ese giro, en base a reportes de tres fuentes anónimas.

Las acusaciones de una posible colusión de la campaña republicana con el Kremlin han marcado la presidencia de Trump, que aún no cumple cinco meses en el cargo. En mayo, el jefe de Estado despidió al director del FBI, James Comey, quien investigaba los vínculos de su equipo con Moscú.

“Inventaron una historia falsa de colusión con los rusos, encontraron cero pruebas, así que ahora apuntan a obstrucción a la justicia por la historia falsa. Genial”, escribió el mandatario ayer en Twitter.

Los entrevistados

El equipo de Mueller ya ha logrado que al menos tres autoridades de inteligencia accedan a ser entrevistados: el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia, Dan Coats; el líder de la Agencia Nacional de Seguridad, Michael Rogers; y su exjefe adjunto, Richard Ledgett.

Ninguno de ellos colaboró en la campaña republicana, por lo que se estima que Mueller se enfocará en su relación con Trump. La arista indagatoria se abrió días después de que el presidente despidiera a Comey, quien reportó que el mandatario le pidió “lealtad” y “dejar pasar” las investigaciones contra su asesor de seguridad, Michael Flynn. Trump y sus asesores han negado ambas acusaciones.

En audiencia pública ante el senado, Coats y Rogers ya habían declinado responder si Trump buscó frenar las indagatorias. En un comunicado, la NSA aseguró ayer que “cooperará completamente” con la investigación.

Defensa de Trump

La Casa Blanca cambió esta semana de estrategia y dejó de responder preguntas sobre la investigación de los vínculos con Rusia. Todas las dudas sobre el tema han sido derivadas al abogado personal del presidente, Marc Kasowitz.

Tanto Trump como sus defensores han buscado enfocar la atención en la filtración de información, luego de que el propio Comey asumiera que entregó documentos a medios de comunicación tras su salida.

El vocero de Kasowitz, Mark Corallo, señaló ayer que “la filtración de información sobre el presidente en el FBI es indignante, inexcusable e ilegal”. El Comité Nacional Republicano adhirió a esa declaración.

Mientras una investigación criminal contra un presidente es compleja, dado que el DoJ no procesa a presidentes en ejercicio. Sin embargo, los hallazgos podrían impulsar las mociones de impeachment en el Congreso, para lo cual sería necesario que los propios republicanos se vuelvan contra el jefe de Estado.

Mueller: el investigador que el presidente no puede despedir

El nombre de Robert Mueller volvió a los titulares en EEUU el 17 de mayo, apenas una semana después de que Donald Trump despidiera al director del FBI, James Comey. El Departamento de Justicia (DoJ) había designado a Mueller como fiscal especial para investigar la intervención de Rusia durante la carrera presidencial de 2016 y los vínculos de la campaña de Trump con el Kremlin. Neoyorquino de nacimiento, Mueller estudió en Princeton y sirvió al Ejército en la guerra de Vietnam. En 2001, tras una carrera en el Departamento de Justicia, George W. Bush le pidió dirigir el FBI. Fue aprobado por el Senado unánimemente. Una semana después, tuvo que enfrentar el peor episodio terrorista en la historia de EEUU: la caída de las Torres Gemelas. Se le reconoce por admitir que el buró investigativo podría haber evitado el ataque y, en respuesta, modernizar la institución, instalando una operación global de alta tecnología. Desde que comenzó a investigar la influencia rusa en las elecciones, cercanos a Trump han cuestionado las decisiones de Mueller y, de hecho, han dicho que el presidente estudia despedirlo. Pero en el parlamento hay una valoración transversal a su figura y expertos han asegurado que sólo el DoJ podría poner fin a su labor.

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