Economía

El adiós de Mariano Rajoy

¿Cómo será recordado? Como el que sacó a España de la crisis, pero también como el primer desalojado de La Moncloa por la corrupción de su partido, según el analista César Calderón Avellaneda.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Viernes 8 de junio de 2018 a las 04:00 hrs.
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El exjefe de gobierno español, Mariano Rajoy, recibió en 2011 a un país sumido en una profunda crisis económica, con las peores cifras tras la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero, y aún así logró devolverle la estabilidad. Sin embargo, su pasividad política lo llevó a hundirse en un espiral marcado por medidas de austeridad con gran impacto social, por las intenciones independendistas de Cataluña y por los vínculos de su partido con hechos de corrupción. “Esa forma de afrontar las crisis, de esperar a que el tiempo hiciese su trabajo, terminó con él”, aseguró a DF el analista español y CEO de Redlines, César Calderón Avellaneda.

- Luego de siete años en el poder, ¿cuál es el legado de Rajoy?

- Si estuviéramos hablando solamente en términos económicos, Rajoy sería el presidente de la estabilidad y la vuelta al crecimiento económico tras la crisis financiera de comienzos de siglo. En ese aspecto deja a España mejor de lo que la encontró, pero desafortunadamente para él no será recordado sólo por eso. Se le recordará también como el primer presidente desalojado del palacio de la Moncloa en moción de censura, tras haber sido su partido condenado por prácticas corruptas y en medio de una crisis territorial sin precedentes con Cataluña.

- ¿Cómo evalúa su rol como jefe de gobierno?

- Si somos capaces de observar su gestión con la suficiente distancia, no cabe duda de que sus principales esfuerzos fueron para la recuperación del empleo y la estabilización económica de un país en crisis. Pero a un político no sólo se le evalúa por la marcha económica de un país, y Rajoy deja el gobierno con una multitud de frentes que no supo atajar con eficacia. Me refiero tanto en los aspectos políticos relacionados con la crisis territorial, como en los simbólicos referidos a las condenas de corrupción a decenas de miembros de su partido. O incluso en los relativos al peso de España en el contexto europeo y latinoamericano.

- ¿Cómo considera que Rajoy enfrentó los problemas económicos y el tema de la austeridad?

- Sin duda este es el aspecto más destacable de su gestión. A Rajoy le tocó lidiar con las consecuencias más indeseables de la crisis y, a pesar de que para un partido de centroderecha la tentación más evidente es abrazar los presupuestos más radicales de las políticas de austeridad, Rajoy no desmembró el welfare español ni propuso políticas liberalizadoras de servicios públicos esenciales.

- ¿Y en lo político?

- Él siempre ha sido un político peculiar. Su forma de abordar los problemas ha tenido bastante que ver con su muy particular manejo de los tiempos. Las decisiones más críticas se posponían sine die, esperando que el tiempo hiciese su trabajo y las solucionase. Lamentablemente para él, esta forma de afrontar las crisis, que le funcionó excelentemente durante muchos años, ha terminado con él.

- ¿Y eso lo llevó a pagar la factura de una generación corrupta?

- En el terreno de la corrupción, entramos de lleno dentro del “pensamiento mágico”. A pesar de que era evidente que con todos los casos de corrupción abiertos contra su partido y contra sus dirigentes, la táctica de Rajoy de esconderse bajo el ala y esperar a que los problemas se arreglen por sí mismos, ha sido letal para él. Creo en su honradez y buenas intenciones, pero también creo que el presidente de un partido con decenas de condenados debería haber sido mucho más contundente en la resolución de las mismas.

Nueva era para el PP

- ¿Qué significa su salida, no sólo del gobierno, sino del PP?

- Estamos asistiendo al fin de una era en la centroderecha española y sobre todo al comienzo de otra. A pesar de sus diferencias, tanto (el expresidente José María) Aznar como Rajoy pertenecían a la misma generación y vivieron un momento político en el que el PP era hegemónico en su ámbito ideológico. Sus sucesores se van a encontrar con un ecosistema tremendamente diferente en el que tendrán que luchar de nuevo por esa hegemonía con un fenómeno emergente como es Albert Rivera y su Partido “Ciudadanos”.

- Precisamente Aznar habla de renovación del PP. Rajoy ha dicho que no es necesario. ¿Qué opina?

- En una ocasión el expresidente Felipe González dijo que los expresidentes son como jarrones chinos en apartamentos pequeños. Todos les suponen un gran valor, pero nadie sabe dónde ponerlos y, secretamente, se espera que un niño les dé un codazo y los rompa. Creo que eso puede aplicarse perfectamente al papel que van a jugar las ideas de Aznar en la renovación del PP.

- ¿Qué deja Mariano Rajoy para las futuras generaciones políticas?

- Al igual que les pasó a Adolfo Suárez o a Felipe González, pasará tiempo antes de poder apreciar los aspectos positivos de la personalidad política de Rajoy; un político que gobernó con mayor o menor acierto, pero que siempre lo hizo con templanza y sobriedad. Y me da la impresión de que pronto vamos a echar de menos estas dos virtudes.

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