Economía

Exdirector del FBI dirá que Trump le exigió “lealtad” y demócratas preparan petición de impeachment

El comité de Inteligencia del Senado publicó la declaración inicial que realizará el exfuncionario hoy.

Por: I. Ramos/I. Gallegos | Publicado: Jueves 8 de junio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Los problemas del presidente estadounidense Donald Trump parecen haber llegado a un nuevo clímax. El despedido director del FBI James Comey testificará hoy ante el Congreso que el mandatario le pidió en una reunión privada en la Casa Blanca que “desechara cualquier investigación” del exasesor de seguridad nacional Michael Flynn, quien mintió sobre sus conversaciones con el embajador de Rusia en Estados Unidos. Parlamentarios demócratas ya anunciaron que comenzarán a pedir un proceso de impeachment, mientras que un exfuncionario de inteligencia adivirtió que este escándalo es peor que Watergate.

En una cena el 27 de enero “el presidente dijo: ‘necesito lealtad, espero lealtad’”, testificará Comey, de acuerdo a la declaración inicial publicada ayer por el comité de Inteligencia del Senado, que investiga los vínculos de la campaña presidencial de Trump con el gobierno ruso.

“No me moví, hablé ni cambié mi expresión facial de ninguna firma durante el incómodo silencio que siguió. Simplemente nos miramos el uno al otro en silencio”, agregó.

El 14 de febrero, en tanto, Trump fue más específico y dijo: “Espero que puedas encontrar la forma de dejar atrás esto, de dejar libre a Flynn. Él es un buen tipo. Espero que puedas dejar esto”.

Según Comey, la petición de Trump le pareció “muy preocupante, dado el rol del FBI como una agencia de investigación independiente”. Comey no creyó que el presidente le estuviera pidiendo que suspendiera “la investigación más amplia a Rusia o a los posibles vínculos con su campaña”. “Podría estar equivocado, pero entendí que se estaba enfocando en lo que estaba pasando con la salida de Flynn”, agregó.

La reacción no se hizo esperar. Los legisladores demócratas Al Green y Brad Sherman, ambos de la cámara baja, anunciaron ayer que están elaborando mociones de impeachment contra Trump, a quien acusan de obustrucción a la jsuticia.

“El presidente no será procesado mientras esté en su cargo y aunque hay algo de mérito en discutir el prcoeso judicial, el proceso de impeachment lo enfrentará a la justicia”, señaló Green.

Peor que Watergate

Más temprano, el exdirector de la Oficina de Inteligencia Nacional (NSA, su sigla en inglés) James Clapper había afirmado que el escándalo que rodea a Trump es peor que el de Watergate. “Watergate realmente palidece, desde mi punto de vista, en comparación a lo que estamos afrontando actualmente”, dijo en referencia al caso de espionaje que forzó la dimisión de Richard Nixon como presidente de EEUU en 1974.

En un discurso en el Club Nacional de la Prensa de Australia en Camberra, Clapper dijo que está “muy preocupado” por las acciones de Trump, incluyendo compartir información de inteligencia con los rusos y el despido de Comey.

La forma “ofensiva e inexcusable” en la cual la administración removió a Comey de su puesto reflejó una desconsideración completa por la independencia y autonomía del FBI, aseguró. “Estoy muy preocupado por el asalto a nuestras instituciones proveniente tanto de una fuente externa, Rusia, y de una fuente interna, el propio presidente”, afirmó.

En una audiencia previa a la comparecencia de Comey hoy, los senadores del comité de Inteligencia del Senado confrontaron airadamente al director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, y al director de la Agencia Nacional de Seguridad, Mike Rogers, por no responder si recibieron presiones de la Casa Blanca en la investigación sobre la participación de Rusia en las elecciones.

Ambos expresaron que creían que sus conversaciones con el presidente eran confidenciales, por lo que no contestarían preguntas sobre el tema en una audiencia pública.

“De acuerdo a lo que puedo recordar, nunca he sido dirigido a hacer algo que crea que es ilegal, inmoral, poco ético o inapropiado”, afirmó Rogers, sin responder si se le pidió no actuar. Coats, haciendo eco del testimonio que entregó el mes pasado, aseguró que no sentía que fuera “apropiado” compartir detalles públicamente de sus conversaciones con el presidente.

Consultados sobre si serían más abiertos en una audiencia cerrada, Coats y Rogers dijeron que tendrían que consultar con el consejo de la Casa Blanca sobre si se les pediría invocar el privilegio ejecutivo. Eso los protegería de responder las preguntas directamente, pero podría provocar la ira de los congresistas por su negativa a responder.

Trump desvía la atención

El presidente, en tanto, se mantuvo activo en la jornada de ayer. A través de Twitter, como es su costumbre, anunció que nominaría a Christopher Wray, “un hombre de trayectoria impecable”, como nuevo director del FBI. Según sus críticos, esta fue una jugada para quitarle atención a la declaración de Comey hoy.

Wray lideró la división criminal del Departamento de Justicia durante el escándalo de Enron y ahora se desempeña como abogado en el bufete King & Spalding. “Sabía que Trump haría esto”, dijo James Gagliano, agente retirado del FBI, en declaraciones citadas por Financial Times. “Es brillante, miren, una ardilla”.

En una visita a Cincinatti, Ohio, Trump retomó sus ataques a la oposición demócrata y reafirmó su intención de “devolver millones de trabajos” a su país. ”Es hora de reconstruir nuestro país y traer de vuelta nuestros trabajos. Es hora de poner a EEUU primero, y eso es lo que he estado haciendo”, dijo en referencia a sus planes de infraestructura, que contemplan proyectos públicos y privados por US$ 1 billón (millón de millones).

Pero además de los problemas con las agencias de inteligencia, Trump suma un nuevo flanco abierto: el fiscal general, Jeff Sessions, sugirió recientemente que podría renunciar debido a su creciente disputa con el presidente, dijo una fuente cercana a él a Bloomberg.

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