Economía

Fondo de inversión de impacto social apadrinado por Bill Gates da primeros pasos en Chile

Capria fue fundada en 2012 por un ex vicepresidente de Microsoft. Las expectativas apuntan a que sus inversiones podrían llegar en cinco años a unos US$ 500 millones.

Por: Jimena Catrón S. | Publicado: Lunes 27 de febrero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Para tener un orden de magnitud de la fortuna que tiene Bill Gates, quien es considerado el hombre más rico del planeta, sólo basta decir que podría comprarse Bolivia, Honduras y El Salvador. Y le quedaría vuelto.

Pero con un patrimonio de poco menos de US$ 90 mil millones, el cofundador de Microsoft decidió donar incluso miles de millones a obras benéficas, enfocándose en aquellas relacionadas con erradicar enfermedades como el polio y la malaria, y también con acercar la tecnología a los segmentos más pobres, como una manera de facilitar emprendimientos que ayuden a desarrollar las comunidades.

Y fue ese interés común por marcar un cambio a través de lo que mejor saben hacer -negocios relacionados con la tecnología-, el que llevó a que Will Poole, quien fuera un estrecho colaborador del empresario como vicepresidente corporativo del Grupo de Potencial Ilimitado de Microsoft, fundara en 2012 la firma de inversión Capria, la cual funciona como una aceleradora de negocios en zonas donde se puede lograr un alto impacto social, y que tiene como centro de operaciones Seattle y Bangalore (India).

“Cuando trabajaba en Microsoft, una de las cosas que me preocupaba era cómo abrir nuevos mercados, cómo lograr que aquellos que no tenían acceso a tecnología pudieran tenerlo, y Bill siempre apoyó esa inquietud”, comenta el ejecutivo, recordando que luego de que Capria diera sus primeros pasos en India, decidió que era el momento de llamar al empresario.

“Le comenté lo que estábamos haciendo, que obviamente era algo muy distinto a lo que estábamos acostumbrados, como cambiar elementos de Windows y cosas así, y que estábamos buscando acercar la tecnología y servicios financieros, a los emprendedores. Bill accedió inmediatamente a invertir en esto y lo más importante, a poner su nombre de manera pública, lo que no es algo que haga siempre. Y la razón fue que él cree en la posibilidad de encontrar soluciones escalables, que permitan disminuir la inequidad en aspectos tan fundamentales como la salud, y la educación, además de en varios otros planos”, dijo tras su última visita a Chile, en la cual sostuvo reuniones principalmente con administradores de fondos y family offices, quedando “gratamente sorprendido” por el alto interés que generó la propuesta.

Sin querer revelar los nombres, Poole estima que en el corto plazo podrían tener los primeros frutos de esta visita.

Por qué Chile

A pesar del reducido tamaño del mercado local, en comparación a economías como la de Brasil o México, Poole estima que hay una gran oportunidad para que emprendimientos de alta calidad -tanto chilenos como extranjeros-, puedan obtener fondos e invertirlos en las empresas.

“Esta visita es un primer paso que estamos dando en Chile, pero lo vamos a dar. Hay un factor que hace muy interesante a este país, que son los acuerdos comerciales que mantiene con más de 60 países, pudiendo extender su alcance a más de la mitad de los consumidores del mundo”, destacó.

Los planes de Capria apuntan a que en un plazo de cinco años, estén realizando inversiones que superen los US$ 500 millones a nivel global, de los cuales unos US$ 100 millones corresponden a capital de la firma y el resto será de otros inversionistas.

Marcar la diferencia

Una de las empresas donde ha invertido el fondo, y de la cual Poole habla con especial orgullo, es Wakami. La iniciativa, ubicada en Guatemala, emplea a mujeres de localidades rurales, quienes diseñan y hacen joyas artesanales, que se venden actualmente en 24 países. “A diferencia de otras organizaciones que no tienen fines de lucro, ésta sí lo tiene, porque la idea también es empoderar a esas mujeres, que en su mayoría son quienes sostienen su hogar. Cuando empezaron a trabajar, lo hicieron con 50 personas. Hoy, emplean a cientos, venden sus joyas en Amazon y varios otros canales, y la vida de esas mujeres cambió. Ésa es una muestra de la diferencia que se puede hacer”, dijo.

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