Economía

Fuerza Espacial: Trump quiere agregar una nueva rama a las Fuerzas Armadas de EEUU

El presidente de EEUU pidió agregar una nueva división al Ejército, separada de las cinco ramas uniformadas tradicionales del Pentágono.

Por: Bloomberg | Publicado: Lunes 18 de junio de 2018 a las 16:43 hrs.
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El presidente Donald Trump pidió agregar una nueva "Fuerza Espacial" al Ejército de Estados Unidos como servicio armado separado de las cinco ramas uniformadas tradicionales del Pentágono.

"Cuando se trata de defender a Estados Unidos, no es suficiente simplemente tener una presencia estadounidense en el espacio", dijo Trump este lunes en un evento en la Casa Blanca sobre política espacial. "Debemos tener dominio estadounidense en el espacio".

Trump ha estado considerando durante meses la creación de una Fuerza Espacial pese a la resistencia de la Fuerza Aérea, que actualmente supervisa los programas espaciales militares. Anunció su apoyo a la idea en una reunión en la Casa Blanca del Consejo Nacional del Espacio luego de que la administración presentara una directriz para establecer un objetivo de un nuevo alunizaje dentro de diez años.

El Congreso debería aprobar una nueva división del Ejército, y los legisladores han estado divididos sobre la idea.

Rusia y China en carrera

Gran parte del impulso para formalizar una rama espacial de las fuerzas armadas de EEUU está motivado por la inversión espacial de Rusia y China, la última de las cuales está ansiosa por consolidarse como superpotencia con planes de poner una estación espacial en órbita e instalar una estación permanente en la Luna.

Rusia, bajo el presidente Vladimir Putin, se ha vuelto cada vez más agresiva, anexionando Crimea, desplegando armas nucleares más sofisticadas y librando una guerra convencional en el este de Ucrania y Siria. También tiene aspiraciones de que el Ejército desempeñe un papel en el espacio.

Exploradores robóticos

En el área de la exploración espacial pacífica, la administración anunció un objetivo para enviar exploradores robóticos a la Luna el próximo año y realizar otro aterrizaje lunar humano dentro de diez años.

La iniciativa podría traducirse en los primeros estadounidenses que se paran sobre la superficie lunar 55 años después de hacerlo por primera vez.

La directriz también contempla un mejor seguimiento y monitoreo de los desechos espaciales a medida que aumenta el tráfico espacial comercial y civil.

El programa Apolo de la década de 1960 para llevar astronautas estadounidenses a la Luna fue impulsado por el famoso desafío del presidente John F. Kennedy y celosamente financiado por un Congreso motivado por la amenaza existencial percibida de la Unión Soviética. Ese objetivo fue logrado por la tripulación del Apollo 11 en 1969.

La planificación actual de la NASA para llegar a Marte no está impulsada por una urgencia de esa naturaleza. Las prioridades de la agencia tienden a cambiar dependiendo de la administración: bajo el presidente George W. Bush, se instruyó a la NASA a regresar a la Luna, mientras que el presidente Barack Obama estableció Marte como la prioridad a más largo plazo. Los objetivos de la administración Trump es hacer ambas cosas, con planes de un "portal espacial" y aterrizar en la superficie de la Luna -con una gran asistencia financiera de empresas comerciales- y luego usar esas estaciones como un punto de partida para llegar a Marte.

Bush propuso en 2004 enviar sondas robóticas a la superficie de la Luna para el año 2008, con una misión humana en 2015, "con el objetivo de vivir y trabajar allí por períodos cada vez más extendidos".

La NASA estimó en 2005 que el programa de Bush para volver a la Luna, cancelado por Obama, costaría US$ 104.000 millones. La administración Trump no proporcionó una estimación de costos de inmediato.

La primera misión tripulada para el portal lunar de la administración Trump está prevista para 2023 bajo los planes actuales de la NASA, mientras que en la década de 2030 se harían viajes con humanos a Marte.

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