Economía

Graham Scott: "Para países como Chile y Nueva Zelanda no es bueno sentarse a esperar qué decide EEUU en comercio"

El economista llama a “mirar las ruinas del TPP para ver qué se puede rescatar” y alerta sobre buscar acuerdos bilaterales con China.

Por: Ignacio Gallegos F. | Publicado: Lunes 24 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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Graham Scott sabe de reformas. Durante su período como secretario del Tesoro en Nueva Zelanda –uno de los países que, junto a Chile, suscribió el Acuerdo Transpacífico (TPP) que el presidente estadounidense, Donald Trump, desechó– fue uno de los impulsores de la modernización del Estado; luego estuvo a cargo del organismo que administra los recursos de salud pública y hoy lidera la Comisión de Productividad de esa nación. La semana pasada, se reunió con la Comisión de Modernización del Estado del CEP en nuestro país.

Las reformas estructurales son, según instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, una respuesta a la ola de movimientos políticos proteccionistas que han ganado impulso en Occidente.

“En todo el mundo desarrollado, los beneficios del crecimiento no han sido bien distribuidos en la clase media”, señala Scott, y agrega que “eso está produciendo reacciones políticas en diferentes países”.

- ¿Qué respuesta ve usted desde las políticas públicas?

- No se trata sólo de impuestos, sino también acceso a trabajos decentes, salud y educación. Hay cosas que se pueden hacer en el desarrollo industrial, para que la economía entregue una escalera de trabajos de entrada hacia otros de mayor habilidad, con mejores salarios. No tiene sentido intentar resolver estos problemas únicamente con los impuestos a las empresas. Lo que sí se puede hacer es eliminar las grandes exenciones que tienen algunas industrias. Probablemente se puede recolectar más teniendo una base amplia y una tasa baja que con una base estrecha y una tasa alta.

- ¿Impuestos bajos para distribuir mejor la riqueza?

- Hay que tener en mente que existe mucha competencia entre países por los impuestos corporativos: Irlanda tiene impuestos muy bajos y muchas empresas se van para allá. Esa competencia es inevitable, pero hay cosas que se pueden hacer con el sistema de impuestos al ingreso, sobre todo entregar exenciones grandes a personas que genuinamente tienen ingresos bajos. La creación de un ingreso familiar mínimo también se está volviendo más popular en el debate global.

- Hoy Chile debate cambios al sistema de pensiones. ¿Cuál es su opinión?

- Hay muchos países que tienen esquemas de ahorro obligatorio. El análisis económico muestra que estos esquemas no tienen mucho impacto sobre el nivel de ahorro total: la gente ahorra menos en otros canales porque está el obligatorio. Yo trabajé con José Piñera en Moscú y él defendía un sistema en que el dinero era del individuo. Eso probablemente era lo correcto para Chile en el momento, porque había poco ahorro y se buscaba generar una piscina de dinero que respaldara el desarrollo. La economía había estado en mala forma y tenía sentido. Si todavía lo tiene, no lo sé.

- ¿Qué cree usted?

- No conozco lo suficiente de Chile para darle consejos, pero desde una perspectiva global, es apropiado pensar en un sistema de varios niveles. No depender de un esquema único. En Nueva Zelanda estamos convergiendo hacia tener tres niveles de ahorro: una red de seguridad que esté disponible para cualquier persona que, en algún momento, sea pobre; un segundo nivel con un esquema de ahorro con incentivos u obligatorio; y un tercero con ahorros privados.

Matones vs. pequeños

- Hay un movimiento global, encabezado por Trump, que se aleja de lo multilateral y prefiere los acuerdos bilaterales. ¿Qué implica eso?

- Es una mala idea, mala para Nueva Zelanda y para Chile. En un mundo bilateral, los matones ganan y los pequeños son aplastados. Creo que es muy triste que un acuerdo como el TPP, que había sido negociado por años, haya sido descartado por el presidente de EEUU.

- ¿Qué futuro ve para ese acuerdo?

- Lo primero es mirar las ruinas del TPP y ver si hay algo que rescatar. China ha dicho que si EEUU no va a liderar el sistema comercial en esta parte del mundo, ellos estarán felices de hacerlo. Para países pequeños como Chile y Nueva Zelanda, sentarse a esperar qué decide la Casa Blanca no es una buena posición.

- Como economista, ¿ve riesgos en hacer acuerdos con China?

- Hay muchos riesgos con EEUU, también. El problema con China es la falta de transparencia. Y puede ser muy punitiva: si un país amenaza a sus productores de acero con medidas anti-dumping, porque muchos creen que el acero chino se vende a muy bajo precio, corre el riesgo de que alguno de sus productos de exportación se encuentre con problemas regulatorios. Pero pese a eso, la imagen en general es muy positiva. China ha creado riqueza masiva para sus propios ciudadanos y ha enviado un flujo enorme de dinero por inversión extranjera a todo el mundo. Ahora: no es buena idea que cada país viaje a Beijing a ver qué logra. Es mejor atraer a China a un grupo de reglas establecidas y transparentes.

- ¿Ve más futuro que con EEUU?

- Tengo una confianza razonable de que EEUU descubrirá que las políticas proteccionistas que están evaluando no serán tan beneficiosas como pensaban. Ya se puede ver que muchas personas en algunos estados que dependen de la exportación de productos agrícolas comienzan a preocuparse de si se les cerrarán algunos mercados. China recibe muchos productos agrícolas. Si EEUU comienza una guerra comercial con China, entre los afectados estarán esas personas.

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